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viernes, 26 de agosto de 2011

Cerrado por vacaciones


Ahora sí que sí...


¡ME VOY A TANZANIA!





miércoles, 24 de agosto de 2011

Terminemos el cuento Varios autores

I Premio Internacional de Literatura

En mi casa todo el mundo sabe que los libros es una de las cosas que más me gustan. Por eso cuando alguien comenta algo sobre libros en presencia de mi familia, ellos me mencionan a mí y a éste mi humilde blog. También si saben de algún libro interesante me lo recomiendan o prestan, y si se encuentran un montón de libros en el contenedor de reciclaje de papel me lo suben a casa. Sí, lo habéis adivinado: el libro del que os voy a hablar hoy llego por medio de esta vía.

Un día cuando llegué a casa de la calle me encontré con una pila de libros pequeños. Algunos parecían de bolsillo y otros eran claramente infantiles y juveniles. Me quedé con todos menos con uno pensando que los podría leer en alguna de esas tardes de verano que no sé qué hacer. Y es precisamente lo que he hecho. En un día y medio estaré cogiendo un avión camino de Tanzania y no quería marcharme y dejar algún libro a medias aquí, así que he decidido leer uno de los libros que mis padres subieron a casa aquel día. En concreto uno de relatos.

Terminemos el cuento es una iniciativa de Unión Latina y Editorial Alfaguara donde ocho autores escriben un relato. En un punto concreto del relato lo interrumpen para que jóvenes de habla hispana puedan terminarlo a su manera, de modo que tú lees el final del autor y el del joven que haya ganado el concurso. Dos puntos de vista y dos historias no siempre muy diferentes.

El libro es entretenido y se lee muy rápido, y la iniciativa me parece muy buena y muy original. Los relatos pueden gustar más o menos. En este libro hay dos relatos que me han gustado mucho, uno que me ha gustado bastante, dos que me han parecido muy pesados y el resto me han parecido normales.

Quizás con esta reseña no os anime mucho a leerlo, pero también quiero dejar claro que no me gusta leer relatos, así que quizás no sea cosa mía, sino del formato del libro. Otro motivo por el que se me ha hecho más pesado es que no estoy muy acostumbrada al español latinoamericano y me cuesta mucho leer dependiendo qué palabras.

En fin, el libro me ha parecido entretenido y lo recomiendo si os gusta leer relatos.

Los relatos que más me han gustado han sido:

- El secreto: cuenta la historia de un niño que quiere tocar el violín en una orquesta. Para eso tiene que pasar una prueba en el teatro Colón de Buenos Aires. Quizás me ha recordado al protagonista de El síndrome de Mozart y por eso me ha gustado, no sé.

Está escrito por Pablo de Santis (argentino) y por Ana Luisa Juárez (también argentina)

-Las madres no lloran en Disneylandia: este relato está contado en primera persona por Tristán, un niño que viaja a Florida con sus padres y su hermano pequeño para visitar el parque. Sin embargo las penas nos persiguen allá donde vamos y ningún miembro de la familia parece realmente feliz allí.

Está escrito por Rosa Montero (española) y por Benjamín Carrillo Chica (también español)

domingo, 21 de agosto de 2011

El cuaderno de Maya Isabel Allende

No conocía a Isabel Allende nada más que de oídas hasta que leí La isla bajo el mar. Bueno, con eso de que no la conocía quiero decir que no había leído nada suyo, claro. El caso es que me gustó su manera de escribir y me dije que leería más novelas escritas por ella.

Aún no me ha dado por rescatar su obra completa, pero cuando vi su nueva novela no me pude resistir. ¡Qué buena pinta tenía! Me encantó la portada y también el título, así que no pasó mucho tiempo hasta que me hice con ella. El otro día nada más terminar El síndrome de Mozart mis ojos se clavaron directamente en El cuaderno de Maya. No sabía aún qué libro iba a leer después, pero una vez que lo vi esperando en la estantería no lo dudé. Iba a ser ése.

