Presentación de Sin lavarse las manos en Madrid

El pasado día 13 de diciembre recibí un mail de Silvia G.Guirado, autora de Los colores olvidados y La inspiración dormida, invitándome a la presentación en Madrid de Sin lavarse las manos, un libro de cuentos protesta.

No me lo pensé dos veces y acepté la invitación así que al día siguiente me presenté en la Librería Traficantes de Sueños (¿no os encanta el nombre de la librería?) en la calle Embajadores 35. La tienda está un poco escondida, pero conociendo los datos se llega fácil.

Lo primero que llamó mi atención fue precisamente eso, la librería. Según entras te encuentras a la derecha en una sala bastante amplia con los techos muy altos en la que había varios niños jugando al ajedrez en diferentes mesas. A la izquierda está la librería propiamente dicha delimitada por paredes de cristal.

Nada más llegar fui a saludar a Silvia y a presentarle a mi amiga Yrene que vino como mi acompañante. Charlamos un ratillo pero después Silvia se tuvo que marchar para preparar la presentación e Yrene y yo fuimos a coger sitio cerca de los protagonistas. La presentación comenzó con una introducción de Silvia como representante de la editorial Play Attitude y continuó con una pequeña introducción del autor del libro Gustavo Duch.

Más tarde su amigo Jeromo Aguado, campesino y especialista en *Almortas, presentó el libro y amenizó la tarde leyendo un cuento que él mismo había escrito hacía diez años y que a mí, personalmente, me gustó mucho. Sobre todo me gustó una frase que decía algo como que hace muchos años, cuando las multinacionales no atacaban a los campesinos, el oficio de pobre “era más digno porque al pobre nunca se le dejó morir de hambre” (Perdona Jeromo si no lo he escrito correctamente, pero cuando me quise dar cuenta de la frase y apuntarla ya se había medio borrado de mi memoria)

Más tarde le tocó el turno a las actrices Emma Cohen y Vicky Peña que leyeron un cuento cada una del libro que se presentaba. Las dos me gustaron mucho, pero Vicky Peña se puede decir que prácticamente le dio vida a la historia con su lectura. Emma Cohen leyó con otro estilo, más pausado, quizás más dramático, pero que también captó la atención del público.

Antes de dar por finalizada la presentación el propio Gustavo leyó uno de los cuentos que él mismo había escrito y después se abría el turno de preguntas y/o comentarios. Hay que destacar la aparición de Pedro (creo que ése era su nombre), un campesino de Villaconejos que nos contó sus experiencias en el campo con mucho salero. No sé quizá es que me recordaba un poco a mi abuela contando sus historias, pero me resultó entrañable.

El libro me lo llevé firmado a casa, pero aún no lo he leído. Tiene buena pinta, eso sí, y las ilustraciones también son muy interesantes. Ya os contaré cuando lo lea.

*De la familia de las leguminosas que ayudó a muchas familia a no morir de hambre durante la guerra civil.