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martes, 2 de diciembre de 2008

La última lección Randy Pausch

Hay libros que pasan sin pena ni gloria por tu vida y libros que te marcan un antes y un después. Posiblemente es exagerado decir que La última lección pertenece a este último grupo, pero si que es verdad que la historia no puede dejar indiferente a nadie.

Yo acostumbro a marcar las páginas que contienen algo interesante con unas pegatinas de quita y pon de colores. Cada libro tiene un único color de los cinco que tengo, pero eso no significa que cada color tenga un significado diferente. Hay gente que piensa que cada color representa algo distinto. Pero no. Elijo el color que le pondré a cada libro dependiendo del color que más le pegue a la portada. No tiene más misterio. El caso, y a lo que viene toda la parrafada anterior, es que este es uno de los libros que no habría dejado sin marcar una sola página. Todas tenían algo importante o de gran interés dignas de una pegatina de cualquier color. En este caso, el naranja. Supongo que el hecho de que la historia te la cuente una persona moribunda influye bastante. Parece que los consejos son más importantes si vienen de alguien que quiere seguir viviendo y sabe que no podrá hacerlo por más de seis meses. Sin embargo ha habido partes que aún queriendo dejarlas marcadas, algo me decía que no debía hacerlo. Me parecía demasiado personal como para hacerlo mío y marcarlo con una pegatina. Al fin y al cabo se trata de su vida y de sus sueños, no de una novela inventada por alguien.

Randy Pausch dio el 18 de septiembre de 2007 su última lección en la Universidad de Carnegie Mellon. Cuando le propusieron dar la conferencia ya estaba enfermo de cáncer, pero no sabía el resultado de las últimas pruebas. Unos días después le dijeron que le quedaban entre tres y seis meses de vida y decidió que esa última lección era algo que definitivamente tenía que hacer.

No voy a contar más del libro porque podría estropear las anécdotas que se describ
en en él, pero diré que como en todo, ha habido partes que me han llenado más que otras. Sobre todo me quedo con la primera y la última parte. Quizás las más emotivas del libro. Y con la experiencia que me ha aportado leerlo.

Con cada capítulo, con cada vivencia, con cada sonrisa y con cada lágrima que me ha arrancado al leerlo, me he parado a reflexionar sobre mi propia vida. Sobre cómo la estoy viviendo y cómo podría vivirla mejor. Porque sé que podría vivirla con mucha más intensidad de lo que lo hago.

Los muros existen por alguna razón. Nos dan la oportunidad de demostrar cuánto deseamos algo.

A lo largo de mi carrera académica he dado algunas conferencias bastante buenas. Pero que te consideren el mejor conferenciante de un departamento de ciencias informáticas es como alcanzar la fama por ser el más alto de los Siete Enanitos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

El Jardín de la Oca Toti Martínez de Lezea

Después de leer varias novelas sobre Caballeros Templarios ha llegado el momento de hacer un receso y cambiar de tema de lectura. Lo he intentado varias veces y he intercalado otro tipo de libros entre Templario y Templario, pero esta vez será algo definitivo. La última novela que me quedaba en casa por leer era El Jardín de la Oca, que no sólo habla de los Pobres Caballeros de Cristo sino también del Camino de Santiago, que resulta que es una de mis “pasiones” por así decir.

Hace varios años que empecé el Camino y por distintos motivos que ahora no vienen al caso, no hemos llegado aún a Santiago de Compostela. Este libro llamó mi atención hará cosa de un año; como he comentado el tema Templario me motivaba bastante, pero el hecho de que lo relacionase (como otros muchos libros de este tema) con el Camino me terminó de convencer. Lo tengo en casa desde las últimas Navidades (regalo de Reyes) y hasta el mes de noviembre no me he animado a leerlo.


He de reconocer que el principio del libro no me ha llamado la atención demasiado y durante los primeros capítulos he pensado que el libro me defraudaría bastante. Sin embargo ha terminado por sorprenderme y eso siempre es bueno. Quizás hubiera cambiado algo del final (por no poner un final tan tan redondo) pero aún así me ha sorprendido.

Para mí la historia se divide en tres formas de vivir el Camino; por un lado Eder Bozat; por otro Robert Lepetit; y por otro Ezaquiel Falaquera y Hadi al-Suri. Supongo que dependiendo de las creencias de cada uno la gente considerará protagonista a uno o a otro, porque lo cierto es que los tres podrían serlo.

EDER BOZAT:

No cree en ningún Dios, sino en la Diosa, la Madre Naturaleza, la "Dadora" de vida. Su vida está en las montañas en las que ha nacido y en las que quiere pasar el resto de su vida. Sin embargo un encargo para tallar una Virgen negra y la promesa de ver a su hija le hacen comenzar su viaje a través del Camino. Su intención es tallar la imagen, ver a su hija y volver cuanto antes a sus montañas, pero las cosas se tuercen y tiene que realizar el Camino completo en busca de lo más preciado para él. Muchos realizan el Camino por fe, otros como forma de vida, pero a él le toca completarlo por obligación. No era su intención llegar tan lejos en un primer momento pero el curso de los acontecimientos le obliga a cambiar de idea.

ROBERT LEPETIT:

Ya sea en un libro o en una película, siempre tiene que haber un malo. Un personaje malvado que te tiene todo el tiempo con el corazón en un puño. Pues bien, en el Jardín de la Oca Robert Lepetit es ese malo.