El libro comienza de esta manera:

Hace una semana, mi abuela me abrazó sin lágrimas en el aeropuerto de San Francisco y me repitió que, si en algo valoraba mi existencia, no me comunicara con nadie conocido hasta que tuviéramos la certeza de que mis enemigos ya no me buscaban. Mi Nini es paranoica, como son los habitantes de la República Popular Independiente de Berkeley, a quienes persiguen el gobierno y los extraterrestres, pero en mi caso no exageraba: toda medida de precaución es poca. Me entregó un cuaderno de cien hojas para que llevara un diario de vida, como hice desde los ocho años hasta los quince, cuando se me torció el destino. "Vas a tener tiempo de aburrirte, Maya. Aprovecha para escribir las tonterías monumentales que has cometido, a ver si les tomas el peso", me dijo.

Y sí, la verdad es que Maya Vidal comete error tras error desde que cumple los quince años. Justo a esa edad es cuando fallece su Popo (abuelo) al que estaba muy unida, y se siente tan abandonada en ese momento que opta por tirar la toalla y refugiarse en compañías que no le hacen ningún bien. Lo que al principio es un juego para ella se va tornando en un asunto mucho más peligroso del que no le será tan fácil salir como le resulta entrar. Vemos, durante el transcurso de la historia, una Maya consumida por las drogas, enganchada de tal forma que no duda en recurrir a cualquier cosa para conseguir un poco de lo que sea. Vemos una Maya a la que todo parece salirle mal, pero que en el fondo sólo son las consecuencias de sus decisiones. Puede que haya ciertas cosas que le pasan que ella no puede evitar, pero la mayoría se las "busca" ella sola.

Sin embargo Maya se equivoca pensando que está haciendo lo correcto y por eso sufres cuando ella sufre, porque no ves maldad en sus actos.

"Esta Maya me ha hecho sufrir más que ningún otro de mis personajes. En algunas escenas le habría dado unas cachetadas para hacerla entrar en razón, y en otras la habría envuelto en un apretado abrazo para protegerla del mundo y de su propio corazón atolondrado."

Estas palabras las firma Isabel Allende y no se me ocurre nada mejor para describir lo que se siente por Maya mientras estás dentro de la historia. Podría dar más vueltas y explayarme, pero sólo conseguiría decir lo mismo con otras palabras. Y es que Maya es una niña que se hace querer y, aunque pasa un tiempo cometiendo errores en su vida, también sabe aprovechar la segunda oportunidad que le da la vida.

Maya Vidal es una niña que se ha criado con su Nini y su Popo desde que era un bebé. Al morir su Popo y torcerse tanto las cosas son su Nini y su padre quienes toman las riendas de su vida y la envían a una pequeña isla de Chile para que pueda escapar de las personas que la están persiguiendo (no daré muchos detalles para no desvelar nada pero se mete mucho en el mundo de las drogas y eso ya sabemos que siempre trae problemas) Allí tendrá que compartir casa y vida con Manuel Arias, un amigo de su abuela que la acoge en su pequeño hogar sin puertas. Poco a poco Maya y Manuel se van tomando cariño y ella pronto se dará cuenta de todo lo bueno que tiene para ofrecer no sólo la gente de Chiloé, sino también la propia isla. Se va dando cuenta de sus errores y trata de enmendarlos dándole a Manuel y a los demás vecinos todo su cariño y simpatía.

El libro está escrito a modo de diario de vida en el que Maya va escribiendo todo. A veces te habla del presente en la isla de Chile, y a veces te cuenta lo que hizo en California y Las Vegas donde se metió en líos por culpa de la droga. A pesar de que pueda parecer un poco lío así contado me ha parecido fácil de seguir.

La relación de Maya con Manuel Arias es la que más me ha gustado. Me ha parecido tierna, divertida y emotiva.

