Estamos en 1939 y un hombre, no sabemos quién, tiene que
salir urgentemente de viaje. Un asunto importante le reclama en otro lugar. Su
mujer, a la que parece que no quiere desde hace mucho tiempo, se queda en casa,
no sabemos dónde, mientras él lleva a cabo su encargo fuera de su país, no
sabemos cuál.
La Guerra en Europa está a punto de comenzar y él tiene que
coger varios aviones para llegar a su destino. Una tormenta muy violenta, con
la ayuda de fuego enemigo, provoca que el avión caiga en mitad de la nada. A
partir de ese momento, el hombre junto a otra pasajera del vuelo, tendrán que buscarse la vida. Para ello irán confiando
tanto en las distintas personas que se encuentran por el camino, como en su
propia intuición.
Es una novela bastante corta, y me temo que también será
corta la reseña, ya que hay poco más que pueda contar sobre el argumento sin
destripar absolutamente todo.
La novela me ha gustado bastante, aunque el final me ha
parecido un poco precipitado. Pasamos todo el libro sin conocer la identidad de
los personajes, ni dónde se encuentran, aunque tampoco es necesario conocer
nada de eso para el desarrollo de la historia. Es más, creo que es un atractivo de la novela
el no dar información de más. En realidad da igual si el hombre se llama Pepe,
Timothy o Heinrich, no va a cambiar la historia ni sus sentimientos. Sí me
parece un poco más importante la ubicación, que no se menciona y a mí me habría
gustado saberla, pero el autor juega a eso, a no dar importancia a lo que no
lo tiene. Quiere transmitir un mensaje y eso lo consigue. Por otro lado, antes
decía que el final es un poco precipitado, pero eso no significa que sea un mal
final o que no se entienda, porque no es así en absoluto; el final está
clarísimo, pero personalmente me habría gustado tener algo más de información.
En resumen, “Estas cosas jamás suceden” es un libro que
habla de segundas oportunidades, que está bien escrito y que se lee en un par
de sentadas.
–Un momento –dijo el coronel. Recogió de la mano del
suboficial una flor azul y se la tendió a la mujer–-. Si me permite, señora. La
flor de mi país. Cada una de ellas ha surgido de la sangre del corazón
derramada por mis compatriotas caídos en la guerra.
4 comentarios:
Me ha hecho gracia lo de los nombres. Bueno, lo he visto en librerías, pero la verdad es que no me llamaba mucho, ahora me ha picado la curiosidad. Un besote!
No pinta mal, pero me falta algo para salir corriendo a por él. Eso sí, si se cruza, cae seguro.
Besotes!!!
Pues no me importaría leerlo... tengo ganas de catar algo suyo y creo que me decantaría por esta opción para empezar =)
Besotes
De Mika Waltari leí Sinuhé el egipcio, una de las mejores novelas de ficción histórica que leí. Pero esta que reseñas, no me termina de convencer. Besos.
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