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jueves, 14 de diciembre de 2017

Todas las horas mueren - Miriam Beizana Vigo

Hace mucho tiempo, después de un desengaño amoroso, escribí una carta en la que hablaba del paso del tiempo, de cómo los minutos pasan y ya no vuelven nunca, y a ellos les da igual si tú estás aprovechándolos o si los estás perdiendo, que no van  a dejar de pasar por ti. Cuando leí el título de este libro algo hizo clic en mi cabeza y me llevó a esa carta que escribí. Por eso no pude evitar comprarlo.
Tenemos la historia de Olivia y de Dorotea. La primera está ya en la vejez mientras que la segunda acaba de cumplir la mayoría de edad. Sin embargo si pusiéramos una al lado de la otra con esos mismos dieciocho años encontraríamos que no hay muchas diferencias entre ellas porque ambas estarían solas y perdidas.
Las dos llegan al mismo pueblo con muchos años de diferencia, y el destino, si queréis llamarlo así, se encarga de juntarlas. Olivia llegó hace muchos años, compró una casa y un local donde puso una cafetería y se instaló allí. Dorotea deja la casa en la que se crio porque no aguanta más tiempo los malos tratos y la indiferencia de sus progenitores. Su coche se estropea y decide parar en el mismo pueblo para que lo vea un mecánico. Mientras lo arreglan, Olivia le da trabajo en la cafetería.
Así es como la vida de las dos mujeres se unen.
Olivia vive de los recuerdos de Laura, que murió mucho tiempo atrás, y ha dejado pasar su vida sin pena ni gloria. Trabaja su cafetería y se relaciona poco con la gente. Gracias a varios flashbacks sabremos quién es Laura, a quien conoció durante el franquismo, y qué aportó a su vida para que siga anclada a su recuerdo tanto tiempo después.
Dorotea, por su parte, nos va contando la mala vida que le han dado siempre sus padres. La falta de cariño es más que evidente y dan ganas de quedarse con ella para decirle que todo va a ir bien.
“Todas las horas mueren” me ha gustado, aunque el final me ha parecido un poco precipitado. Creo que podría haber dado para una novela un poco más extensa, sobre todo la parte de Dorotea una vez que llega al pueblo. Creo que es un personaje con mucho potencial. Me habría gustado leer algo así como su resurgir de las cenizas, cual Ave Fénix.
Por otro lado ha habido algo que me ha chirriado un poco y ha sido que durante la narración se menciona que Dorotea no tiene mucha educación porque se puso a trabajar pronto; sin embargo muchas veces cuando habla parece alguien muy culto. No me ha parecido muy coherente, pero en cualquier caso, no es algo como para dejar de recomendar el libro, porque lo cierto es que me ha gustado.
Olivia se planteó en varias ocasiones si la felicidad también pertenecía al saco de las horas que mueren.

3 comentarios:

Margari dijo...

Pese a ese fallito que comentas, se nota que lo has disfrutado. Y me dejas con ganitas de leer este libro.
Besotes!!

Rocío CazaEstrellas dijo...

No pinta mal, yo también me lo anoto pese a ese pero. A veces, inesperadamente, un título, una canción, una frase, nos lleva a momentos inesperados ya vividos. Un besote!

Narayani dijo...

Ya me contaréis si os animáis con ella. Yo, personalmente, creo que merece la pena.

Besos!