El final del libro no me ha gustado demasiado por ser predecible... Pero vamos, que es un punto insignificante. El cuaderno de Maya me ha gustado mucho.

jueves, 18 de agosto de 2011

Dicen que lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe

Pues lo mismo ocurre cuando tienes que organizar un viaje a Tanzania para el que estás cero preparada, que lo importante no es tener, sino tener el teléfono del que tiene.

De esta manera he conseguido del hermano de mi cuñado una cazadora, unos guantes para el frío y un gorro (con el que estoy monísima, por cierto); de la cuñada de mi hermana unos pantalones para el frío; del cuñado de mi hermana una capa para el agua; de mi prima una mochila; de mi hermana y mi cuñado un saco de dormir; y de mi compañero de viaje las medicinas que posiblemente nos hagan falta allí. Pero yo también aporto cosas a mi equipaje no os creáis. Algunas cosas las tenía ya, otras me las estoy comprando.

Ahora mismo estoy a 9 días de mi viaje y tengo todo a medio preparar, sin embargo a pesar de la importancia del viaje, no estoy especialmente nerviosa. Al principio me preocupaba el equipo para subir al Kilimanjaro, pero tampoco es algo que me haya quitado el sueño en exceso (excepto una noche que me desvelé y no conseguí volver a dormir pensando en todo lo que tenía que hacer) Después me empezó a agobiar el idioma. Por supuesto no hablo swahili (tampoco sé si se escribe así), pero sí algo de inglés que es el idioma que tendré que utilizar allí. El problema es que cada vez lo llevo peor. Voy con personas que lo dominan por completo, así que me dará rabia no poder hablarlo con soltura, pero realmente es algo que ha dejado de importarme. Me tomo este viaje como un viaje para mí misma, así que me haré como que no me importa no enterarme de las conversaciones que haya a mi alrededor.

Ahora la verdad es que no me pone nerviosa pensar en la ascensión, ni tampoco en el viaje de casi un día hasta llegar a Tanzania, ni en el idioma, ni en el equipo. Va todo sobre la marcha. Tengo la vacuna puesta, el pasaporte en orden (¡conseguiré mi segundo sello!) y lo necesario para no pelarme de frío en la cima (porque mi intención es llegar hasta arriba) así que, si a eso le sumamos las ganas que tengo de ir, creo que puedo decir que lo principal ya está ok. Estoy lista para volar (y volar y volar (porque tengo muchas horas de viaje) a Tanzania. Ya contaré a mi vuelta la experiencia que seguro que será irrepetible.

En relación al libro que me voy a llevar creo que será el primero de la cuarta parte de Canción de Hielo y Fuego, que lo venden si no recuerdo mal porque los tengo en casa, en dos tomos. El libro es Festín de cuervos y he oído que está muy muy bien. He buscado y rebuscado libros sobre África pero no he encontrado ninguno que me haya convencido demasiado. También he mirado en la colección de Librinos pero no he conseguido encontrar uno solo que llame mi atención.

Festín de cuervos lo voy a disfrutar mucho seguro y siempre podré decir que lo leí en un marco incomparable, viendo África desde lo alto o el Kilimanjaro desde abajo. Seguro que puedo asociar los paisajes que vea a lo que esté leyendo… Las nieves del Kilimanjaro será lo que hay más allá del Muro con Jon Nieve y Sam; y la sabana y safaris serán los paisajes de Daenerys.

Sí, creo que definitivamente me llevaré este libro.

miércoles, 17 de agosto de 2011

¡Otro premio!

Me han dado otro premio. ¡Pero qué ilusión más grande!

Esta vez ha sido Shorby, del blog Loca por incordiaR quien se ha acordado de mí. ¡Muchas gracias guapa!