Inquisidor expulsado de la Iglesia quiere formar su propia religión haciendo su propia interpretación del Libro de la Revelación del Apostol San Juan. Tiene al tablero del Juego de la Oca como un tablero de adivinación y su mayor deseo es encontrar a alguien que sepa interpretarlo para que le de pistas sobre la llegada de ese nuevo Mesías que cambiará la vida de todo el mundo. Está completamente loco.

EZEQUIEL FALAQUERA Y HADI AL-SURI:

Son la prueba de que es posible la convivencia entre distintas religiones. Demasiado bonito para ser cierto quizás, pero sin duda los personajes más entrañables del libro. Un médico judío y un herbolario musulmán ambos de edad avanzada emprenden el viaje juntos después de que Robert Lepetit se cruce en su camino. Para Hadi el tablero si es un método de adivinar el futuro y el pasado de las personas, si bien está convencido de que solo unas pocas personas han recibido el don de poder hacerlo, él entre ellos. Para Ezequiel es un mapa en el que tienen que ir haciendo coincidir las casillas del juego con emplazamientos templarios para llegar hasta el final y descifrar el mensaje.

Para mí, sin lugar a dudas el protagonista es la pareja compuesta por estos dos hombres. Pero no sólo porque me parezcan entrañables, sino por su forma de ver la vida, de analizar sus vivencias y la forma que tienen de interpretar las mismas. Por su fe ciega en su religión y la toleracia hacia la de los demás. Y sobre todo porque son capaces de buscar algo más cuando ya lo creían todo perdido. El sacar fuerzas y ganas de donde creían que no las tenían. Quizás lo que ellos sienten a lo largo de su viaje es lo que he ido sintiendo yo a lo largo del mío en el Camino de San Yago y por eso me son más simpáticos que el resto de personajes.

Sí, definitivamente yo creo que lo que me pasa es que me siento identificada con ellos.

En opinión de don Ezequiel, habían logrado algunos avances, aunque el herbolario afirmó, con su ironía habitual, que lo único que hacían era marear un pato más listo que ellos.

jueves, 30 de octubre de 2008

Cometas en el cielo Khaled Hosseini

La idea del blog era colgar mi humilde opinión de los libros que voy leyendo. Recuerdo cada uno de los libros que leo, pero muchas veces olvido ciertas cosas que sentí al leerlos y por eso mismo se me ocurrió hacer esto. Quizás no llegue a llevarlo a cabo nada más que con los cuatro primeros libros que lea, pero por lo menos quiero intentarlo.

Otra de las ideas de este blog era terminar el libro antes de escribir cada nuevo post, pero nada más coger Cometas en el Cielo me di cuenta de que lo mejor era ir escribiendo poco a poco hasta el punto de que este post lo estoy termiando a 26 páginas del final. Tal vez ocurra algo que me haga cambiar la idea que tengo de la novela, pero no lo creo. Y no porque no vea que el final pueda ser interesante (más bien todo lo cotrario), sino porque lo que ya me ha hecho sentir y pensar lo que he leído hasta el momento me basta para catalogarlo como uno de los mejores libros que he leído últimamente.

Los primeros capítulos, me tuvieron con el corazón en un puño sólo por el hecho de que el protagonista cuenta su historia de cuando era niño y, los niños sólo por el hecho de ser niños, son impredecibles. Amistad, traición y tradición se mezclan en esta novela dejándote en muchas partes sin respiración y deseando a veces que termine pronto , y otras que dure eternamente.

La historia trata de un niño afgano de buena familia que cuenta cómo es su vida. Sus miedos, sus ilusiones, sus aspiraciones en la vida, su relación con su padre y con su mejor amigo y finalmente la manera de perderlo todo. Es fácil sentir lástima por la vida del protagonista a pesar de que tiene todo. La envidia y los celos luchan contra el aprecio y la admiración que siente por ciertas personas y situaciones.

Hacia la mitad del libro la trama se tranquiliza a pesar de que siguen pasando cosas. Amir, el protagonista, pasa su juventud en Estados Unidos alejándose, no sólo de su país de origen, de la gente que conoce y de la que había sido su vida hasta ese momento, sino también de los fantasmas del pasado.

De la mitad del libro al final un Amir adulto vuelve a un Afganistán que no reconoce ya y en el que se reencontrará con él mismo y con los fantasmas que le han perseguido toda su vida. Otra vez se me encogió el corazón al leer ciertos capítulos en los que la visión más real del regimen talibán se refleja con toda su crudeza.

Es un libro que, en definitiva, te enseña que siempre hay un momento en la vida para volver a ser bueno.

-Muchas gracias -dijo en inglés. Lo hizo con un acento muy marcado. Me había dicho que era lo único que sabía decir en inglés, eso y Que tengas un buen día>>.
Ella se echó a reír.
-De nada. -Volvió a su mostrador taconeando.
-Que tengas un buen día -añadió Sohrab.

viernes, 24 de octubre de 2008

Presentación - Narayani

Antes de dar mi opinión sobre libros como La Reina oculta he de decir que me gusta bastante el tema de los Templarios y que, si bien es cierto que no entiendo demasiado del tema, me entretiene bastante. En general todos los libros –y películas- que tienen guerras de por medio (las del cara a cara con espadas y escudos) me gustan bastante. Por otro lado, a pesar de que me gustan las novelas históricas, no tengo mucha memoria a la hora de recordar fechas, personajes y hechos históricos, por lo que todo lo que comente de este tipo de libros será, sobre todo, mi opinión personal de la trama del libro sin meterme en si está bien documentada históricamente. Más que nada porque sería una hipocresía muy grande por mi parte hacer algo así.