El día que compré El manuscrito de Neopatria por 1€ también me hice con dos libros más por 1,95€ cada uno. Los dos libros pertenecen a la serie Tigresas y me llamaron la atención lo suficiente como para realizar tal desembolso. Si hubieran costado un poco más creo que no los habría comprado pero gastar 4 € era algo que podía permitirme sin quitarme nada a final de mes.
Acabo de terminar el primero de los dos libros y confirmo que si hubiera pagado no mucho más por ellos habría terminado cabreándome conmigo misma por gastar tanto en libros que ni fú ni fá. A ver, me explico: el libro está bien pero para el precio que tenía, porque al final me ha parecido un poco pasteloso y no me gustan los finales así. Por lo demás el libro no está mal.
Después de leer la sinopsis pensé que sería un libro del tipo Memorias de una Geisha, en el que se muestran los distintos rituales y aprendizajes por el que pasan las niñas para convertirse en Geishas. Sin embargo cuando empecé a leer me di cuenta de que lo que tenía en las manos era más una novela erótica que otra cosa. La trama me ha enganchado y ciertos pasajes me han resultado muy sensuales. Teniendo en cuenta la relación calidad-precio se puede decir que el libro me ha gustado bastante
Lydia es una chica inglesa que viaja a Shanghai en busca de su prometido. Su idea es darle una sorpresa, pero la sorpresa se la lleva ella cuando es raptada y vendida nada más atracar su barco. Su destino tendría que haber sido un burdel de mala muerte, pero es comprada una segunda vez por Ru Shan, un hombre chino de familia honorable que necesita a Lydia para conseguir la inmortalidad del alma. Según sus creencias, para conseguirlo necesita equilibrar su yin y su yan pero eso no es algo que pueda conseguir él solo. El yan, la energía masculina, le sobra por todos lados, sin embargo el yin, la energía femenina, no sabe ni siquiera lo que es. A través de rituales erótico festivos (por supuesto en el libro no lo llaman así) consigue no sólo el yin de Lydia, sino también enamorarla y enamorarse él.
El libro, escrito de manera muy sensual, a menudo te deja expectante y con ganas de saltarte párrafos para llegar a lo más interesante. Sí, ya sé que las prisas no son buenas consejeras y que hay veces que queremos saltarnos los preliminares, pero como por lo general estos no suelen defraudar, yo recomiendo no ser impacientes al leer el libro y leer cada párrafo a su debido tiempo.
Lydia se encontró otra vez enfrentada al intrigante misterio que era Ru Shan. Era extremadamente respetuoso y ni una sola vez se excedió en sus prácticas. En realidad la parte de Lydia que disfrutaba hubiera querido más velocidad, nuevas experiencias. Pero él no pensaba aprovecharse. Siempre la saludaba y se despedía con una inclinación. Hablaba sinceramente con ella, casi con respeto, y a menudo elogiaba sus progresos, aunque en verdad ella no hacía otra cosa que sentir lo que él le hacía. Y siempre, siempre le daba las gracias por su tiempo, como si ella tuviese otra opción.
Acabo de terminar el primero de los dos libros y confirmo que si hubiera pagado no mucho más por ellos habría terminado cabreándome conmigo misma por gastar tanto en libros que ni fú ni fá. A ver, me explico: el libro está bien pero para el precio que tenía, porque al final me ha parecido un poco pasteloso y no me gustan los finales así. Por lo demás el libro no está mal.
Después de leer la sinopsis pensé que sería un libro del tipo Memorias de una Geisha, en el que se muestran los distintos rituales y aprendizajes por el que pasan las niñas para convertirse en Geishas. Sin embargo cuando empecé a leer me di cuenta de que lo que tenía en las manos era más una novela erótica que otra cosa. La trama me ha enganchado y ciertos pasajes me han resultado muy sensuales. Teniendo en cuenta la relación calidad-precio se puede decir que el libro me ha gustado bastante
Lydia es una chica inglesa que viaja a Shanghai en busca de su prometido. Su idea es darle una sorpresa, pero la sorpresa se la lleva ella cuando es raptada y vendida nada más atracar su barco. Su destino tendría que haber sido un burdel de mala muerte, pero es comprada una segunda vez por Ru Shan, un hombre chino de familia honorable que necesita a Lydia para conseguir la inmortalidad del alma. Según sus creencias, para conseguirlo necesita equilibrar su yin y su yan pero eso no es algo que pueda conseguir él solo. El yan, la energía masculina, le sobra por todos lados, sin embargo el yin, la energía femenina, no sabe ni siquiera lo que es. A través de rituales erótico festivos (por supuesto en el libro no lo llaman así) consigue no sólo el yin de Lydia, sino también enamorarla y enamorarse él.
El libro, escrito de manera muy sensual, a menudo te deja expectante y con ganas de saltarte párrafos para llegar a lo más interesante. Sí, ya sé que las prisas no son buenas consejeras y que hay veces que queremos saltarnos los preliminares, pero como por lo general estos no suelen defraudar, yo recomiendo no ser impacientes al leer el libro y leer cada párrafo a su debido tiempo.
Lydia se encontró otra vez enfrentada al intrigante misterio que era Ru Shan. Era extremadamente respetuoso y ni una sola vez se excedió en sus prácticas. En realidad la parte de Lydia que disfrutaba hubiera querido más velocidad, nuevas experiencias. Pero él no pensaba aprovecharse. Siempre la saludaba y se despedía con una inclinación. Hablaba sinceramente con ella, casi con respeto, y a menudo elogiaba sus progresos, aunque en verdad ella no hacía otra cosa que sentir lo que él le hacía. Y siempre, siempre le daba las gracias por su tiempo, como si ella tuviese otra opción.
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