Premio Sweet blog



1- Di un adjetivo que te defina:
Curiosa

2- Un animal que comience con una de las letras de ese adjetivo:
Oso

3- El color que más te guste que pueda tener ese animal:
Blanco

4- Una comida que te agrade que tenga también ese color:
Helado (de nata, de limón o de cualquier otro saber que sea blanco)

5- ¡Dale el premio a 5 sweets blogs!

Pues me gustaría dárselo a muchos blogs literarios pero como este premio ha pasado por tanta gente ya no sabría a quien premiar...

Voy a hacer una excepción con un blog de temática diferente y que me tiene enganchada (ahora lleva un tiempo sin escribir debido a las vacaciones pero volverá seguro)

El premio Sweet blog se lo doy a:

Emperatriz, del blog La Emperatriz de Lavapiés.

¡Muchas gracias de nuevo Shorby por acordarte de mi blog! Lo cierto es que aunque digo que escribo en el blog por y para mí me encanta saber que hay gente leyendo lo que escribo y que además gusta. De verdad, gracias a todos los que os pasáis por aquí. ¡Sois el mejor premio de todos!

lunes, 15 de agosto de 2011

Premio


Siempre hace ilusión que den premios al blog y este no podía ser menos. Se trata del premio al blog más bonito y a mí me lo ha dado Margari. ¡Muchas gracias guapa por acordarte siempre de mí!

Llevo bastante tiempo sin ordenador en casa y no he podido cotillear muchos blogs y ¡claro! cuando me he querido dar cuenta tenía el premio esperándome. Me estoy tomando este verano con mucha calma en lo que a blogs y reseñas se refiere...

Por cierto, ya que hablamos del tema, he actualizado la lista de los blogs que sigo. Si te echas en falta por favor dímelo para ponerle remedio lo antes posible. Sé que me he dejado alguno seguro, pero no caigo en cuál / -es. Me lo podéis decir con un comentario en el blog o en mi dirección de email: narayani.erase.una.vez@gmail.com.

Bueno, ahora sí, vamos a lo que nos concierne. El premio.
Como siempre el premio tiene unas normas, y como siempre yo las cumpliré a mi manera. Pero eso no significa que no las vaya a cumplir, ¡eh!

A ver, comenzamos.

1- Nombre de la persona que me ha premiado: Margari del blog Mis lecturas y más cositas

2- Premiar a seis blog que te gusten:

Aquí es donde hago un poco lo que me da la gana (como la gente del anuncio de aquarius) y digo que lo dejo para todo aquel que lo quiera coger. Todos los blogs son bonitos a su manera. Unos por el diseño, otros por el contenido, otros por sus imágenes, otros por una mezcla de todo lo anterior, así que creo que este premio es para todos (como el anuncio de coca cola)

3- Colocar la imagen del premio en la entrada: hecho

4- No premiar a nadie que haya recibido este premio:

Bueno esto tampoco lo he cumplido del todo porque no sé quiénes lo han recibido. Digo lo mismo que en el punto 2...

5- Contar mi mayor sueño.

Ahí va un trocito de mí. Me encantaría poner una librería que además tuviera una heladería-cafetería dentro. Un sitio tranquilo donde poder tomar un café sin estrés mientras tienes un buen libro en la mano; un lugar donde poder pasarte las horas muertas mirando libros. Me gusta el trato con la gente y en un sitio así estaría todo el día de cara al cliente.


De nuevo ¡Muchas gracias Margari!

jueves, 11 de agosto de 2011

El síndrome de Mozart Gonzalo Moure

Cuando tienes en las manos un libro como El síndrome de Mozart y -entre comillas- la responsabilidad de presentarlo, por así decir, en sociedad, es fácil que haya algo en tu interior que te bloquee hasta el punto de no saber por dónde empezar a escribir por temor a no saber impartir justicia. Mi cabeza tiene, en estos momentos, cientos de ideas que van de un lado a otro sin pararse a descansar en ningún lugar concreto, y como resultado de eso, me encuentro con que no sé cómo empezar la reseña de hoy a pesar de tener muy claro lo que quiero decir.

