Considero que terminé de leerme la saga de Crepúsculo en su momento justo puesto que coincidió con el momento en que empezaba a sentirme un poco saturada de tanto amor entre vampiros y humanos (me leí los cuatro libros del tirón). De hecho, me dejó con ganas de leer algo que realmente pudiera llamar
historia de vampiros. Es más, me compré Drácula de Bram Stoker para poder decir que me había leído algo del género vampírico, pues lo de
Crepúsculo es más una historia de amor que otra cosa.

Sin embargo, antes de leer Drácula, cayó en mis manos Nocturna de Guillermo del Toro y Chuck Hogan y no pude sino empezar a leerlo.
Habla de vampiros también, pero nada que ver con los de Stephenie Meyer. Estos son malos. Crueles. Y sólo les importa seguir bebiendo sangre.
El libro comienza con un montón de personajes diferentes, cada uno importante a su manera, y con un avión que llega al aeropuerto JFK de Nueva York con todo el avión lleno de cadáveres. No son cadáveres ensangrentados como podría esperarse de un libro de vampiros, sino que parecen más dormidos que muertos. Sin embargo algo sinientro envuelve todo el suceso y pronto empiezan a pasar cosas realmente extrañas.
Una vez leí un libro que se llama Lunar Park y que no recomiendo en absoluto. Me pareció bastante malo, de mal gusto y me dejó mal sabor de boca. Se podría decir que devoré los últimos capítulos, pero más por terminarlo y acabar con él, que porque me hubiera enganchado realmente. El problema que tuve, a parte de que no me gusta dejar los libros a medias, fue que me daba miedo y necesitaba saber qué pasaba al final. Con este libro me ha vuelto a pasar algo de lo que me pasó con Lunar Park (en lo referente al miedo, no a que me parezca malo y de mal gusto), y es que hay partes que me están dejando un poco acojonada. El fin de semana pasado, por ejemplo, estuve en la casa de la playa de un amigo y una de las noches cuando se fue a dormir todo el mundo me quedé leyendo este libro en la terraza, escuchando el mar de fondo y sola. Completamente sola. Decidí que había llegado la hora de irse a dormir cuando fui consciente de que si seguía leyendo me iba a poner paranoica a la hora de subir las escaleras y llegar a la habitación en la que iba a dormir. No es que me considere una chica miedosa ni mucho menos, pero el otro día el libro me pilló con la guardia baja y al final me quedé dormida con un ojo abierto y otro cerrado. Por si a caso...
No se puede decir que sea una fan de las historias de vampiros (por lo menos no por el momento), pero sí que terminaré de leer la trilogía cuando se publique. Esta primera parte cumple con la misión de entretenerme (que no es poco). Además, tiene una trama original y me ha enganchado a ratos. Por ahora, y para ser la primera incursión en el mundo vampírico creo que me puedo dar por satisfecha.
Por último, cuando digo primera incursión por supuesto no cuento con Crepúsculo y con el resto de la saga porque no considero que sea una historias de vampiros como tal. Una historia como se entendían las historias de vampiros antes de que se publicara la novela de Meyer. Es decir, las historias de vampiros que aterrorizan al mundo. Quizás se pueda interpretar de todo esto que la saga de Crepúsculo no me gustó, pero nada más lejos de la realidad. Me gustó y disfruté cada uno de los libros. Sobre todo con el primero. Lo único que digo es que es completamente diferente a Nocturna.
Setrakian se inclinó, incapaz de aceptar que el Amo hubiera estado en ese apartamento y que ahora hubiera escapado. Su corazón latía agitado contra el pecho como si se le fuera a salir.
-¡Ayúdenme, por favor!
Miró a un lado; Fet tenía al otro vampiro en el suelo y Nora lo neutralizaba con la lámpara. Setrakián sintió una nueva oleada de furia y avanzó con su espada de plata.
Fet vio sus ojos desorbitados.
-No, espere...
Setrakian atacó al vampiro, atravesándole el cuello con su espada y rozando las manos del exterminador. Apartó el cuerpo decapitado con un puntapié antes de que la sangre blanca cayera sobre Fet.