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viernes, 8 de abril de 2016

Mi maravillosa librería Petra Hartlieb

Abrir una librería es, posiblemente, el sueño de todo amante de los libros; sin embargo son muy pocos los valientes que se atreven a hacerlo realidad. Creo que hay que estar un poco loco (desde el cariño, Laura) para embarcarse en algo así en los tiempos que corren pero también es cierto que me dan mucha envidia estos locos.

En el libro que traigo hoy nos encontramos no un loco, sino dos, y de los de verdad. Y es que no solo deciden hacer una oferta por una librería, sino que la hacen en una ciudad que no es la suya. De hecho no está ni siquiera en el mismo país. El matrimonio vive en Hamburgo pero durante un viaje a Viena, de donde es él, se enamoran de una pequeña librería con vivienda en el piso superior y envían la oferta. A partir de ahí nos van contando cómo es el proceso de preparación, compras, reuniones, apertura y mantenimiento de una tienda de barrio. Trabajan muy duro para levantar el negocio y poco a poco van construyendo su pequeña familia librera. Contratan a otros amantes de los libros para trabajar con ellos y la tienda comienza a dar sus frutos.

La novela me ha resultado entretenida y muy inspiradora (te deja claro que querer es poder) pero no he empatizado mucho con la autora y tal vez eso ha hecho que no pase de ser una lectura amena para mí. Creo que fue por una decisión que la narradora toma al principio del libro lo que provocó esa sensación y ya no pude volver a acercarme a ella.

¿Lo recomiendo? Pues creo que sí, ¿por qué no? Es difícil que alguien que disfruta leyendo no lo haga con la creación de un nuevo espacio donde comprar libros, ¿no os parece? Como os decía no pasará a ser mi libro favorito pero sí cumple con su función de entretener.

Hemos comprado una librería. En Viena. Escribimos un email con unas cifras, ofreciendo una cantidad que no teníamos, y al cabo de unas semanas llegó la respuesta: acaba usted de comprar una librería.


6 comentarios:

Agnieszka dijo...

Lo leí hace poco y lo disfruté mucho. Petra no parece demasiado simpática, pero su perseverancia es formidable. Claro, este tipo de cuentos de hadas ocurren en los países donde la gente lee libros. Y una cosa más: ella es de Viena, no él.
besos

Margari dijo...

Pues un libro que tengo que leer. Que además me dejas con la intriga de saber cuál es esa decisión que toma.
Besotes!!!

Ana Blasfuemia dijo...

Es un libro ameno, contado con humor, agradable de leer. No es un librazo y no perdurará en la memoria, pero me gustó leerlo.

Un abrazo

Mónica-serendipia dijo...

Me gustó, es una historia divertida porque está narrada con sentido del humor. Una de las cosas que más me llamó la atención es que a pesar de que la experiencia no esté dulcificada (eso de montar una librería es muy romántico y podría haber dado pie a más ensoñación) tiene un tono de fondo optimista (¿te has dado cuenta de cuántos amigos y conocidos le echan una mano? a veces los seres humanos somos desinteresados en nuestra amistad). Quizás no simpatizamos más con la autora porque no nos gustan sus escritores preferidos o porque no habla tanto de libros como del día a día más realista de un negocio, no sé. Pero sí, es curiosa, entretenida y tiene su gracia. Bss

Shorby dijo...

Jjajjajajajajajaj locuras time!
Pues sí, hay que estarlo, hay que tirarse a la piscina de vez en cuando (o al menos una vez en la vida, luego ya que te des de cabeza con el fondo o no, no se sabe hasta que no catas el agua).

Ya sabes, tengo muchas ganas de leerlo. Aparte de por lo obvio, porque siempre me llaman la atención los libros de este rollo, con librerías de por medio o que traten de libros en sí. Creo que a todos los que nos gusta la lectura compartimos el gusto por esta temática =)

Besotes

Tizire dijo...

El día que conocí este libro me dieron unas ganas locas de leerlo porque la autora parecía realizar un sueño que tenemos muchos... Pero refrené mis ganas para leer algunas reseñas y tomar perspectiva. Esto me ha permitido querer leer el libro con deseo moderado, siendo consciente de que no tengo por qué empatizar con la prota, a pesar de hacer algo que a mí personalmente me encantaría. Tu reseña me reafirma esa idea. 1beso!