El fin de Mr Y me ha dejado un sabor agridulce. Por un lado me ha gustado mucho y por otro no me ha gustado nada y esto es algo que me da que pensar. Una cosa te puede gustar mucho, un poco o nada, pero que una sola cosa te guste mucho mucho y a la vez nada nada, es que algo falla.
Llevo varios meses con el libro en casa y hasta ahora no me he decidido a cogerlo y empezar a leerlo. No tardé mucho en darme cuenta de que no iba a ser nada de lo que yo me había imaginado.
Por lo que había leído es un libro que te engancha desde el primer momento. Y es cierto que me ha enganchado a ratos pero para nada todo el libro. De hecho ha habido algunos capítulos que he deseado que no existieran ya que me han parecido pesadísimos. La idea original es muy buena. De hecho me ha encantado. La autora le ha echado mucha imaginación y además te va dando que pensar durante todo el libro; sin embargo, para mi gusto hay demasiada filosofía, demasiada física cuántica y demasiados temas que no me gustan y que, -¿por qué no decirlo?- no entiendo. De hecho quizás el motivo por el que no me han gustado ciertas partes es porque no entendía bien lo que quería decir y me aburría. Aunque también es cierto que la forma en que estaban redactados no me provocó ningún tipo de interés por estos temas. Quizás expresados de otra manera podrían llegar a interesarme.
La protagonista compra un libro que pensaba que realmente no existía y que según dicen está maldito. Desde el momento que el libro cae en sus manos su vida cambia radicalmente haciéndola pasar por diferentes situaciones tanto en el mundo real como en la troposfera. La troposfera es el lugar al que Ariel, la protagonista, entra cada vez que toma la fórmula que aparece dentro del libro y que supuestamente es la culpable de la maldición. Una vez dentro, Ariel se da cuenta de que es capaz de entrar en la mente de las personas y de los animales, ponerse en su lugar y decidir por ellos. Sin embargo no todo es bonito dentro de la troposfera. Hay gente que quiere lo que Ariel ha descubierto y la persiguen de mente en mente (creo que para entender todo este lío lo mejor sería leer el libro) para tratar de conseguirlo. Varios personajes se cruzan en su vida tanto dentro como fuera de la troposfera, de los cuales yo me quedo con Apolo Esminteo, el Dios de los ratones que trata de ayudarla siempre que puede.
Por otro lado la vida de la protagonista es un caos de sexo, independencia, tabaco y alcohol mezclado con mucha psicología, física cuántica y religión. Para mí desde luego no es la mezcla perfecta (demasiada física cuántica) aunque la mayoría de las críticas que he leído no coincidan conmigo.
Llevo varios meses con el libro en casa y hasta ahora no me he decidido a cogerlo y empezar a leerlo. No tardé mucho en darme cuenta de que no iba a ser nada de lo que yo me había imaginado.
Por lo que había leído es un libro que te engancha desde el primer momento. Y es cierto que me ha enganchado a ratos pero para nada todo el libro. De hecho ha habido algunos capítulos que he deseado que no existieran ya que me han parecido pesadísimos. La idea original es muy buena. De hecho me ha encantado. La autora le ha echado mucha imaginación y además te va dando que pensar durante todo el libro; sin embargo, para mi gusto hay demasiada filosofía, demasiada física cuántica y demasiados temas que no me gustan y que, -¿por qué no decirlo?- no entiendo. De hecho quizás el motivo por el que no me han gustado ciertas partes es porque no entendía bien lo que quería decir y me aburría. Aunque también es cierto que la forma en que estaban redactados no me provocó ningún tipo de interés por estos temas. Quizás expresados de otra manera podrían llegar a interesarme.
La protagonista compra un libro que pensaba que realmente no existía y que según dicen está maldito. Desde el momento que el libro cae en sus manos su vida cambia radicalmente haciéndola pasar por diferentes situaciones tanto en el mundo real como en la troposfera. La troposfera es el lugar al que Ariel, la protagonista, entra cada vez que toma la fórmula que aparece dentro del libro y que supuestamente es la culpable de la maldición. Una vez dentro, Ariel se da cuenta de que es capaz de entrar en la mente de las personas y de los animales, ponerse en su lugar y decidir por ellos. Sin embargo no todo es bonito dentro de la troposfera. Hay gente que quiere lo que Ariel ha descubierto y la persiguen de mente en mente (creo que para entender todo este lío lo mejor sería leer el libro) para tratar de conseguirlo. Varios personajes se cruzan en su vida tanto dentro como fuera de la troposfera, de los cuales yo me quedo con Apolo Esminteo, el Dios de los ratones que trata de ayudarla siempre que puede.
Por otro lado la vida de la protagonista es un caos de sexo, independencia, tabaco y alcohol mezclado con mucha psicología, física cuántica y religión. Para mí desde luego no es la mezcla perfecta (demasiada física cuántica) aunque la mayoría de las críticas que he leído no coincidan conmigo.
Un ejemplo de la mezcla que mencionaba antes podría ser esta conversación:
La mirada de Adam es dura, pero su voz es tierna
-¿Por qué estaría mal?
-Lo sabes muy bien. Todos se ofenderían si lo supieran.
-¿Y no sería culpa suya por no entender los átomos?
-¿Tu crees? No es eso lo que dice la cultura. Imagínate que utilizas eso como defensa de un asesinato. Señor juez en realidad no la apuñalé porque los átomos del cuchillo nunca tocaron los átomos de su cuerpo>>. No podemos prescindir de la cultura sólo porque nos convenga. Bueno, sí que podemos, o convencernos de que eso es lo que hacemos, pero nos sentiríamos culpables de todas formas.- Suspiro. Es fácil hablar así, pero no explicar lo que siento en realidad. ¿Qué diría? Adam, quiero verte desnudo. Quiero chuparte la polla, tenderme y que me folles, pero no en un convento porque me sentiría sucia y mala, y seguramente voy a morir pronto; y aunque no creo demasiado en el cielo, he visto una entidad que afirmaba ser un dios recientemente y no me apetece arruinar todas mis posibilidades en el último momento.
-¿Por qué estaría mal?
-Lo sabes muy bien. Todos se ofenderían si lo supieran.
-¿Y no sería culpa suya por no entender los átomos?
-¿Tu crees? No es eso lo que dice la cultura. Imagínate que utilizas eso como defensa de un asesinato. Señor juez en realidad no la apuñalé porque los átomos del cuchillo nunca tocaron los átomos de su cuerpo>>. No podemos prescindir de la cultura sólo porque nos convenga. Bueno, sí que podemos, o convencernos de que eso es lo que hacemos, pero nos sentiríamos culpables de todas formas.- Suspiro. Es fácil hablar así, pero no explicar lo que siento en realidad. ¿Qué diría? Adam, quiero verte desnudo. Quiero chuparte la polla, tenderme y que me folles, pero no en un convento porque me sentiría sucia y mala, y seguramente voy a morir pronto; y aunque no creo demasiado en el cielo, he visto una entidad que afirmaba ser un dios recientemente y no me apetece arruinar todas mis posibilidades en el último momento.
1 comentario:
me gusto la su escrito, su critica y su recomendación, le mando un saludo.
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