Son las palabras, es culpa suya, que no quieren aparecer...

Ya conté el otro día cómo llegó el libro hasta mis manos, firmado y todo, por el autor, Gonzalo Moure. Cuando me dijo que me iba a enviar el libro lo acepté encantada, pero cuando lo recibí pensé:

-¿Y si no me gusta? ¿Cómo voy a hacer una reseña hablando mal de un libro que me han regalado?

Cuando empecé la lectura he de reconocer que me sentí perdida. ¿Quién cuenta la historia? ¿Irene, la protagonista? o ¿un narrador? Estaba tan pendiente y tan decidida a que me gustara que no prestaba casi atención a lo que estaba leyendo, así que decidí no pensar más en el blog ni en la reseña y centrarme en lo realmente importante. Y lo realmente importante era leer El síndrome de Mozart. Y con leer quiero decir leer, pero también oír; oír las notas, los susurros, el viento moviendo las esquilas. Y también quiero decir sentir; sentir las caricias de Tomi, las cuerdas de un violín que yo no sabría ni por dónde coger, las teclas de un piano que no sé tocar. Tener El síndrome de Mozart en las manos, para mí, ha sido mucho más que una simple lectura. Me ha transportado a otro lugar muy lejos del lugar en el que estaba.

Una vez que me centré en el libro me empecé a enganchar a la historia de Irene y de Tomi, los protagonistas para mí. Y también a la historia de Irene y su amigo Yárchik. De hecho fue gracias a este párrafo que pongo a continuación, en el que Irene habla de su amor por él, que el libro captó de lleno mi atención.

Hace tiempo que estoy enamorada de Yárchik. Cuando empezamos a estudiar juntos, mientras tocábamos o repasábamos las partituras, me moría por sentir el roce de su mano, por oír su respiración cerca, por mirar de frente a sus ojos, tan ingenuos y tan sabios. Si él acariciaba las cuerdas de su viola con el arco, yo notaba la vibración en todo mi cuerpo, como si extrajera música de mí. Y por un tiempo creí que él sentía lo mismo.

Desde ese momento -en la página 59- no he podido salir de la historia hasta que he llegado a la última hoja.

He tardado varios días en leerlo porque me daba pena terminarlo, pero es un libro que se puede leer casi de una sentada.

Irene y Tomi se conocen gracias a la música en un bosque de Cansares, Asturias. Él vive allí, en una casita en el campo, fuera del pueblo. Ella está allí de vacaciones, pero no por casualidad. No. Está allí para conocerle a él. Porque su padre le ha pedido que se acerque a él y le vaya informando sobre lo que hace. ¿Y por qué? Os preguntaréis... Pues porque quiere demostrar que Mozart tuvo el síndrome de Williams; un síndrome que le dotó de un talento musical fuera de serie y que es el mismo síndrome que padece Tomi. Irene se acerca a él para estudiarle tal y como su padre le ha pedido, pero termina haciéndose amiga de Tomi y eso será para ella una complicación. Tomi es un chico especial, para algunas personas incluso retrasado, pero es imposible no enamorarse de él. Tan dulce y tan sencillo como es. Da incluso un poco de envidia pensar que se puede ser feliz con tan poco.

-Toca, sí -dijo él.
Irene sonrió. Acunó el violín y deslizó el arco por las cuerdas. Sonaba sordo, apagado. Pero dulce, aterciopelado.
Tomí reía y golpeaba en la mesa con las yemas de los dedos, suavemente. Irene no quiso tocar nada concreto, sino probar todos los registros del violín.
-Me gusta como suena.
-Como suena, sí.
Tomi había enrojecido. Al recuperar el violín, sus dedos habían tocado los de Irene. "Tócame ahora, tócame ahora" repetía Patti Smith en su memoria.
Alargó la mano y la puso sobre la de Tomi.
-Me gustaría que tocaras todo lo que sabes.
La mano de Tomi reaccionó de inmediato. Giró sobre la de Irene y se apoderó de ella. Era tibia y un poco áspera. Irene no la retiró. Los dos miraban sus manos, sobre la mesa, como si fueran dos objetos ajenos a ellos.


