Para empezar, diré que en el libro nos encontramos exactamente lo que nos promete el título: veintidós cuentos de la época victoriana que hablan de amor. Si bien es cierto que no todas las historias acaban con final feliz, sí que lo es que, a su manera, todas hablan de este sentimiento que todo ser humano anhela.
Hace un par de meses que leí los primeros cuentos y confieso que hay algunos que se entremezclan en mi cabeza; otros se me quedaron grabados y ya me apetece releerlos; y hay otros que más que la historia en sí me gustó cómo nos la contaron. Y no, no estoy diciendo que haya cuentos en el libro que no me han gustado, todo lo contrario, pero he valorado más el cómo que el qué en algunos de ellos. Tenemos en un solo libro autores de renombre que no están ahí por casualidad y de verdad que, en no pocas ocasiones, me encontré pensando en lo maravilloso que era leer un libro de una calidad como esta. Estos autores podrían haber contado cómo bajan a comprar el pan y el periódico el domingo por la mañana, y yo lo habría leído encantada y ensimismada.
Como decía un poco más arriba, el amor es el nexo de unión de estos cuentos, pero eso no quiere decir que sea un libro cursi ni pasteloso. Hay historias con final feliz, pero también las hay trágicas, tristes, divertidas y con situaciones absurdas que hacen que el lector pase un rato muy entretenido.
Le he dado muchas vueltas al tema del feminismo mientras leía la novela y también mientras escribo la reseña (me he sentado tres días diferentes a escribir y siempre me atasco en esta parte), pero creo que es importante resaltarlo. Me ha gustado mucho ver en estos cuentos mujeres con determinación, con ideas propias y carácter fuerte. Algunas son malas, otras buenas, pero no hay ninguna tonta. Mi ignorancia en relación con este período histórico me llevaba a pensar que las mujeres no tenían ni voz ni voto, que eran todas como nos mostraba Jane Austen en sus novelas y que sus opiniones no valían y, en parte, es así, pero también lo es que en este libro nos muestran mujeres firmes y con las ideas claras.
-Y ¿quién será tu señor esposo?
-Todavía no lo sé; pero lo encontraré en el próximo carnaval. Debe ser muy noble y rico, dice papá; y yo digo que debe ser muy joven, tener buen carácter y dejarme hacer lo que yo quiera, como siempre has hecho tú, querida Angeline.
Y hablando de Jane Austen y de mi ignorancia con respecto a la época victoriana, diré que aunque yo siempre la había metido dentro de esa época, lo cierto es que ella fue anterior a la reina Victoria y lo correcto es meterla en la época georgiana.
A algunos autores de este libro ya los había leído anteriormente y otros eran completos desconocidos para mí, pero lo que tengo claro es que ahora tengo ganas de leer todas y cada unas de las historias que escribieron. Es imposible quedarse con uno solo de estos cuentos, pero le cogí especial cariño al que escribió Anthony Trollope y que se llama “La cueva de Malachi”. Me parece una historia de amor bonita y tierna, y la disfruté mucho.
Os dejo, por si queréis echar un vistazo, la lista de autores y los relatos que escribieron:
Para mí fue el mejor libro que leí en 2021 y ha pasado a ser uno de mis favoritos de mi biblioteca. Tengo pendiente otra recopilación de cuentos victorianos, esta vez de Navidad, pero creo que eso será ya para la próxima. Aunque, ¿quién sabe? Igual me da por leerlo antes. Por el momento lo tiene mi prima en su casa, que me lo iba a haber dado hace unas semanas y la pandemia se puso en nuestra contra.