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lunes, 21 de octubre de 2019

El Club de la Buena Estrella - Amy Tan

Elegí este libro antes de viajar a EEUU este verano porque parte de la historia se desarrolla en San Francisco y yo iba a visitar esa ciudad. No me sirvió para lo que quería, que era conocer un poco de la ciudad antes de llegar a ella, pero sí para adentrarme en las letras de esta escritora. 

Diría que tenemos una protagonista, pero esta se convertirá pronto en secundaria en detrimento del resto de mujeres del libro; o, como mucho, en una igual. Y es que en El Club de la Buena Estrella conocemos la historia de cuatro madres y cuatro hijas unidas más por la falta de entendimiento entre ellas, que por cualquier otra cosa. Las madres se entienden, más o menos, entre ellas. Todas salieron de China hacia Estados Unidos en busca de un lugar mejor. Las hijas, todas nacidas en la tierra de la libertad, quieren vivir su vida a su manera. No han conocido la guerra de su país y viven entre las tradiciones chinas, impuestas por sus madres, y las americanas. 

Conocemos, nada más empezar, el fallecimiento de una de las madres. Su hija, June Wood, ocupa el lugar que deja libre en la mesa de mah-jong y se une al grupo de las madres sin serlo ella. En una de estas reuniones las amigas de su madre le confiesan que tiene dos hermanastras en China y que debe ir en su busca. Y ahí, donde yo pensaba que la historia se centraría en esta búsqueda, comienzan los relatos de estas ocho mujeres. Todas diferentes, pero ninguna fácil. Todas, solo por el hecho de ser mujeres, se han visto abocadas a obedecer, a ser ninguneadas, a ser fuertes y autosuficientes. A sacar adelante la casa, los niños, al marido y a la familia de este. Me ha gustado la crítica que hay en sus páginas, la lucha de las hijas americanas que ven factible un cambio, con sus madres, que tienen las costumbres y la cultura chinas bien arraigadas. 

Por otro lado, me sorprendió mucho la poca empatía que dibuja la autora en los personajes de las madres chinas, asustando a sus hijas con espíritus malignos y todo tipo de leyendas inventadas. A ellas se las contaron sus madres y ellas lo repiten con sus hijas sabiendo lo mal que se lo van a hacer pasar. Esa obediencia que se impone a las niñas, y no a los niños, a base de amenazarlas y meterles miedo.

Entrar en detalles de cada historia lo veo innecesario y, por qué negarlo, también complicado (ahora mismo confundiría nombres con anécdotas y sería un lío). En cualquier caso, lo importante, es el poso que deja la novela, y ese,... ese es bueno. 

- ¡Quieres que sea algo que no soy! -gemí-. ¡Nunca seré la clase de hija que quieres que sea!
- Solo hay dos clases de hijas -le gritó en chino-. ¡Las que son obedientes y las que hacen lo que les da la gana! Solo una clase de hija puede vivir en esta casa. ¡Una hija obediente!
- Entonces ojalá no fuese hija tuya. ¡Ojalá no fueras mi madre!
Mientras así hablaba me embargó el temor. Tuve la sensación de que gusanos, sapos y criaturas viscosas salían de mi pecho, pero también me sentí aliviada, como si aquel lado terrible de mí saliera por fin a la superficie. 

8 comentarios:

Inés dijo...

Me gustó muchísimo esta novela que leí hace años, como comentas, deja un buen poso.
Besos

Margari dijo...

La leí también hace años y me encantó. De las mejores novelas de la autora.
Besotes!!!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Y yo que no he leído nada de ella... A ver si le pongo remedio. Muchos besos.

Lesincele dijo...

La tengo pendiente hace tiempo ya que es una autora que me gusta mucho y este me lo recomendó mi madre.
Un beso!

Rosa Berros Canuria dijo...

Con esta novela yo también conocí a Amy Tan. Muchas son las obras de la autora que he leído desde entonces y he de decir que ninguna me ha decepcionado.
la verdad es que conocí San Francisco mucho después de leer esta novela, pero la imagen del barrio Chino de la ciudad me venía de ella y la realidad no respondió a la idea que yo tenía.
Un beso.

Espe dijo...

No he leído nada de la autora pero llevo tiempo queriendo hacerme con este libro.
Un beso y gracias por la reseña.

Mónica-serendipia dijo...

Hace años que tengo esta novela pendiente, pero pensé que sería muy dramática y por eso la iba dejando. Por lo que nos cuentas, parece más agridulce y muy interesante asomarse a las relaciones materno-filiales de las mujeres chinas de finales del siglo XX, aunque imagino que la emigración incidió también sobre el patrón. Besos.

Shorby dijo...

Me gustó mucho conocer los puntos de vista tan distintos de una generación y otra.

Besotes