Realmente me ha gustado mucho. Además es un libro pequeño que se lee fácilmente. Al principio, como decía un poco más arriba, pensaba que estaba narrado por una tercera persona, pero después me di cuenta de que está contado a dos voces. Un narrador, que ve todo desde la barrera, e Irene, que lo vive en primera persona.

Lo único que quizás no me ha gustado tanto ha sido el final. Me ha dado la sensación de que acaba muy de golpe. Como que hacen falta algunas palabras más para que quede completo. Aunque claro, también es verdad que me habría gustado que no terminara nunca...

El libro está catalogado como novela juvenil y creo que es un acierto. Y no porque sea exclusivamente para público joven, no, sino porque es una manera de llegar a mucha más gente y creo que llegar al público joven/adolescente es cada vez más difícil. A los que ya no somos tan jóvenes y nos gusta la lectura nos da igual leer un libro para adultos que uno infantil. Recuerdo, y esto no tiene nada que ver con El síndrome de Mozart pero sí con lo que estoy diciendo ahora del público joven, que me encontré en una librería varios libros (ahora no recuerdo cuáles, lo siento) que los publicitaban en la portada como los libros favoritos de Edward y Bella de la saga Crepúsculo. Estoy segura de que más de un fan de la saga leyó esos libros. Esta estrategia de marketing se creó, estoy segura, para vender más, pero que consiguieron que gente joven leyera libros que de otro modo no habrían leído, también lo estoy.

Ahora, volviendo al libro, me pregunto si alguna vez habría llegado hasta mí El síndrome de Mozart si no hubiera sido por Gonzalo. Quiero creer que sí, que es un libro que yo tenía que leer en algún momento, y eso que no creo en el destino. Lo que está claro es que si lo he leído ha sido porque Gonzalo Moure me lo envió...

¡Gracias Gonzalo por compartir tanto conmigo!

viernes, 5 de agosto de 2011

Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer David Foster Wallace

Como Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer llegó a mis manos es una historia absurda y bastante tonta, pero bueno, ahí va.

Muchas veces cuando estoy sola me acerco a alguna librería a disfrutar de mi soledad entre los libros. Suena cursi, pero es la verdad. Me puedo pasar horas dando vueltas de un estante a otro buscando libros que, todo sea dicho de paso, no suelo comprar después. En concreto me gusta perderme -o más bien encontrarme- en la Fnac de Callao. Suele haber mucha gente siempre, pero hay un rincón que, no sé muy bien porqué, no suele estar demasiado concurrido: el de los libros de bolsillo. Justo al fondo del último piso. Un día que me pasé por allí oí la conversación entre un chico y una chica que hablaban sobre un libro que según dijo el chico era muy divertido. No supo decirle el nombre del libro en cuestión, pero le dijo que era algo así como “El amuleto”. Lo único que escuché fue que era un libro que te iba contando una historia narrada en primera persona, y que el autor iba haciendo anotaciones en pie de página en plan graciosillo. Busqué libros relacionados con amuletos, pero no hubo manera. El libro que el chico describió no existía.

Otro día, después de varias semanas, mientras paseaba por la misma sección me encontré con un libro de título bastante curioso: Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. Leí la sinopsis, lo abrí, y me encontré con que este libro tenía pinta de ser el que el chico había descrito. Además en la contraportada te ponía que era muy divertido. Así que nada, básicamente se puede decir que me compré un libro porque un chico le dijo a una chica que se había leído un libro. Tal cual.

