Compré este libro por impulso cuando lo vi en la librería y no
me arrepiento en absoluto de haberlo hecho. Para mí era un libro completamente
desconocido, igual que su autora, pero con la poca información que vi en la
portada supe que me iba a gustar.
Noah es un niño de cuatro años que habla de cosas que no ha
vivido, pero lo hace con tanta seguridad y con tanto ahínco, que no hay dudas
de que sabe de qué está hablando. Vive con su madre, Janie, en Manhattan y
siempre pide volver a su casa, con su madre. Con su otra madre. ¿Os imagináis
algo así, que vuestro hijo os diga que se quiere ir a casa cuando ya está en
casa? A mí se me pone la piel de gallina solo de imaginarlo. Janie lleva al
niño a varios médicos y psicólogos, pero ninguno da con el motivo de las “paranoias”
que acompañan al pequeño Noah y la única solución que le dan es medicarle, algo
por lo que Janie no está dispuesta a pasar.
Por su parte, el doctor Anderson ha dedicado su carrera a la búsqueda de
personas que recuerdan haber vivido otras vidas y Janie piensa que no pierde
nada por hablar con él. A partir de ese momento comienza la búsqueda de la
anterior familia de Noah y con ella, la incertidumbre y los miedos de Janie por
perder a su hijo: ¿Estará haciendo lo correcto? ¿Se estará volviendo loca por
creer en algo así?
Según avanza la historia vamos conociendo más de Noah, de su
anterior familia, del doctor Anderson y de Janie. Se coge cariño a todos los
personajes y es muy fácil ponerse en la piel de todos ellos. En el caso de la
madre entendemos su afán por ayudar a su hijo, de hacer cualquier cosa por
quitarle las pesadillas y conseguir que sea feliz, aunque esas cosas signifique
creer en algo que jamás habría imaginado. Y, ¿qué me decís de Noah? ¿Os imagináis
su situación? Un niño que quiere a toda costa volver con su madre. Está bien
con Janie, ella le cuida y le quiere, pero para él no es su madre o, al menos,
no es su única madre.
A lo largo del libro nos vamos a ir encontrando también con
casos reales de niños que recordaban cosas de vidas pasadas, con lo que nos
encontramos una mezcla de ficción y realidad en esta novela. Nunca había leído
nada sobre la reencarnación y me ha parecido un tema muy interesante del que no
me importaría leer más, así que se admiten recomendaciones si las tenéis.
En cuanto a la novela, el único “pero” que le encuentro (por
poner uno) es el primer capítulo, que es cuando Janie conoce al padre de Noah.
Sabiendo de qué iba el libro me sorprendió ese principio en el que no había
niño todavía y que parecía más una novela “romántica” que una de intriga. Al
final, nada más lejos de la realidad. Una vez que termina el romance (de un par
de días) pasamos al siguiente capítulo en el que Noah ya tiene 4 años, así que
enseguida entramos en materia.
En resumen, El otro hijo me ha gustado mucho, me ha
sorprendido, me ha emocionado y me ha tenido en vilo hasta el final. Ha sido una
de mis mejores lecturas de 2018.
"-Quiero ir a casa.
-Estás en casa, cariño.
-¿Cuándo vendrá mi otra mamá?"
-Estás en casa, cariño.
-¿Cuándo vendrá mi otra mamá?"
4 comentarios:
Te lo acabo de ver en Tarro Libros jejejej
Me gusta lo que cuentas, me quedo con muchas ganitas de leerla =)
Besotes
A mí también se me pondría la piel de gallina. Apuntadísimo me lo llevo.
Besotes!!!
Iba a decir que me recordaba al niño de la peli de "Reencarnación". Tiene que dar mucho yuyu, que el niño de verdad recuerde y viva otra vida. Me causa curiosidad y creo que me sobraría también el primer capítulo.
Besos
El tema me chifla pero no me animé con esta lectuira porque hace no mucho leí una muy muy parecida y que también pasaba con el hijo. Así que decidí dejarla para más adelante jeje
Un beso!
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