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miércoles, 27 de septiembre de 2017

La reina de los helados - Susan Jane Gilman

Este verano me di cuenta de la cantidad de libros digitales que compro y de los pocos que leo. Soy de las que sigue prefiriendo el papel, a pesar de que el digital sea más cómodo y, casi siempre, más barato. Así que me propuse leer tandas de libros para ir quitando lecturas pendientes del lector. La reina de los helados es uno de los cinco libros que componen la primera tanda.

Lillian Dunkle es la protagonista de la novela; es la reina de los helados. La conocemos cuando es una niña pequeña de nombre Malka, cuando está asustada y huyendo de un país en guerra para llegar a uno a punto de entrar en otra. Pasa de tener una familia unida a estar completamente sola en el mundo.

Al poco de llegar a Estados Unidos tiene que salir a mendigar unas monedas junto a su hermana Flora mientras el resto de su familia hace lo que puede para conseguir algo que llevarse a la boca. Un día un carrito de los helados la atropella y tiene que pasar mucho tiempo ingresada para recuperarse. Cuando se decide que tiene que abandonar el hospital, con una pierna lisiada y con la moral por los suelos, se entera de que su familia ya no existe, se han separado, cada uno se ha ido por un lado: su padre las ha abandonado a todas, su madre ha desaparecido también en algún hospital para enfermos mentales, sus hermanas mayores se han ido a otras partes de la ciudad para servir en sendas casas. La única que sigue donde estaba es su hermana Flora, que ha sido acogida por la familia con la que compartían casa. A ella, a Malka, va a buscarla el heladero que la atropelló para llevarla a su casa con su familia.
-Lo siento mucho, Malka. Lo siento tanto, tanto… No te vayas, Malka, por favor.
 Yo también lloraba, a moco tendido y sin disimular.
-¡Ay, Flora!
Y me aferraba a ella con la misma fuerza, tanta que de hecho parecía que estuvieran fundiéndose nuestros huesos y músculos, y hasta el latido de nuestros corazones.

En casa de los Dinello, el heladero, aprenderá desde muy pequeña el oficio: cómo hacer helado, cómo conseguir los sabores, las texturas y cómo ahorrar lo máximo sin modificar la calidad de los helados.  Lillian va a la escuela y termina ayudándoles con las finanzas y la administración. Cuando los señores Dinello faltan los hijos deciden prescindir de sus servicios y ella se vengará de ellos creando una empresa de helados más grande que la que ellos poseen. Su marido, Bert Dunkle, es la cara visible de la nueva empresa, ya se sabe que a principios del siglo pasado las mujeres todavía éramos invisibles, pero realmente es ella el alma de la compañía: la que organiza los gastos, la de las buenas ideas, en definitiva, la que gestiona todo.
Desde el principio sabemos que la reina de los helados está metida en líos de juicios en su vejez porque van alternando capítulos de su niñez con el tiempo actual, sin embargo no sabemos qué ocurre para llegar a ese punto, ni tampoco cómo se solucionará todo.
Lillian no tiene una vida fácil para nada. Vive enamorada de su marido desde que le conoce y juntos montan un imperio. Si se merece o no acabar en los tribunales no seré yo quien lo diga. Es fácil dejarse corromper cuando hay dinero en juego, supongo. Ella no lo hace, pero hace otras cosas… A lo largo de los años vemos distintas caras de esta mujer y hay veces que no entendemos que se comporte como se comporta. Parece que los protagonistas siempre tienen que ser buenos, pero no siempre es así y eso es lo que nos sorprende. Ella hará cualquier cosa para que su negocio salga adelante.
He disfrutado mucho de la novela, sobre todo de la primera parte, que me parece brutal: la niña pequeña dividida entre papá y mamá que tiene que huir de un país en guerra y que llega a uno que no la recibe todo lo bien que se había imaginado. El trato que la autora da a la vida de Lillian como empresaria me ha gustado también. Está claro que es ella la cabeza pensante pero no puede mostrar esa imagen, sino que tiene que ser su marido, analfabeto, quien se encargue de los negocios. La frustración que sentirá Lillian muchas veces es más que comprensible.
Aun así la gente siempre da por hecho que mi fortuna se debe en exclusiva a mi marido. Hay que ver, cuánto odian los medios a sus reinas… ¡Qué rencor nos tienen!
Nos encontramos ante una historia de superación, pero donde también tienen cabida los miedos, las alegrías, las tristezas, la decepción... Creo que cualquier sentimiento que se os ocurra está en este libro. No en vano es la historia de toda una vida...
 

martes, 26 de septiembre de 2017

La frase del martes - 201


El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene.

