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miércoles, 14 de julio de 2010

Sabor a Chocolate José Carlos Carmona

Hoy me ha pasado algo curioso, y es que he terminado dos libros que tenía empezados. Por lo general no acostumrbo a leer libros a pares, pero llevo unas semanas haciéndolo y no me está yendo mal del todo. Con todo esto lo que quiero dar a entender es que voy a escribir dos post el mismo día. Creo que es la primera vez que se da este hecho.
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Hace unas semanas tuve que cambiar mi autobús de siempre para llegar al hospital donde estaba mi abuelo ingresado. El primer día que lo cogí conocí a Jesús, el conductor del autobus, y empezamos a hablar de libros. En concreto del segundo de la saga Millenium que era el que yo estaba leyendo en ese momento. Al día siguiente volvimos a encontrarnos y fuimos todo el camino hablando de libros otra vez. El tercer día nada más verme me dejó un libro que a él le había gustado mucho y que pensó que me podía gustar. La verdad es que el libro es muy cortito y se lee con mucha faclidad. Lo había visto alguna vez en librerías y en internet, pero no tenía ni idea de qué iba. El libro en cuestión se llama Sabor a chocolate, y ésta que os he contado es la pequeña historia de cómo llegó a mis manos.

A pesar de ser un libro optimista puesto que a pesar de los golpes que van sufriendo los personajes siempre terminan saliendo adelante y viendo el lado positivo de las cosas, me parece un libro muy triste y a la vez dulce.

Adrian es un chico que no puede evitar enamorarse de Alma, quien sin embargo no le presta la menor atención. Pasa el tiempo y Adrian decide montar una tienda de chocolates para endulzar la vida de Alma. Poco a poco empiezan a pasar tiempo juntos y parece que el amor puede surgir en cualquier momento entre los dos. Sin embargo ella decide casarse con un capitán de la aviación norteamericana y viaja a EEUU con su marido. Allí pasará una gran parte de su vida con su hermano, su cuñada y su sobrina. Su marido muere a los pocos años de la boda.

Mientras tanto Adrian decide casarse con una muchacha que ha emigrado de su país y comienzan una vida juntos. Ella toca el violín en la orquesta del padre de Alma y por las mañanas despacha en la tienda de choclolates; sin embargo no es feliz del todo porque no consigue quedarse embarazada y decide acabar con su vida.

A estas alturas Alma echa tanto de menos su tierra natal que decide volver para reencontrarse con su "amado" Adrian y terminan casándose.

Sin embargo a pesar de que para mí el verdadero protagonista es Adrian, que fue capaz de levantar una fábrica de chocolate sólo para cortejar a una mujer y endulzarle la vida, Eleanor, sobrina de Alma y más tarde también de Adrian, será al final el personaje que tiene más peso en la historia. Al menos para mí.

Como he dicho antes es un libro bonito, triste y dulce que merece la pena ser leído tanto a pequeños mordiscos como devorado a grandes bocados.

Era el año 1927 y Adrian Troadec tenía 23 años. Fue entonces cuando por primera vez en su vida probó el sabor del chocolate.
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... Adrian Troadec comprendió que Alma Trapolyi corría después de los conciertos porque necesitaba tomar algo dulce tras el esfuerzo físico y la tensión desplegada durante ellos.
Adrian Troadec lo supo entonces: la conquistaría con dulces chocolates.

3 comentarios:

Mertxe Costas-Bookworm dijo...

Si te ha gustado esta novela, ahora tienes que leer "Sabor a canela" del mismo autor. Es una muy bonita novela y más completa que ésta. Se lee muy rapidito porque los capítulos son bastante cortos. Pienso que te puede gustar mucho.

Narayani dijo...

Gracias por la recomendación. Ahora mismo tengo una laaaarguísima lista de libros, pero en algún momento seguro que lo leeré :-)

rossy dijo...

Maravilloso este libro; me quedé con ganas de leer más de este autor y ayer me compré -en el día del libro-, entre otros, "Sabor a canela".

bsos!