
El padre de Paula es un mujeriego y tiene ya varios matrimonios -y sus respectivos divorcios- a sus espaldas. La última boda está a punto de tener lugar y Paula se inventa un chico para no tener que acompañar a sus hermanastras, que son pequeñas, a comprar sus vestidos. A partir de ahí la cosa se complica porque su padre le dice que lleve al chico a la boda y ella no tiene a quien llevar. ¿Qué puede hacer? Pues lo que haríamos cualquiera de nosotras: llamar a una agencia de contactos para alquilar un chico. Bueno, está bien, la mayoría no haríamos eso, pero es una solución como otra cualquiera, ¿no?
A partir de ahí la cosa se va liando cada vez más porque entran en juego más amigas de Paula y más amigos del chico de alquiler. No hay que pasar por alto tampoco que estamos hablando de protagonistas jóvenes, casi saliendo de la adolescencia así que puede pasar cualquier cosa (ya sabéis que a esa edad todos tenemos las hormonas revolucionadas)
El libro me ha enganchado y me ha entretenido mucho pero aun así hay un par de cosas que no me han gustado demasiado: la primera es que es muy predecible y la segunda es la protagonista que me ha sacado de mis casillas. No me ha caido nada bien y no entiendo su comportamiento en ningún momento.
No he podido evitar tampoco acordarme de una película de Jennifer Aniston y Kevin Bacon que se llama Novio de alquiler y que cuenta una historia muy parecida.
A pesar de estos peros es una novela que me ha entretenido y que además se lee muy rápido así que es perfecto para evadirte durante unas horas.