Y seguí llorando hasta que no pude llorar más. No sabía que también para eseo hay un final. Ni siquiera me habían preguntado mi opinión. Y sin embargo me incumbía. ¡Era mi vida! Si hacían algo así tenía que ser porque ya no me querían, pues habían dicho que ellos seguían queriéndose, pero no como antes.
-¡Ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!
Nadie me contestó. Estaba solo, completamente solo. Fui hasta la ventana. Llovía. Miré al cielo. Estaba gris y negro. No aparté la vista. Yo era tan pequeño, él era tan grande...
Y recé para que me ayudara.
-¡Ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!
Nadie me contestó. Estaba solo, completamente solo. Fui hasta la ventana. Llovía. Miré al cielo. Estaba gris y negro. No aparté la vista. Yo era tan pequeño, él era tan grande...
Y recé para que me ayudara.
Cuando después de la Navidad de 1998 un niño se entera de que sus padres van a separarse, decide arriesgar el todo por el todo y pide ayuda al cielo para que sus padres vuelvan a quererse. El cielo, que en el libro es más bondadoso que el de verdad, decide escucharle y le manda la solución en forma de tormenta de hielo.
En un primer momento el protagonista no ve cómo puede el hielo ayudarle, pero con el paso de los días se da cuenta de que sí, de que el hielo puede que vuelva a unir a sus padres.
Sin embargo no es la suya la única historia que puede cambiar en el transcurso de la tormenta porque van apareciendo personajes que se van entremezclando con otros personajes. Uy, ¡vaya lío os debo estar haciendo!
La historia transcurre en un mismo barrio de Quebec, Canadá. Por culpa de la tormenta la mitad de los vecinos del barrio se queda sin luz; la otra mitad de los vecinos se solidarizan con los que van a pasar frío porque no tienen luz ni agua caliente y se ofrecen para darles alojamiento. A partir de este momento las vidas de todos y cada uno de los vecinos comienza a cambiar: unos deciden dejar su trabajo porque ya no les llena, otros deciden cambiar de puesto dentro de la misma empresa, otros deciden salir del armario, otros iniciar una relación con la persona amada y pasar por encima de su sueño de toda la vida, otros abrir su corazón a familiares y a amigos, y otros deciden dar una segunda oportunidad a un tema que ya parecía zanjado.
Es, desde luego, un ejemplo de lo que tendría que ser la vida. Todo sonrisas y buen rollo (que por otro lado es lo que esperaba encontrar en estas fiestas. No tengo ganas de leer nada que sea demasiado denso). El frío modifica la trayectoria de los peces es un libro que leí en algún sitio que era ideal para leer en Navidades y por eso esperé casi un año no sólo para leerlo, sino también para comprarlo (y evitar tentaciones). Ahora que lo he leído puedo decir que sí, que realmente es un libro que seguramente se entienda de otra manera en estas fiestas. Es un libro ligero, fácil de leer, que genera buenas vibraciones y que enciende una llamita de esperanza en el interior al pensar que las cosas en algún momento de la vida también pueden salir bien. No todo tiene que ser drama; no todo tiene que tener un final trágico. Sé que los finales felices completos no existen, pero creo que necesitamos ser optimistas y pensar que en algún momento podría ocurrir. De hecho creo que puede ocurrir en cualquier momento. Por eso no hay que dejar de ser optimistas y de estar alertas.
11 comentarios:
¡Me lo apunto! Es el tipo de lectura que necesitaría ahora: ligera y positiva. A parte de tus comentarios sobre el libro, me ha gustado la última parte, tu visión más personal: "No todo tiene que ser drama; no todo tiene que tener un final trágico. Sé que los finales felices completos no existen, pero creo que necesitamos ser optimistas y pensar que en algún momento podría ocurrir. De hecho creo que puede ocurrir en cualquier momento. Por eso no hay que dejar de ser optimistas y de estar alertas". Preciosas palabras llenas de verdad.
¡Felices fiestas y lecturas, Fani!
Un beso,
Silvia G. Guirado
Muchas gracias Silvia!! Me alegro de que te haya gustado la reseña. Yo en estas navidades me estoy resistiendo bastante a empezar libros demasiado complejos. Ya llegarán cuando acaben las fiestas :-)
Espero que tengas una gran salida y entrada de año!!!
Un beso!
Me ha gustado leer tu reseña, me ha recordado que ya ha pasado un año desde que lo leí, y precisamente lo reseñe durante estas fechas navideñas. Porque tienes toda la razón al decir que de vez en cuando nos viene bien dejar que nos cuenten un CUENTO. Además es un libro que se puede compartir con toda la familia.
Un abrazo y Feliz Año!
Gracias Susana, y bienvenida al blog :-)
Este libro ha sido una descarga de buen rollo que me hacía mucha falta. Como ya he puesto en la reseña había leído que era un libro para leer en Navidad y esperé un año para hacerlo. No me arrepiento de haber esperado.
Un beso y muy muy FELIZ AÑO 2011!!
este me lo compré hace tiempo y lo tengo aparcado en la estantería
a ver si me animo con él, que hasta ahora no había visto ninguna opinión =)
Me estás dando trabajo con los comentarios, eh!?? jejeje.
Yo recomiendo leerlo en una época en la que te apetezca una inyección de buen rollito (no tiene que ser sólo en Navidad, eh!?) A mí me ha venido genial leerlo.
Ya me contarás qué te ha parecido cuando lo leas.
Besos!!
Pues lo tengo hace meses en la estantería, quizá antes de que se esfume del todo la Navidad esté a tiempo de leerlo, ¿no?
Me pasaré para contarte qué me pareció.
Sí, porfa! Pasa a contarnos qué te ha parecido cuando lo leas :-)
Bienvenida al blog y mucha suerte con el tuyo, que he visto que acabas de empezar con él.
Un beso!
Me gustó mucho este libro, que me pareció un moderno cuento de navidad. La verdad es que lo recomiendo.
bsos!
Me encanta la reseña!! me has descubierto la opción que voy a comprar este año!!!
Un beso!!!
Pues ya nos contarás qué te ha parecido Pequeña Meg! Espero que te guste!
Rosalía, acabo de ver que tu comentario está sin contestar, sorry. La verdad es que es bonito. A mí también me gustó mucho.
Besos!!!
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