Este libro cuenta la historia de un chico (Giacomo) que no cree demasiado en el amor,... hasta que conoce a una chica en el tranvía con la que ni siquiera ha cruzado una palabra (Michaela) y siente que ella es la persona que ha estado buscando toda su vida. Un día ella se envalentona y le invita a tomar café porque quiere decirle que ha aceptado un trabajo en Nueva York y que ya no viajará más en el tranvía. Pasan varios meses y él decide viajar hasta allí para verla. Allí comienzan un juego que les ayudará a vivir los días que les quedan antes de que Giacomo se vuelva a Italia para recuperar su vida.
El libro me ha resultado de muy fácil lectura y entretenido, aunque también ha habido momentos que me ha resultado un poco empalagoso. La idea es original, pero no deja de ser el "típico" chico conoce chica, chica conoce chico, chico se enamora de chica y ¿chica se enamora de chico?, jeje no iba a contaros el final del libro, claro. También hay partes divertidas y partes que te invitan a reflexionar sobre cómo es la vida y sobre cómo la vive cada uno.
Cuando vi el libro sentí el impulso de comprarlo. Tenía que leerlo y no sabía bien porqué... hasta que lo leí. Ahora ya sé que el libro tiene ciertos paralelismos con algo que me ocurrió a mí hace años, sólo que yo no fui capaz de llevarlo a cabo. Yo no me atreví a dar el salto y cruzar el charco para empezar el juego (entiéndase cruzar el charco como una metáfora). El caso es que en su día llegué a preparar un juego similar al que se plantea en el libro pero sin atreverme al final a hacer partícipe a la otra persona, así que si algo he sacado en claro de esta lectura es que fui tonta por no haberlo intentado al menos. Me arrepiento de lo que no hice, pero ya no hay vuelta atrás. Quizás por eso me haya gustado la historia de Giacomo, porque independientemente de que su relación con Michaela llegue a buen puerto o no, puede decir que lo ha intentado. Por supuesto todo esto que digo se puede aplicar no sólo al amor que muchas veces es complicado, sino a cualquier aspecto de la vida diaria como el trabajo o los estudios, donde seguro que todos hemos tenido alguna vez que tomar una decisión complicada.
Era la primera vez que me encontraba en una terraza de Manhattan. Hasta ese momento sólo las había visto en las películas.El espectáculo era increíble.Se divisaban los rascacielos iluminados del Uptown, arecía un póster. Mientras contemplaba esa maravilla, Michaela empezó a besarme y me dijo que quería hacer el amor allí, en ese precioso instante...
... Mientras la miraba vislumbraba a la vez la ciudad desde lo alto. Hacía el amor con ella y, al mismo tiempo, con todo Manhattan.
Era la primera vez que me encontraba en una terraza de Manhattan. Hasta ese momento sólo las había visto en las películas.El espectáculo era increíble.Se divisaban los rascacielos iluminados del Uptown, arecía un póster. Mientras contemplaba esa maravilla, Michaela empezó a besarme y me dijo que quería hacer el amor allí, en ese precioso instante...
... Mientras la miraba vislumbraba a la vez la ciudad desde lo alto. Hacía el amor con ella y, al mismo tiempo, con todo Manhattan.
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