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martes, 9 de noviembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso? Spencer Johnson, M.D.

Este libro ha llegado a mis manos de la manera más tonta. Mi compañera Elena lo llevó a la oficina el otro día y dijo que se lo iba a devolver a David, nuestro jefe, porque hacía mucho que se lo había prestado. Le dije que antes de dárselo quería leerlo y pasó a mis manos en ese momento. Lo cierto es que pensaba haberlo leído hace un par de semanas pero como Choque de reyes me tenía tan absorta decidí que cada momento que tuviera libre para leer sería para continuar la saga. Este fin de semana largo me he visto con un par de momentos libres y por fin me lo he leído.

La verdad es que es la segunda vez que me pongo con esta lectura. La primera fue hace un unos años y no terminé de leerlo porque lo tenía en un pdf y no sé muy bien cómo, lo perdí. Lo único que recordaba de toda la historia es que había dos ratones y que cada uno reaccionaba de distinta manera ante el cambio.

Básicamente lo que el libro cuenta es que hay que saber adaptarse al cambio. Sea el que sea y nos lleve a donde nos lleve. Es un libro que ha vendido demasiadas copias como para que yo llegue ahora y le lleve la contraria en eso. Realmente creo que es cierto lo que dice y me parece que la idea de utilizar ratones, liliputienses (de estos personajes no me acordaba) y el queso dentro del laberinto como metáfora es buena para conseguir que cada uno lo asocie a su situación personal o laboral.

Los cuatro personajes principales son dos ratones y dos liliputienses

Los ratones:

Fisgón, que detecta el cambio con rapidez, y

Escurridizo, que no se para a pensar cuando nota el cambio y actúa en el momento

Los liliputienses:

Hem, que no quiere ver el cambio y se queda sentado a esperar que las aguas vuelvas a su cauce, y

Haw, que aprende a adaptarse a los cambios.

El caso es que todos conviven en un laberinto y, aunque encuentran queso suficiente para vivir un tiempo, los ratones no bajan la guardia en ningún momento; sin emargo los liliputienses piensan que esa situación será así para siempre y se acomodan demasiado. Cuando el queso se agota los ratones salen por el laberinto a buscar más, pero Hem y Haw se quedan esperando a que vuelva sólo el queso. Haw se da cuenta de que si se queda esperando morirá de hambre y decide investigar por el laberinto también. Durante el tiempo que pasa fuera buscando nuevo queso tiene que hacer frente a distintas situaciones que lo ponen a prueba, pero sobre todo tiene que hacer frente a todos sus miedos.

Cuando Elena me dio el libro me dijo que no le había servido de gran cosa. Lo único que le había hecho pensar era una pregunta que lanzaban al aire

¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Lo cierto es que me hizo pensar a mí también. Si no hacemos todo lo que queremos hacer es por miedo. Por miedo al fracaso, por meido al ridículo, por miedo al rechazo. Siempre hay algo que tememos, sobre todo cuando nos enfrentamos a algo nuevo. Pero claro, ¿qué emoción hay en hacer siempre lo mismo? Ninguna. Entonces ¿por qué no hacemos más cosas de las que nos gustaría hacer? Por miedo.

Yo dejo la misma pregunta para qué contestéis si os apetece,

¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Si yo no tuviera miedo disfrutaría más de la vida

3 comentarios:

Jevy dijo...

Pues sí, me he puesto a pensar y he tenido y tengo miedo en muchas situaciones de mi vida. Como cuando quería irme a Estados Unidos a vivir una larga temporada y no me fuí por miedo a que me fuera mal y tener que volver admitiendo que me equivoqué, ó no aceptar un trabajo en medio del océano por miedo a sentirme solo y no poder volver hasta que se terminara el contrato,ó no decir a esa chica maravillosa que la quiero por miedo a que me rechace y perderla... Sí, tengo bastantes "historias de miedo" que de haber sido valiente no se si mi vida sería mejor o peor pero si sé que sería diferente!

Jose dijo...

Je, yo estuve a punto de leerlo porque lo encontré en un cajón de mi sitio de trabajo cuando era teleoperador (la persona que se lo dejo aún estará buscando el queso y el libro), al final no sé si porque no me convenció o porque pensaba que igual lo reclamaría el dueño lo dejé allí sin apadrinarlo.

En cuanto a la pregunta que planteas, me hace pensar en aquello de que el que no tiene miedo no es que sea valiente si no más bien un inconsciente! ;-). En fin, que miedo tenemos todos, pero parte de la gracia está en vencerlo, ya que eso nos hace evolucionar. Resulta curioso que las mejores decisiones que no me arrepiento de haber tomado me daban pánico y las decisiones que más me arrepiento de no haber tomado... también me aterraban!

Perdona la longitud, ¡que pases buenas vacaciones en Egipto que tengo entendido es una maravilla!

Narayani dijo...

Yo también he dejado muchas cosas por hacer, Jevy, por miedo a que no salgan bien. De la que más me arrepiento es de no haberme quedado más tiempo en Edimburgo la primera vez que fui, pero mis amigas se volvían y me dio miedo quedarme sola allí a pesar de tener trabajo y la habitación de una chica que se ofreció a compartirla conmigo.

Jose, realmente para mí no es un libro que haya que leer sí o sí. Supongo que que te guste esté relacionado con la predisposición que tengas tú a la hora de leerlo. No te preocupes por la longitud. Me encanta tener comentarios en el blog ;-)