-Emerson

domingo, 24 de septiembre de 2017

Persuasión - Jane Austen

Cuando me enfrenté a Persuasión lo hice con un poco de miedo. Mucha gente me había dicho que era la mejor novela de la autora y me daba miedo ir con las expectativas demasiado altas. Como os podéis imaginar quienes habéis leído a Austen, no salí defraudada, más bien al contrario. Superó las expectativas. Eso sí, no me atrevo a decir que es la novela que más me gusta porque soy muy de Orgullo y prejuicio, ¡qué le vamos a hacer!
Anne Elliot es, a sus veintisiete años, una solterona que no cuenta ya con casarse. Encontró el amor una vez, pero fue persuadida para renunciar a él y ahora se encuentra con que su belleza no es la misma y tampoco el interés que despierta en el género opuesto. Su futuro parece estar ya escrito. Un día, ocho años después de haberle rechazado, reaparece en su vida Frederick Wenworth; sin embargo éste no aparece como un hombre sin dinero como cuando se vio obligada a renunciar a él, sino que lo hace convertido en el capitán Wenworth, un hombre reconocido socialmente y muy bien ubicado económicamente.
La vida de Anne, que ya no era fácil, se convierte en un infierno cuando Frederick vuelve a su vida. Sus sentimientos siguen siendo los mismos y él, despechado como está, se dedica a ignorarla de manera deliberada. Poco a poco los encuentros se van sucediendo entre ellos, pero siempre con el mismo resultado para Anne: la amargura.
Lady Russel, amiga de la madre de Anne y más tarde confidente de esta última, así como su padre y su hermana, fueron los encargados de convencerla de que Frederick no era el hombre ideal para ella. Por este motivo y, sobre todo, porque no son capaces de admitir su error, son, para mí, los personajes más odiosos de la novela. Hay, además de estos personajes, muchos otros en esta novela, que si bien son importantes para el desarrollo de la misma, en algún caso me llevaron a releer algún párrafo por la cantidad de ellos que hay. 
Como siempre en los libros de Jane Austen nos encontramos con una crítica social fuerte, donde las apariencias y el dinero marcan el devenir de la gente. Las mujeres necesitan un hombre que las mantenga y cuánto más dinero tenga, mejor para ella y para su familia. El amor, como os podéis imaginar, está sobrevalorado. No me imagino lo que tuvo que ser pertenecer al género femenino en esa época...
La historia que encontramos en Persuasión es una historia bonita, que nos hace sufrir, pero que no podemos soltar ni un momento. Tiene uno de los finales más conocidos y bonitos que se hayan escrito (opinión completamente personal pero que estoy segura de que más gente compartirá) y completamente perfecto.
Sin duda es una lectura que recomiendo. También la película que, por cierto, quiero volver a ver pronto.
Se excusó diciendo que había olvidado los guantes y, cruzando precipitadamente la estancia hacia el escritorio, tomó una carta que se encontraba bajo unas hojas desperdigadas, la dispuso delante de Anne depositando sobre ella durante un instante una encendida mirada de súplica y, cogiendo apresuradamente los guantes, salió de nuevo de la estancia…
Por último destacar la edición de dÉpoca llena de ilustraciones e información sobre la obra y su autora. Es una maravilla.
Otros libros que he disfrutado de la autora son:

martes, 19 de septiembre de 2017

La frase del martes - 200


Todo hombre tiene derecho a decidir su propio destino.

-Bob Marley

domingo, 17 de septiembre de 2017

La buena vida - Sara Fratini

Hace un tiempo descubrí a varias ilustradoras gracias, sobre todo, al chat de amigas de WhatsApp. Unas veces me enviaban imágenes y otras veces las buscaba yo para enviárselas a ellas. El caso es que, entre unas y otras, llegué a conocer el trabajo de varias ilustradoras, entre ellas a Sara Fratini, que es la autora del libro que reseño hoy.

La buena vida es el título del libro y habla de todo aquello que podemos conseguir y de cómo hacerlo. Muchas veces nosotros mismos somos los primeros en poner freno a nuestros sueños y los primeros en venirnos abajo en situaciones adversas. Sara intenta, a través de imágenes con pequeños textos, hacernos ver que la felicidad empieza por uno mismo. Nada de "miedos" ni "dudas". En este libro siempre se trata de mirar hacia adelante, echarle valor y no mirar atrás.

La protagonista de casi todas las viñetas es una chica joven, alegre, optimista, que busca lo bonito de la vida. Y me ha gustado mucho que la haya dibujado con curvas.


Cada ilustración con su mensaje ocupa una página completa y sólo utiliza trazos negros y un poco de rosa claro en algunos lugares (coloretes, nariz, pezones...) sobre un fondo blanco. El resultado son ilustraciones sencillas pero con mensajes claros y directos. No hay lugar para la distracción.

Yo lo leí, en primera lectura, en unos quince minutos, pero sé que es un libro al que voy a volver a cotillear una y otra vez. Seguro que sacaré lecturas diferentes dependiendo del humor que tenga en cada momento...

 

Otras ilustradoras "similares" a la que traigo hoy y que me gustaron mucho cuando las conocí son:

Sara Herranz, que hace unas ilustraciones en blanco, negro y un toque de rojo que son una maravilla. Os dejo la reseña que hice de su libro Todo lo que nunca te dije lo guardo aquí.

Alejandra Lunik, que cuenta en toque de humor la vida de Lola.