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lunes, 31 de agosto de 2020

Nosotros en la luna - Alice Kellen

Cuando salió este libro me llamó muchísimo la atención y supe que tarde o temprano lo leería. Sin embargo llegó el confinamiento y con él otras preocupaciones más importantes que los libros que iba a leer. Tardé semanas en terminar la lectura que tenía entre manos (Cumbres borrascosas) y cuando por fin la terminé fue cuando la cosa empezó a mejorar en mi casa. Para entonces yo ya me había hecho con varios libros de manera gratuita de los que editoriales y autores pusieron a disposición de los lectores durante el estado de alarma. Entre esos libros estaba El día que dejó de nevar en Alaska, de Alice Kellen. Sinceramente, era la primera vez que veía el nombre de la autora, pero me gustaron tanto la portada como la sinopsis, así que la escogí como una de las siguientes lecturas después de Cumbres borrascosas. Y, ¿sabéís qué? Que no lo pude soltar hasta que lo acabé. Cualquier momento libre era para el libro y lo terminé ese mismo día. Me dije que tenía que buscar a Alice Kellen para leer más cosas suyas y, sorpresa, sorpresa, me encontré con que Nosotros en la luna, ese libro al que yo había echado el ojo, era suyo también. 

Cuando las librerías abrieron y nosotros todavía estábamos en casa busqué una librería que hiciera pedidos a domicilio y me encontré con la librería Carmen (se llama como mi madre). Realmente no me hacía falta ningún libro, pero quería ayudar a los pequeños comercios, así que busqué libros que me interesaran y les hice un par de pedidos. Entre los libros que pedí estaba Nosotros en la luna. 

Este libro me duró unos días más que El día que dejó de nevar en Alaska, pero también lo leí bastante rápido. La diferencia es que ya podía hacer más cosas además de estar en casa sin salir. 

El comienzo de la novela no me pudo gustar más. Ginger, nuestra protagonista, se siente perdida después de romper con su novio de siempre así que en un impulso coge un avión a París para pasar un único día, dejando atrás Londres y a su ex. Rhys, nuestro otro protagonista, se encuentra con Ginger en la estación de metro y le llama la atención que está hablando sola y en inglés, su idioma materno ya que es norteamericano, así que se acerca para prestarle su ayuda. Terminan paseando por París y contándose sus vidas durante horas hasta que Ginger tiene que coger su vuelo de vuelta a la realidad. Ella le da su email a él y empiezan así una bonita y sincera amistad por correspondencia.

La intimidad a la que llegan a través de sus letras hace que ambos se sientan mucho más cerca de lo que están, y también que sientan más de lo que dicen. Sin embargo sus vidas son tan opuestas y viven tan lejos el uno del otro, que ni se plantean que puedan llevar su amistad más lejos. O, ¿tal vez sí? 

Los personajes me gustaron mucho. Los dos están muy bien estructurados y siguen una evolución que, nos puede gustar más o menos, pero que encaja a la perfección con la evolución de la propia historia. 

Lo coloqué (el móvil) sobre el muro cuando empezaban a sonar los primeros acordes de Je t`aime... moi non plus.
Alargué un mano hacia ella. 
 -Vamos, baila conmigo. 
 -¿Estás loco? 

Por otro lado, al ser la mayoría del libro en formato e-mail se lee muy rápido y hace que siempre te apetezca leer un poquito más. (Nuestra vena cotilla sale cuando tenemos libros en formato epistolar, ¿eh?)

Para mí es, sin duda, una lectura muy recomendable. Es un libro con un comienzo que no puede ser más bonito y que, además, mantiene el ritmo de la historia a la altura del principio hasta el final. Habla del amor, de la amistad, pero sobre todo, de encontrarse a uno mismo, cosa que no es tan fácil (al menos para mí no lo es).  

No digo en vano que seguiré leyendo a esta autora porque ya tengo en casa su bilogía Deja que ocurra, así que a no mucho tardar seguro que la veréis por aquí de nuevo. 

Mientras tanto, os dejo aquí abajo la portada de El día que dejó de nevar en Alaska. Si hacéis clic en ella os llevará a la reseña que hice hace no demasiado tiempo. 


Fuera de la reseña quiero decir que mientras escribía el comienzo me he emocionado recordando ciertas cosas. Las editoriales y autores se volcaron con los lectores regalando sus obras para que pudiéramos entretenernos de alguna manera mientras la pandemia asolaba las calles. Me ha venido a la cabeza la ola de solidaridad de la que fuimos testigos esos días y se me ha hecho un nudo en la garganta mientras escribía: artistas regalando conciertos, clases gratuitas de pintura, de gimnasia, monólogos, recetas de cocina... En definitiva, la gente apoyándose unos a otros para estar mejor en una situación tan terrible como la que vivimos. Así que, desde este humilde blog solo quiero decir GRACIAS a las editoriales y a los autores por lo que hicisteis. Tal vez vosotros penséis que fue poco, pero os aseguro que no es así. 

7 comentarios:

Rosa Berros Canuria dijo...

No conocía a la autora y, en principio, no sé si es el género que más me gusta, pero lo de que esté escrita en gran parte en forma de emails me lama la atención. Igual me animo.
Un beso.

Lonely Books Club dijo...

¡Hola! Me alegro que sea una lectura de la que has disfrutado. A pesar de que es una autora a la que veo mencionada mucho últimamente, la verdad es que ninguna de sus novelas termina de llamarme la atención, así que por el momento no creo que me anime.

¡Nos leemos!

Margari dijo...

Tengo un par de libros de la autora en casa y desde luego tu reseña me anima a ponerme pronto con ellos.
Besotes!!!

Nanny dijo...

Es muy lindo todo lo que cuentas. Es verdad que la liberación gratuita de libros ayudó muchísimo a pasar la cuarentena, a encontrar en los libros el refugio que necesitábamos. Lo de la librería con el nombre de tu mami son de esas casualidades que parecen hechas a propósito por el destino, jajaja.
Te mando un abrazo grande y espero que sigas bien ♥

Mary-chan dijo...

¡Hola! ^^
Hay pocas autoras que me transmitan tanto con sus historias como Alice Kellen. No sabría decir cual de los dos libros me gustó más, si "Nosotros en la luna" o "El día que dejó de nevar en Alaska".
Un beso!

Norah Bennett dijo...

Parece una historia muy bonita, amable, de lectura de relax. Lo que no me convence es el formato mail. No puedo con eso.
Besos

Shorby dijo...

Fíjate, me llamaba cero hasta que has dicho lo del formato mail... Tengo predilección por el epistolar, se ala vía que sea.
Lo anoto =)

Besotes