A pesar de llevar tiempo diciendo que no quiero más
trilogías ni sagas aparte de las que ya conozco, me he metido de lleno en la de
Los juegos del hambre. ¿Por qué? Pues porque una compañera de trabajo me la ha
recomendado y se ha ofrecido a dejármela y, no nos engañemos, en el fondo, tenía
curiosidad.

Los Juegos del hambre se celebran una vez al año y son tan emocionantes
para los organizadores como macabros, injustos y despreciables para los
participantes y sus familias. Hay 12 distritos y cada uno de ellos tiene que
aportar dos tributos, es decir un chico y una chica de 12 a 18 años, para
competir en los Juegos. En total 24 chicos y chicas de los que al final sólo
quedará uno. ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? Pues eso es lo que yo pensaba. Sin embargo me ha sorprendido
que no me ha resultado una lectura dura por las escenas que pueda tener ya que
está contada como una historia de aventuras. Además no deja de ser una lectura
juvenil con lo que tampoco puede ser demasiado violenta.
Katniss es la protagonista aunque realmente no tendría que
haber ido a los Juegos, sin embargo se ofrece a ir en el lugar de su hermana
pequeña cuando ésta sale la elegida del distrito 12 junto con Peeta, el hijo
del panadero. Katniss es experta cazadora, tanto con arco y flechas como con
trampas, y piensa que gracias a eso podrá aguantar viva más que muchos de los
tributos. Eso sí, ni por asomo piensa que pueda resultar ganadora porque hay
muchos tributos especialmente entrenados para ello. Una vez en el campo de
juego ya no hay amigos porque tarde o temprano uno tendrá que matar al otro, pero
sí que surgen alianzas entre unos y otros para acabar con los enemigos comunes.
En el libro vamos a encontrar amigos que se vuelven enemigos, enemigos que se
convierten en amigos, alianzas, traiciones y, ¿por qué no? también amor y
rebeldía.
Me ha gustado este primer acercamiento a los Juegos del
Hambre. Me ha gustado todo, no hay peros en esta historia, aunque tal vez el
final lo habría preferido más cerrado ya que queda demasiado claro que la
historia continúa. Y no es que no haya un final, ¿eh? Que yo no he dicho eso.
Final hay, que conste.
La película estoy por verla ya aunque creo que eso me
fastidiaría todo lo que tengo en mi cabeza sobre los personajes y los lugares.
La imaginación dejaría de trabajar durante las siguientes lecturas porque
tendría las imágenes de la película en la cabeza, pero la tentación de verla
tengo que decir que es grande…
Tampoco es que importe mucho lo que diga Cato. ¿Acaso no
acaba de perder toda su reserva de provisiones?
“Que empiecen los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre,
Cato –pienso–. Que empiecen de verdad.”