No recuerdo si este libro estaba en casa de mi madre, o en
casa de mi abuela, pero el caso es que tiene ya unos años. La verdad es que es
una portada que recuerdo haber visto desde hace mucho tiempo, pero nunca me
había dado por leerlo hasta ahora.
El protagonista, Dimitri, llega a una pequeña isla griega
huyendo del destino que le tiene preparado su padre: ir a la universidad,
casarse y dedicarse a algo que genere dinero. En verdad, algo que todos los padres
quieren parar sus hijos, solo que en este caso es algo que se le impone mas que un deseo del padre, por eso se marcha de casa y acaba en una pequeña cabaña en una isla perdida de la
mano de dios en la que apenas ve a gente. Además, un poco antes de partir hacia
la isla sufre un desengaño amoroso, lo que hace que su partida, además de para
dar un escarmiento a su padre, le sirva para olvidarse de Elisa, la chica en cuestión.
Sale a pescar y a pasear en una barca que compra gracias a
la ayuda de Lucas, el borrachín, uno de sus tres amigos en su nuevo hogar; los
otros dos son Tomás, el pescador de pulpos, y su hija Angela, que ama el mar y
a sus habitantes por encima de todo. En cuanto Angela y él se ven surge algo con lo que
Dimitri no contaba, pero no puede evitar sentirse muy atraído por esta mujer de
la que se dice que es un sirena por la cantidad de tiempo que pasa dentro del
agua; da igual si llueve, si hay marejada o si brilla el sol en el cielo, ella
pasa horas nadando en mar abierto. Tiene un vínculo especial, y casi obsceno,
con el mar que nadie entiende. Tampoco Dimitri. Y si me apuráis, tampoco el
lector. Por su parte, Elisa aparece de vez en cuando para sembrar dudas en nuestro protagonista
que, mientras tanto, se dedica a intentar seducir a Angela.
Arrastramos la barca por la arena. Yo quise tomarla en mis
brazos y llevarla a mi choza. Su cuerpo dejaba sobre el mío el frescor de la
noche y del mar. Ella se apretó ligeramente contra mí para darme el placer de
la caricia que yo deseaba ávidamente; después, en un movimiento seco, me
rechazó, me lanzó a la orilla, me arrojó mis pantalones cortos, sacó la barca
en unas fuertes abrazadas y desapareció.
Es una lectura lenta, sensual en ocasiones, con muchas frases
dignas de marcar y con una manera de narrar que, a mí personalmente, me ha
gustado mucho. Le pongo un pero y es que en ocasiones la historia me ha parecido un poco repetitiva.
En resumen, Una muchacha desnuda es una novela
para leer con calma, parándose a releer y a disfrutar de algunas frases bonitas
de esas con las que nos gusta recrearnos a los lectores.
Un hombro moreno, quemado como la corteza dorada de un pan.
Por último, decir que si la portada me gustaba antes de leer
el libro, ahora me encanta. Es muy apropiada para la historia que cuenta.
¿Habéis leído esta novela? ¿Os sonaba?
4 comentarios:
Pues tengo mis dudas con este libro, además de que no sé si tendría facilidades para encontrarlo, je. Un besote!
No termina de llamarme esta vez así que esta vez lo dejo pasar.
Besotes!!!
Lo conozco porque lo he tenido en la librería, pero poco más.
Parece una lectura interesante =)
Besotes
No recuerdo haber visto este libro antes. Si lo encuentro en la biblio lo leeré.
Besos
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