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miércoles, 12 de diciembre de 2018

La fórmula preferida del profesor - Yoko Ogawa


En un intento de conocer mejor la cultura japonesa antes de mi viaje a Japón  me hice con un par de libros de escritores nipones. El que traigo hoy es de una autora llamada Yoko Ogawa y tiene muy buenas –y merecidas– críticas.
La historia nos la cuenta una mujer joven con un hijo que trabaja como asistenta en casas privadas. Va allí donde su empresa la envía y se encarga de la limpieza, de la cocina y de ser discreta desde la mañana hasta la noche. Cuando le asignan la casa del profesor va con un poco de miedo porque antes que a ella han enviado a otras muchas mujeres que no han aguantado y han pedido que les den otros clientes. Sin embargo, lo que a otras echa para atrás, a ella le parece entrañable y muy interesante así que no tarda en acostumbrarse al profesor y a sus 80 minutos de memoria, porque sí, el profesor tiene, desde hace muchos años, una retentiva de solo 80 minutos. Pasado ese tiempo resetea y vuelve a empezar de cero si no tiene un hilo conductor que le ayude a recordar a la persona que está con él. Lo único de lo que no se olvida nunca, son los números. Las matemáticas son su vida y disfruta no solo estudiándolas él, sino enseñándolas.

Un día, en una conversación entre ambos personajes, el profesor se entera de que la mujer tiene un hijo y se alarma tanto porque esté solo en su casa mientras su madre está dándole de cenar a él, que le dice que a partir del día siguiente tiene que llevarle allí. Así es como Root (el niño), el profesor y la mujer comienzan una relación de amistad, pero sobre todo de respeto y admiración mutua.

Las partes que yo, desde mi ignorancia más profunda, quitaría de la historia, son las que hablan de fórmulas matemáticas. Lo siento, los números me aburren mucho muchísimo, y no se me dan bien, por eso, cuando se centraban demasiado en una explicación matemática, a mí me perdían durante un rato. Por lo demás, para mí, la novela es de diez.

El personaje del profesor es entrañable y cuesta no caer rendida a sus pies desde el primer momento. La capacidad para apasionarse por los números y de transmitir esa pasión, la vulnerabilidad que le provoca su memoria a corto plazo y la reacción que tiene ante algunas situaciones hace que queramos protegerle siempre.

Sin duda es una novela recomendable, a pesar de las partes que comentaba anteriormente de las matemáticas (no me hagáis caso en ese sentido, no todo el mundo siente “aversión” por los números como yo) Tiene una historia bonita, está bien contada y deja poso.

¿Qué más se puede pedir?

5 comentarios:

Margari dijo...

A mí no me aburrió ni la parte matemática. Me encantó este libro. He leído un par de libros más de la autora pero, para mi gusto, no han llegado a la altura de éste.
Besotes!!!

Carmina dijo...

Justamente lo que me ha alejado de este libro son las partes matemáticas, yo y esta ciencia no somos demasiado amigas, así que ya puedes imaginar, sin embargo me sigue atrayendo

La Reina Lectora dijo...

¡Hola!

La verdad es que nunca había oído hablar de una novela con un planteamiento así, me parece muy interesante, además de que la autora es nipona, y nunca he leído a una escritora de allí.

A mí tampoco me gustan las matemáticas, siempre se me dieron muy mal. Pero a veces cuando las encuentro en los libros sí que me gustan. En el Asesinato de Pitágoras me gustó la parte más matemática, pero bueno, tendría que ver cómo se presentan exactamente aquí.

De cualquier forma, me llevo el libro apuntado. Suena genial :)

Lesincele dijo...

Lo de que deja poso es lo más importante, a mi los números me imponen un poco e? siempre he sido más de letras jaja.
La verdad es que me tiene indecisa, por un lado digo que si pero por otro...
Un beso!

Rocío CazaEstrellas dijo...

Yo leí otro título: La piscina, creo recordar. No me gustó demasiado y ya no he vuelto a repetir. De momento no me animo. Un besote!