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miércoles, 18 de febrero de 2009

Crepúsculo Stephenie Meyer

Supongo que todo el mundo recuerda su primer amor: las dudas de si le gustarás a la otra persona, el miedo a acercarte a él más de la cuenta junto con el deseo de no querer alejarte de él, las malas y las buenas interpretaciones de una mirada o de una sonrisa, el cosquilleo en el estómago, la falta de apetito… en definitiva, lo que significa estar enamorada.

Pues bien, este libro es como volver a revivir toda la angustia de esos primeros amores con los que tanto sufrimos y con los que tanto disfrutamos.

Crepúsculo cuenta la historia de Bella, que pasa de vivir bajo el sol de Phoenix a los oscuros cielos de Forks, en Washington. Allí, lejos de caer mal a sus nuevos compañeros de instituto, como ella había imaginado, se ve en medio de diferentes disputas para ver quién consigue llevarse el gato al agua y llamar su atención. Sin embargo desde el primer día de clase su atención se centra en una única persona. La única persona que no la conviene.

Edward es el chico más guapo de todo el instituto con diferencia, pero algo misterioso se cierne sobre él. No tiene trato con nadie excepto con sus hermanos adoptivos hasta que aparece Bella y descoloca todo su mundo.

Quizás no tienen un buen comienzo, pero desde que Edward coge la mala costumbre de salvar a Bella de todos los peligros que la rodean, empiezan a conocerse mejor y terminan siendo amigos a pesar de las opiniones de la gente del pueblo.

Como en todo libro o película también hay malos, pero creo que no podría elegir contar una sola cosa de ellos, por lo que he decidido no decir más que lo que ya he dicho: que hay malos.

El libro es entretenido, adictivo, divertido y fácil de leer. Es también de esos que te sacan una sonrisa de medio lado cuando lees ciertas situaciones e incluso de los que te hacen soltar una carcajada si, como yo, te sientes identificada/o con la protagonista cuando habla de su torpeza y poca coordinación al andar, correr, hacer deporte, etc.

Por último, algo que me descubrí pensando el otro día, es que me gusta que el libro tenga conversaciones. Son bastante abundantes y entretenidas y hacen muy amena la lectura.

Sin duda me ha gustado como para volver a leerlo en un futuro.

Hay tres cosas de las que estoy completamente segura.

Primera, Edward es un vampiro.

Segunda, una parte de él se muere por beber mi sangre.

Y tercera, estoy total y perdidamente enamorada de él.
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-Toma la 101 hacia el norte- ordenó.

Era sorprendentemente difícil concentrarse en la carretera al mismo tiempo que sentía sus ojos clavados en mi rostro. Lo compensé conduciendo con más cuidado del habitual mientras cruzaba las calles del pueblo, aún dormido.

-¿Tienes intención de salir de Forks antes del anochecer?

-Un poco de respeto -le recriminé-, este trasto tiene los sufcientes años para ser el abuelo de tu coche.

.....

-¿Qué hay allí, dónde se acaba el asfalto?

-Una senda.

-¿Vamos de caminata? -pregunté preocupada. Gracias a Dios, me había puesto las zapatillas de tenis.

-¿Supone algún problema?

Lo dijo como si esperara que fuera así.

-No.

Intenté que la mentira pareciera convincente, pero si pensaba que el monovolumen era lento, tenía que esperar a verme a mí...

-No te preocupes, sólo son unos ocho kilómetros y no iremos deprisa.

¡Ocho kilómetros! No le respondí para que no notara cómo el pánico quebraba mi voz. Ocho kilómetros de raíces traicioneras y piedras sueltas que intentarían torcerme el tobillo o incapacitarme de alguna otra manera. Aquello iba a resultar humillante.

1 comentario:

Sandri dijo...

me encanto este libro, te vuelven las mariposas al estomago como cuando eramos adolescentes.
Lo devore en tres dias.
Un beso, princess