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martes, 31 de marzo de 2009

Amanecer Stephenie Meyer

Sin duda el libro con más trama de los cuatro. Es verdad que es más gordo, pero aún sí pasan muchas más cosas que en el resto de la saga. Está narrado por dos de los personajes: Bella Swan ( Bella Cullen desde casi el principio del libro) y Jacob Black.

Bella: primera parte. Narra uno de los acontecimientos más felices de su vida a pesar de que al principio no le hacía ninguna gracia el motivo. Su boda con Edwrad. Después de la boda por supuesto llega la luna de miel y con el final de ésta llega el final de la primera parte del libro.

Jacob Black. Está completamente enamorado de Bella desde que la vio por primera vez y no es capaz de separarse de ella a pesar de que ella está felizmente casada. Trata por todos los medios de protegerla mientras ella no pueda hacerlo por sí misma ya que el bebé que lleva en sus entrañas es más fuerte que ella y es posible que la mate antes incluso de que nazca.

Por otro lado, teme el momento de que Bella se transforme en vampiro tanto como ella lo desea, pero antes de que eso ocurra ella tendrá que reponerse del parto. Al ver que no lo va a conseguir y que su cuerpo no aguantará más, Edward decide inyectarle su ponzoña en el centro del corazón… y ahí es donde comienza su transformación a una vida inmortal. Jacob es testigo directo de todo esto y cuando ve lo que ha ocurrido decide que ya ha pasado demasiado tiempo con ellos y que es hora de salir de su vida para siempre. Sin embargo habrá algo que le haga cambiar de idea. Algo que no le dejará abandonarles nunca.

Todo se vino al traste en mi interior cuando contemplé fijamente al bebé semihumano y semivampiro con rostro de porcelana. Vi cortadas de un único y veloz tajo todas las cuerdas que me ataban a mi existencia, y con la misma facilidad que si fueran dos cordeles de un manojo de globos. Todo lo que me había hecho ser como era, clac, clac, clac… se cortó y salió volando hacia el espacio.
Pero yo no flotaba a la deriva. Un nuevo cordel me ataba a mi posición.
Y no uno solo, sino un millón, y no eran cordeles, sino cables de acero. Sí, un millón de cables de acero me fijaban al mismísimo centro del universo.
Y podía ver perfectamente cómo el mundo entero giraba en torno a ese punto. Hasta el momento, nunca jamás había visto la simetría del cosmos, pero ahora me parecía evidente.
La gravedad de la Tierra ya no me ataba al suelo que pisaba.

Bella: segunda parte. La nueva vida con la que tanto había soñado ha llegado mucho antes de lo que ella se había planteado. Le habría gustado despedirse de sus padres. Haber decidido ella el momento. Pero aún así no le importa que haya llegado. Sólo le importa que lo ha conseguido y que su hija ha sobrevivido a todo, igual que ella. Ahora ya no habrá nada ni nadie que les impida pasar el resto de la eternidad juntos, o, ¿quizá si lo haya?

—No, yo me voy a quedar aquí —susurró Edward, contestando a una pregunta que no se había formulado—. Ya se las apañarán como puedan.
—Una situación muy interesante —replicó Carlisle—. Y yo que pensaba que lo había visto ya todo.
—Me ocuparé de eso más tarde. Nos ocuparemos —algo presionó suavemente mi palma abrasada.
—Estoy seguro que entre los cinco podemos evitar que esto desemboque en un derramamiento de sangre.
Edward suspiró.
—No sé de qué lado ponerme. Me dan ganas de azotarlos a los dos. Bueno, más tarde.
—Me pregunto qué pensará Bella de esto… de qué lado se pondrá —musitó Carlisle.
Se oyó una risita sorda, contenida.
—Estoy seguro de que va a sorprenderme. Siempre lo hace.

En Amanecer se dice adiós a algunos personajes que han acompañado a Bella durante toda la saga y también se dará la bienvenida a otros muchos que quieren ayudarla: unos a que salga a delante, y otros a que caiga y se lleve con ella a toda su nueva familia.

La unión entre vampiros y los licántropos otra vez será definitiva para la supervivencia de la esperanza tanto para unos como para otros.

Me sorprendió la facilidad con que los vampiros aceptaron a Jacob. No llegó a producirse ninguno de los problemas temidos por Edward. Los visitantes fingían no verle ni como persona ni como posible comida. Su trato con él se asemejaba al trato que la gente a la que no le gustan los animales dispensa a la mascota de sus amigos.

martes, 17 de marzo de 2009

Eclipse Stephenie Meyer

Sigo manteniendo la opinión de que el mejor libro de la saga por el momento es el primero, aunque al igual que me pasó con Luna Nueva no puedo decir que éste no me haya gustado.

En Eclipse Bella se enfrenta a la complicada situación de querer a dos personas y no querer ni poder prescindir de ninguna de ellas. ¿Egosísta? Sí, por supuesto, aunque no puedo evitar entender un poco de lo que ella siente por muy egoísta que sea. Sin embargo, aunque al lector le parezca que tanto Edward como Jacob son dos buenos candidatos para Bella, en seguida se dará cuenta de que es con el primero con quien quiere pasar el resto de su vida, por mucho que le duela dejar a Jacob fuera. Sin embargo el hecho de que éste último esté rondando por su vida le hace plantearse muchas cosas, entre ellas su transformación y es que, a pesar de que ella quería convertirse en vampiro desde que conoció a Edward, la proximidad de la fecha fijada empieza a ponerla nerviosa y le hace plantearse cosas que antes nunca se había planteado hacer como humana.

Por otro lado, hombres lobo (entre los que se encuentra Jacob) y vampiros tienen que unir sus fuerzas para terminar con un enemigo común. No es fácil para ninguno de ellos pero por mantener segura a Bella y al resto de la gente de la zona no pueden dejar que sus diferencias queden al descubierto.

Como ya he dicho, el libro no está mal pero tampoco es de los mejores que he leído. El último libro de la saga ya está en mis manos y he empezado a leerlo, por lo que puedo decir que tiene pinta de merecer la pena mucho más que el segundo y el tercero, aunque claro, para llegar al último hay que pasar por estos y es por esto por lo que lo recomiendo.

Es una buena idea —Edward parecía reacio a admitir las bondades de la misma—. Me sentiría mucho más tranquilo con Seth allí, aun cuando no fuera posible la comunicación inmediata. No sé si hubiera sido capaz de dejar sola a Bella, aunque pensar que hemos tenido que llegar a esto… ¡Confiar en licántropos!
—O luchar con vampiros en vez de contra ellos —replicó Jacob, remedando el mismo tono de repulsión.
—Bueno, al menos vas a luchar contra algunos— repuso Edward.
Jacob sonrió.
—¿Por qué te crees que estamos aquí?