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miércoles, 15 de abril de 2020

El día que dejó de nevar en Alaska - Alice Kellen

Este es uno de los muchos libros que han llegado a mí de manera gratuita por el coronavirus. Como sabéis, muchas editoriales y escritores independientes han puesto algunas obras gratis en las plataformas de compra digital estos días y no he perdido la oportunidad de hacerme con varias novelas interesantes. Entre ellas la que traigo hoy.

Heather es una chica de San Francisco que, a pesar de que parece que tiene una buena vida, tiene fantasmas de los que huir. No sabe a dónde, ni tampoco cuánto tiempo estará fuera, pero sabe que tiene que salir de su casa para poder seguir avanzando. Un póster con una foto de un lago y unas montañas nevadas que tiene en su habitación le hace decidirse por Alaska. Alquila una pequeña cabaña en mitad del bosque y se hace amiga de su casero, con quien mantiene largas charlas y partidas de ajedrez.También aprovecha para salir a correr, algo que había dejado de hacer, pero que le da mucha libertad y la hace sentir viva.  

Nilak siempre ha vivido en Alaska, pero no en el pequeño pueblo en el que vive ahora. Tiene un restaurante en la calle principal con su socio y es una persona extremadamente fría y triste. Apenas habla y, por desgracia para Heather, cuando lo hace no suele ser demasiado amable. Eso sí, le da trabajo de camarera en el restaurante al poco de llegar. 

El día que dejó de nevar en Alaska es una historia romántica, sí, pero también de superación. Heather no está bien, tiene que poner orden en su vida y hacerlo tan lejos de su casa, y en un lugar tan frío, no siempre le parece la mejor idea que ha tenido. Es un personaje fuerte que va creciendo a medida que avanza la historia. Ella tiene la sensación de estar huyendo, pero a mí me parece que es todo lo contrario, que fue una decisión valiente la que tomó y nada fácil.

Matthew sabía que el ámbar me encantaba. Me gustaba porque, a pesar de su color caramelo, era translúcido y permitía ver lo que ocultaba dentro. Era esa transparencia engañosa lo que me atraía. Me pregunté por qué yo no podía ser igual. Ser ámbar, colorida, y a la vez no tener sombras ni rincones opacos. 

Nilak y Heather no se hacen amigos de primeras, pero a su manera, se toleran. Además trabajan en el mismo sitio así que a la fuerza tienen que pasar tiempo juntos. Heather poco a poco se va haciendo un hueco en el pueblo y va ampliando su círculo de amistades. Personas que la tratan como si fuera de la familia y que respetan sus silencios y sus decisiones. En cuanto a Nilak, cada vez se va abriendo un poco más a la gente (cuando digo que casi no habla, no lo digo por decir). Para mí la evolución de este personaje no es tan marcada como el de Heather, pero también evoluciona y eso es importante. Su relación se basa en que ella habla y habla y habla y él escucha o hace que escucha, pero rara vez contesta. Esta parte me pareció bonita porque, aunque a veces Nilak nos puede sacar de quicio, Heather nos va dando pinceladas de qué es lo que le ha llevado hasta un pueblo perdido de la mano de dios en Alaska. Además, es su manera de comunicarse y a ellos, más o menos, les funciona así. 

De vez en cuando, entre capítulos, encontramos extractos de un diario. No suelen ser muchas páginas, pero nos va dando información de otro personaje que iremos conociendo poco a poco. No es difícil averiguar de quién es este diario, pero si queremos saber qué pasa en esa otra historia habrá que llegar al final del libro. 

Personalmente he disfrutado mucho con la lectura porque cada vez que la cogía me metía por completo dentro de la historia. Tanto, que solo me duró un día. Solo he encontrado un pero que, si bien es cierto que me chirrió durante un rato, después le vi más sentido, y es que hay dos personajes masculinos que, en su afán por proteger a la protagonista en una escena, parece que le estén "ordenando" las cosas en lugar de ofreciéndose a ayudar. Sinceramente, no sé si es algo exagerado por mi parte mencionarlo, pero lo cierto es que mi conciencia feminista me sacó de la historia por un momento y me hizo cuestionar si estaba de acuerdo con la actuación de unos y otra.

Es lo primero que leo de la autora, pero seguiré leyendo cosas suyas seguro. De hecho, no sabía que era suyo hasta que no terminé este, pero ya tenía apuntado su libro "Nosotros en la luna" para comprarlo en la Feria del Libro. Espero que después del verano podamos, por fin, disfrutar de la Feria por el parque del Retiro como hemos hecho todos los veranos. Con suerte podré llevármelo firmado y dedicado a casa. 

Y ya para terminar, quiero agradecer a todos los autores y editoriales que están poniendo su granito de arena en esta crisis sanitaria para que estemos más entretenidos en nuestro confinamiento. A mí, al menos, me habéis regalado muchas horas de evasión y lo mínimo que puedo hacer es agradecerlo. 

6 comentarios:

Mary-chan dijo...

¡Hola! ^^
No puedo ponerle ni una sola pega a este libro porque me gustó mucho. Me encantó la historia, el romance, la magnífica ambientación que hace que quieras viajar a Alaska, los protagonistas… Y eso que al principio el personaje de Nilak no me gustaba nada, pero poco a poco me fue conquistando. Me quedo por tu blog :)
Besos!

Lorena Álvarez González dijo...

Bueno, a veces solo necesitamos que alguien nos escuche, ¿no?
Parece una buena lectura para evadirse aunque, con tanto pendiente, no sé qué decirte.
Besos

Margari dijo...

Tengo dos libros de la autora por casa, que regalé a mi hija, a ver si le vuelve la pasión lectora. Qué mala es la edad del pavo! Se leyó el primer libro el verano pasado y ya no ha vuelto a coger un libro. Y eso que le gustó. Al final me voy a animar yo.
Besotes!!!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

No lo conocía pero creo que puede gustarme mucho, me lo apunto. Muchos besos.

Shorby dijo...

La verdad es que de entrada lo que me llama es que suceda en Alaska jajajaj pero no me importaría leerlo =)

Besotes

buhoevanescente dijo...

Sólo el libro por título pero tu reseña lo pone fenomenal
Que trabajo hecho con mimo!!!
Saludosbuhos