Sí, qué le voy a hacer, me gustan los cuentos de hadas. No lo puedo remediar. Supongo que en el fondo soy una romántica que piensa que todo el mundo está predestinado a encontrar a su alma gemela en algún momento.
Esta historia comienza, como todos los cuentos de hadas, con un libro; solo que en esta ocasión este se encuentra vacío. Ali recibe el libro como regalo en una librería donde su amiga Lara se ha dejado el sueldo en libros, pero no le hace demasiado caso hasta que se queda sola y aburrida y le da por cotillear sus páginas. Cuando lo abre se da cuenta de que no hay nada escrito más allá de "Había una vez...", pero no puede investigar mucho más porque justo después de ver que el libro no cuenta nada de nada aparece, como por arte de magia, un macizo hombre que empieza a actuar de manera extraña con ella. Y es que, este macizo hombre no es otro que Jay Forevermore, su hada madrina.
La misión de Jay es encontrar el alma gemela de Ali, pero supongo que no sorprenderé a nadie si digo que entre ellos aparece, aunque no debería, cierta tensión y que las citas que Ali va teniendo son un desastre. Con cada una de las citas llega un pequeño gran fracaso para ambos; para ella porque no es capaz de encontrar a su alma gemela y para él... bueno, pues por lo mismo, porque él es el encargado de encontrar a esa persona especial que haga a Ali feliz y no es capaz de hacerlo.
Ali es muy escéptica al principio con toda la historia de Jay, pero en su favor hay que decir que no es muy normal que se te presente tu hada madrina para llevarte de ligoteo. Por su pare Jay comienza siendo una persona bastante pagada de sí misma y prepotente, para terminar siendo un amor, y es que ya se sabe que lo importante no es cómo empiezan las cosas, sino cómo terminan.
Sí tengo que reconocer que el hecho de que Jay comience siendo tan prepotente no me gustó nada. No sé si alguna vez os habéis imaginado a vuestra hada madrina, yo no, pero después de leer el libro tengo claro que, aunque no sepa cómo sería, sí sé cómo no sería. Y Jay, al principio del libro, no parece para nada un hada madrina. Parecía enfadado con la situación y era brusco en lo que hacía y decía. Sin embargo, al poco comienza a cambiar su trato y eso me hizo reconciliarme con la historia.
Hay dos personajes secundarios con cierto protagonismo además de Ali y Jay, que son: Lara, la mejor amiga de Ali; y Joey, el hermano ligón de Jay, que también es hada madrina y está macizo. Estos dos le ponen un poco de salseo al libro, todo hay que decirlo.
"Si solo fuera un cuento de hadas" me ha gustado. Es una historia un poco predecible, pero no por eso tiene menos encanto. Los personajes son bastante entrañables, y es fácil empatizar con ellos una vez que les conoces mínimamente. Para mí es un libro perfecto para leer con una manta y una taza de algo caliente en las manos. Así, al menos, es como lo he leído yo.
Este verano leí otro libro de la autora, y todavía me queda uno más en el lector, así que seguro que repetiré con ella.
Os dejo la reseña de "Antes de que digas te quiero", escrita esta misma semana, por si queréis ver más libros de la autora.