Para mí uno de los momentos más esperados del año y este año no va a poder ser. Encontrarse a 10.000 km de distancia no es fácil y he de decir, que a tres días de cumplir dos meses en Chile, me ha dado un pequeño bajón. Tengo morriña. Son pequeñas cosas como un cumpleaños o la feria del libro, que a pesar de que se repita año tras año me apetece vivir en primera persona.
La semana que viene es el cumpleaños de mi hermana Sandra y le he comprado El recetario Mágico que le ha gustado mucho y le va a venir muy bien para que coma el peque. Eso sí, me habría gustado dárselo en persona pero como ya sabéis eso no puede ser este año. No me digáis por qué porque no lo sé, pero cuando me lo enseñó ayer por la cámara del ordenador me puse a llorar. Una, que es sensiblera... ¿Os he contado que tengo un sobrino que es el niño de mis ojos, lo más bonito que hay y la personita más comprometedora que conozco? Pues bien, resulta que el peque no quiere comer nada sólido así que espero que con este libro se interese un poco más por los alimentos y no le dé tanta guerra a papá y a mamá. No he visto el libro en su totalidad pero si que he visto algunas recetas y son geniales. Os dejo el enlace a su facebook AQUÍ y a su página web AQUÍ por si queréis cotillear un poco.
El libro está escrito por Desiree Arancibia, una de las ilustradoras de Los colores olvidados, y creo que está ilustrado por Marta también así que os podéis imaginar que el resultado es un libro precioso. Diría que lo recomiendo a todo el que tenga niños en casa pero lo cierto es que estoy segura de que los mayores también disfrutarán de lo lindo con estas recetas, porque ¿a quien no le gustaría comer una tarta de momias o un escarabajo egipcio? Yo desde luego pienso robarle el recetario a mi hermana más de una vez cuando vuelva a casa.
Además una parte de los beneficios se destinan a la ONG Acción contra el hambre. ¡Si es que todo en este libro es bonito!
Siempre que puedo me conecto a Skype cuando estoy comiendo en la oficina. Con las seis horas de diferencia que hay entre España y Chile coincidimos sentados a la mesa Iker y yo; él cena y yo como y es por eso que sé que mi hermana y mi cuñado necesitan el libro como agua de mayo. Ojala también le guste a Iker...
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Todos los años voy a la feria del libro varias veces y siempre me ofrece algo que no me había dado la vez anterior. Una de las mejores cosas que me ha dado ha sido conocer a Silvia, mamá de Carmesina, con la que mantengo una bonita amistad por correspondencia porque vivimos en ciudades diferentes (ahora continentes diferentes también) pero también hay otras muchas cosas que me encanta de ir a la feria. Siempre voy sola porque me gusta perderme entre las casetas sin tener a alguien esperando a que termine de mirar y mirar libros. Pregunto por precios, charlo con autores que están firmando y me pierdo durante horas en un mundo que para mí es diferente. Luego, casi por tradición ya, vuelvo con mi amigo Santi, normalmente cuando está a punto de cerrar la feria. La idea es siempre ir en grupo pero la gente se va rajando hasta que quedamos sólo él y yo. La tradición dice también que yo voy a tiro hecho y compro lo que ya he visto otros días, y que Santi compra algún libro de viajes con el destino que haya elegido para las vacaciones de ese año.
Ir a la feria es cansado, pero el momento de volver a casa en el cercanías, sentada (claro) y explorando el contenido de mis bolsas repletas de libros no tiene precio.
Esta foto la he visto en el facebook hoy y nada más verla se me han llenado los ojillos de lágrimas (ya os digo que estoy tontorrona estos días) así que os la dejo para que la disfrutéis. Para los que sois de Madrid o conocéis el parque, para que recordéis que tenéis un sitio precioso al que poder huir cuando os haga falta. A los que no sois de Madrid o no conocéis el parque de El Retiro, ¿que mejor oportunidad que la feria del libro para ir a visitarlo?
Foto Facebook Madrid
¡FELIZ FERIA DEL LIBRO DE MADRID A TODOS!
Buen fin de semana