¿Cuantas veces nos hemos planteado tomar las riendas de nuestra vida? ¿Tomar las decisiones que realmente queremos tomar y olvidarnos de lo que piense la gente? O mejor dicho, ¿cuántas veces hemos querido cambiar la opinión que la gente tiene de nosotros cambiando nuestros actos y nuestra forma de ser? Pues justo esto es lo que Charlotte Usher se propone unas semanas antes de morir, -como decía Gila "de una tontería"- el primer día de curso. Sin embargo ella no se ha hecho los propósitos en vano y a pesar de estar muerta decide seguir adelante con su plan, que no es otro que ligarse al guaperas del instituto, ser popular en el instituto e ir al baile de otoño con el mencionado chico guapo. Ni los vivos ni los muertos se lo pondrán fácil, pero ella no dejará de luchar por conseguirlo.
¿Alguna vez te has sentido invisible?
Con los chicos muertos no empieza lo que se dice demasiado bien. Charlotte no asume su muerte y quiere continuar con su plan de conquistar a Damen (el guaperas), sin embargo sus compañeros de la clase de Muertología no le ven sentido a tanta insistencia y se vuelven en su contra.
Por otro lado en el mundo de los vivos Petula (la chica más guay del instituto y novia de Damen) no soporta a su hermana Scarlet (una chica gótica que no sigue para nada las modas que imponen las revistas) y se pasa la vida haciéndole la vida imposible.
La casualidad quiere que Scarlet sea la única persona capaz de ver a Charlotte y a raíz de un primer encuentro un tanto tormentoso se hacen más o menos amigas.
Cuando la popularidad es cuestión de vida o muerte.
El libro ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas. Ha habido partes que me han aburrido un poco y que me han hecho preguntarme qué hacía yo leyendo este libro, pero de la mitad al final me he sorprendido pensando en cuando iba a tener un rato para continuar la historia. Quizás no sea un novelón, pero me ha entretenido.
El lenguaje me ha sorprendido bastante teniendo en cuenta que compré el libro en la sección de infantil/juvenil de la librería. Palabras como "puta", "zorra" o menciones a tener afición a cortarse las venas de algún personaje me han sorprendido bastante.
Por último mencionar que las ilustraciones que acompañan cada uno de los capítulos me han encantado. Siempre siluetas negras, con flores negras, cuervos negros o estrellas negras. Cada ilustración iba acompañada de una frase relacionada con la muerte, con ser invisible y cosas por el estilo. Os he puesto en la imagen de la derecha un ejemplo para que veáis a qué me refiero. La frase, de Emily Dickinson, dice:
Y como a la muerte yo esperar no pudiera,-
Ella, amable, a mí me esperó.-
En la Carroza, nuestras almas tan sólo-
Y la Inmortalidad.