El libro es un ensayo. El autor, David Foster Wallace, cuenta su experiencia en un crucero de lujo (en el año 95). No, esperad, lo estoy explicando mal… Casi empiezo otra vez…

Una revista le encargó a David escribir un reportaje sobre los cruceros de lujo. Él, desde el principio no lo ve muy claro, pero el billete está comprado ya así que coge rumbo al Caribe. Día a día te va contando distintas anécdotas aunque, a mí, ninguna de ellas me ha parecido como para partirse de risa. Sí es cierto que hay situaciones graciosillas, y a veces alguna tan absurda que te hace sonreír, pero en lo general no puedo catalogarlo de un libro de humor. Hace unos días, a raíz de la reseña de Maldito karma, se comentó en varias ocasiones en este blog lo peligroso que puede ser para un libro que lo cataloguen de divertido, y es que no todo el mundo tiene el mismo sentido del humor ¡Sólo faltaba! David me parece que escribe bien, te cuenta las cosas como las ve y las siente, y te entretiene bastante. Me ha gustado, pero aún así no es un libro que me atreva a recomendar.

La visión de David con respecto al crucero quizás no sea la más objetiva puesto que le han contratado para que cuente lo que ve y él estudia hasta el más mínimo detalle. Si a eso le sumamos que un crucero no es su ideal de vacaciones perfectas pues nos quedamos con que, quizás, sean comentarios un tanto forzados. Siempre buscando fallos y convirtiendo la ausencia de los mismos en uno de ellos. Tiene pinta de ser la típica persona que disfruta de vacaciones tranquilas, sin agobios de gente ni nada por el estilo… Eso sí, David, con su forma de contar las cosas, consigue que simpatices enseguida con él.

Mi experiencia personal en un crucero se reduce a un crucero por el Nilo de cuatro días. El barco en el que fuimos era muy pequeño, casi minúsculo si lo comparas con el que describe David en el libro. Estaba limpio y todo bien organizado, pero nada que ver con lo que he leído en esta historia. Sin embargo hay otras cosas que se asemejan bastante. Por ejemplo cada vez que sales de tu camarote tu camarero entra para arreglar lo que hayas podido dejar por medio ¡y nunca les pillas dentro! Hay una parte bastante divertida sobre este tema en el libro, por cierto.

En definitiva es un libro que no está mal para leer algo diferente, pero que puede que os cueste si no os gustan los ensayos. Conversaciones, no hay. Sólo descripciones y pensamientos. Eso sí, en tono de “humor”. A mí me ha gustado, pero como decía un poco más arriba no me atrevo a recomendarlo…

martes, 2 de agosto de 2011

Gonzalo Moure y su "Síndrome de Mozart"

Algunas veces pasan cosas que no buscamos ni esperamos, pero que aún así ocurren. Y esto es, precisamente, lo que me pasó a mí hace unos días.

Hace varios meses leí un libro que me encontré "abandonado" en la biblioteca de al lado de mi casa que se llama Di adiós al mañana. No sé si recordáis la reseña, pero os la dejo aquí de todos modos por si queréis leerla.

Pues bien, el otro día Gonzalo Moure, escritor, me envió un email diciendo que le gustó mucho la descripción que hice del libro y que le gustaría utilizar algunas partes en la reedición de un libro suyo en el que menciona la novela Di adiós al mañana.

Tuve que reconocerle desde el principio que no le conocía y que no había leído nada suyo, y ¿sabéis cuál fue su solución? ¡Efectivamente! Me envió uno de sus libros firmado. En concreto uno llamado El síndrome de Mozart que es el más especial para él. El primer email me lo escribió el lunes y el jueves ya tenía el libro en casa. ¡No sabéis la ilusión que me hizo!

Me quedan nada más que unas hojas para acabar el libro que estoy leyendo ahora, y éste será el próximo seguro. No veo el momento de ponerme con él...

Ya os contaré en breve qué me ha parecido.