Hace mucho tiempo, después de un desengaño amoroso, escribí
una carta en la que hablaba del paso del tiempo, de cómo los minutos pasan y ya
no vuelven nunca, y a ellos les da igual si tú estás aprovechándolos o si los
estás perdiendo, que no van a dejar de
pasar por ti. Cuando leí el título de este libro algo hizo clic en mi cabeza y
me llevó a esa carta que escribí. Por eso no pude evitar comprarlo.
Tenemos la historia de Olivia y de Dorotea. La primera está
ya en la vejez mientras que la segunda acaba de cumplir la mayoría de edad. Sin
embargo si pusiéramos una al lado de la otra con esos mismos dieciocho años
encontraríamos que no hay muchas diferencias entre ellas porque ambas estarían
solas y perdidas.
Las dos llegan al mismo pueblo con muchos años de
diferencia, y el destino, si queréis llamarlo así, se encarga de juntarlas.
Olivia llegó hace muchos años, compró una casa y un local donde puso una cafetería
y se instaló allí. Dorotea deja la casa en la que se crio porque no aguanta más
tiempo los malos tratos y la indiferencia de sus progenitores. Su coche se
estropea y decide parar en el mismo pueblo para que lo vea un mecánico.
Mientras lo arreglan, Olivia le da trabajo en la cafetería.
Así es como la vida de las dos mujeres se unen.
Olivia vive de los recuerdos de Laura, que murió mucho
tiempo atrás, y ha dejado pasar su vida sin pena ni gloria. Trabaja su
cafetería y se relaciona poco con la gente. Gracias a varios flashbacks
sabremos quién es Laura, a quien conoció durante el franquismo, y qué aportó a
su vida para que siga anclada a su recuerdo tanto tiempo después.
Dorotea, por su parte, nos va contando la mala vida que le
han dado siempre sus padres. La falta de cariño es más que evidente y dan ganas
de quedarse con ella para decirle que todo va a ir bien.
“Todas las horas mueren” me ha gustado, aunque el final me
ha parecido un poco precipitado. Creo que podría haber dado para una novela un
poco más extensa, sobre todo la parte de Dorotea una vez que llega al pueblo.
Creo que es un personaje con mucho potencial. Me habría gustado leer algo así
como su resurgir de las cenizas, cual Ave Fénix.
Por otro lado ha habido algo que me ha chirriado un poco y
ha sido que durante la narración se menciona que Dorotea no tiene mucha
educación porque se puso a trabajar pronto; sin embargo muchas veces cuando
habla parece alguien muy culto. No me ha parecido muy coherente, pero en
cualquier caso, no es algo como para dejar de recomendar el libro, porque lo
cierto es que me ha gustado.
Olivia se planteó en varias ocasiones si la felicidad
también pertenecía al saco de las horas que mueren.
3 comentarios:
Pese a ese fallito que comentas, se nota que lo has disfrutado. Y me dejas con ganitas de leer este libro.
Besotes!!
No pinta mal, yo también me lo anoto pese a ese pero. A veces, inesperadamente, un título, una canción, una frase, nos lleva a momentos inesperados ya vividos. Un besote!
Ya me contaréis si os animáis con ella. Yo, personalmente, creo que merece la pena.
Besos!
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