Llevaba tiempo pensando en leer alguna novela fantástica pero o no encontraba el momento o no se me ocurría qué podía leer. Después de leer hace ya bastante Eragön y Eldest había pensado que Brisingr podría estar bien para saber cómo continúa la historia. Es un libro que tenía -y que sigo teniendo- pendiente de leer; sin embargo El nombre del Viento me ha llamado más la atención y finalmente me he decidido por él.
Si un libro tiene una portada llamativa se podría decir que ha captado el 40% ó 50% de mi atención, si además la sinopsis es breve, no cuenta nada comprensible para una persona que no sepa nada del libro y te deja con ganas de más, entonces se convertirá en un libro que seguro querré tener y devorar a la mayor brevedad posible. Esto por supuesto no sale bien con todos los libros que me entran por los ojos de una manera tan fulminante (para muestra un botón) pero sí que suelo acertar bastante. Por suerte éste ha sido toda una agradable sorpresa ya que ha estado por encima de las expectativas creadas por la portada y la contraportada.
Han comparado a Patrick Rothfuss con Tolkien entre otros autores pero, aunque Tolkien también me gusta, no me parece que se pueda comparar una cosa con otra. Vale que lo dos escriben literatura fantástica. Vale que ambos tienen la imaginación suficiente para inventarse mundos completamente nuevos. Y vale que la lectura de sus novelas te atrapan de una forma u otra. Pero no coincido en la idea de que tienen la misma forma de escribir. No digo que uno sea mejor que otro; sólo que son diferentes. Patrick Rothfuss me ha atrapado en El nombre del Viento de forma definitiva y estoy esperando, -y cuando digo esperando quiero decir casi deseando-, que saquen los dos libros que faltan para completar la trilogía. Los cuales espero que estén a la altura de la primera parte.
Kvothe es un chico especial. Tiene una capacidad asombrosa para aprender cosas nuevas y para meterse en líos. Con sangre de artista es capaz de actuar de forma magistral, utilizando su labia y su buena suerte para salir de cualquier problema. Su gran sueño es ir a la Universidad para encontrar información de los Chandrian, los cuales no está seguro de que existan hasta que se cruzan en su camino. Hasta ese momento siempre creyó que eran parte de las canciones infantiles y de las leyendas de los pueblos.
Durante su adolescencia conoce a sus amigos, se enamora, encuentra empleo, gana concursos, pelea y se endeuda.
Si un libro tiene una portada llamativa se podría decir que ha captado el 40% ó 50% de mi atención, si además la sinopsis es breve, no cuenta nada comprensible para una persona que no sepa nada del libro y te deja con ganas de más, entonces se convertirá en un libro que seguro querré tener y devorar a la mayor brevedad posible. Esto por supuesto no sale bien con todos los libros que me entran por los ojos de una manera tan fulminante (para muestra un botón) pero sí que suelo acertar bastante. Por suerte éste ha sido toda una agradable sorpresa ya que ha estado por encima de las expectativas creadas por la portada y la contraportada.
Han comparado a Patrick Rothfuss con Tolkien entre otros autores pero, aunque Tolkien también me gusta, no me parece que se pueda comparar una cosa con otra. Vale que lo dos escriben literatura fantástica. Vale que ambos tienen la imaginación suficiente para inventarse mundos completamente nuevos. Y vale que la lectura de sus novelas te atrapan de una forma u otra. Pero no coincido en la idea de que tienen la misma forma de escribir. No digo que uno sea mejor que otro; sólo que son diferentes. Patrick Rothfuss me ha atrapado en El nombre del Viento de forma definitiva y estoy esperando, -y cuando digo esperando quiero decir casi deseando-, que saquen los dos libros que faltan para completar la trilogía. Los cuales espero que estén a la altura de la primera parte.
Kvothe es un chico especial. Tiene una capacidad asombrosa para aprender cosas nuevas y para meterse en líos. Con sangre de artista es capaz de actuar de forma magistral, utilizando su labia y su buena suerte para salir de cualquier problema. Su gran sueño es ir a la Universidad para encontrar información de los Chandrian, los cuales no está seguro de que existan hasta que se cruzan en su camino. Hasta ese momento siempre creyó que eran parte de las canciones infantiles y de las leyendas de los pueblos.
Durante su adolescencia conoce a sus amigos, se enamora, encuentra empleo, gana concursos, pelea y se endeuda.
Igual que me pasó con El soldado olvidado me he metido tanto en la historia que ahora voy a echar de menos a los personajes. Me ha dado pena terminarlo.
Entonces reparé en que me había agachado y estaba casi en cuclillas, con un brazo extendido, como un luchador. En la otra mano tenía mi lamentable navaja; era tan pequeña que ni siquiera podía cortar una manzana por la mitad de una sola vez. Y lo peor era que solo llevaba puesta una bota. Ofrecía un aspecto ridículo; parecía tan loco como Elodin en uno de sus peores días. Me acaloré, y comprendí que debía de haberme puesto rojo como una remolacha.
Entonces reparé en que me había agachado y estaba casi en cuclillas, con un brazo extendido, como un luchador. En la otra mano tenía mi lamentable navaja; era tan pequeña que ni siquiera podía cortar una manzana por la mitad de una sola vez. Y lo peor era que solo llevaba puesta una bota. Ofrecía un aspecto ridículo; parecía tan loco como Elodin en uno de sus peores días. Me acaloré, y comprendí que debía de haberme puesto rojo como una remolacha.
-Tehlu misericordioso, qué idiota me siento.
-La verdad es que es muy halagador –repuso Denna-. Con excepción de algún irritante simulacro en la barra de alguna taberna, me parece que es la primera vez que alguien salta para defenderme.
-Sí, claro. –Mantuve la cabeza agachada mientras me calzaba la otra bota; estaba demasiado avergonzado para mirar a Denna a la cara-. Es el sueño de todas las niñas: que las rescaten de un cerdo de granja.