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viernes, 5 de agosto de 2011

Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer David Foster Wallace

Como Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer llegó a mis manos es una historia absurda y bastante tonta, pero bueno, ahí va.

Muchas veces cuando estoy sola me acerco a alguna librería a disfrutar de mi soledad entre los libros. Suena cursi, pero es la verdad. Me puedo pasar horas dando vueltas de un estante a otro buscando libros que, todo sea dicho de paso, no suelo comprar después. En concreto me gusta perderme -o más bien encontrarme- en la Fnac de Callao. Suele haber mucha gente siempre, pero hay un rincón que, no sé muy bien porqué, no suele estar demasiado concurrido: el de los libros de bolsillo. Justo al fondo del último piso. Un día que me pasé por allí oí la conversación entre un chico y una chica que hablaban sobre un libro que según dijo el chico era muy divertido. No supo decirle el nombre del libro en cuestión, pero le dijo que era algo así como “El amuleto”. Lo único que escuché fue que era un libro que te iba contando una historia narrada en primera persona, y que el autor iba haciendo anotaciones en pie de página en plan graciosillo. Busqué libros relacionados con amuletos, pero no hubo manera. El libro que el chico describió no existía.

Otro día, después de varias semanas, mientras paseaba por la misma sección me encontré con un libro de título bastante curioso: Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. Leí la sinopsis, lo abrí, y me encontré con que este libro tenía pinta de ser el que el chico había descrito. Además en la contraportada te ponía que era muy divertido. Así que nada, básicamente se puede decir que me compré un libro porque un chico le dijo a una chica que se había leído un libro. Tal cual.

El libro es un ensayo. El autor, David Foster Wallace, cuenta su experiencia en un crucero de lujo (en el año 95). No, esperad, lo estoy explicando mal… Casi empiezo otra vez…

Una revista le encargó a David escribir un reportaje sobre los cruceros de lujo. Él, desde el principio no lo ve muy claro, pero el billete está comprado ya así que coge rumbo al Caribe. Día a día te va contando distintas anécdotas aunque, a mí, ninguna de ellas me ha parecido como para partirse de risa. Sí es cierto que hay situaciones graciosillas, y a veces alguna tan absurda que te hace sonreír, pero en lo general no puedo catalogarlo de un libro de humor. Hace unos días, a raíz de la reseña de Maldito karma, se comentó en varias ocasiones en este blog lo peligroso que puede ser para un libro que lo cataloguen de divertido, y es que no todo el mundo tiene el mismo sentido del humor ¡Sólo faltaba! David me parece que escribe bien, te cuenta las cosas como las ve y las siente, y te entretiene bastante. Me ha gustado, pero aún así no es un libro que me atreva a recomendar.

La visión de David con respecto al crucero quizás no sea la más objetiva puesto que le han contratado para que cuente lo que ve y él estudia hasta el más mínimo detalle. Si a eso le sumamos que un crucero no es su ideal de vacaciones perfectas pues nos quedamos con que, quizás, sean comentarios un tanto forzados. Siempre buscando fallos y convirtiendo la ausencia de los mismos en uno de ellos. Tiene pinta de ser la típica persona que disfruta de vacaciones tranquilas, sin agobios de gente ni nada por el estilo… Eso sí, David, con su forma de contar las cosas, consigue que simpatices enseguida con él.

Mi experiencia personal en un crucero se reduce a un crucero por el Nilo de cuatro días. El barco en el que fuimos era muy pequeño, casi minúsculo si lo comparas con el que describe David en el libro. Estaba limpio y todo bien organizado, pero nada que ver con lo que he leído en esta historia. Sin embargo hay otras cosas que se asemejan bastante. Por ejemplo cada vez que sales de tu camarote tu camarero entra para arreglar lo que hayas podido dejar por medio ¡y nunca les pillas dentro! Hay una parte bastante divertida sobre este tema en el libro, por cierto.

En definitiva es un libro que no está mal para leer algo diferente, pero que puede que os cueste si no os gustan los ensayos. Conversaciones, no hay. Sólo descripciones y pensamientos. Eso sí, en tono de “humor”. A mí me ha gustado, pero como decía un poco más arriba no me atrevo a recomendarlo…

5 comentarios:

Goizeder Lamariano Martín dijo...

El libro no me llama nada la atención porque me cuesta mucho reírme con un libro, así que lo dejo pasar. Pero la reseña me ha gustado mucho, sobre todo la historia de por qué leíste este libro. A mí la Fnac de Callao no me gusta, me agobia, prefiero La Casa del Libro y, sobre todo, Tipos Infames y Hotel Kafka. Muchos besos.

Margari dijo...

Me ha gustado mucho la reseña pero no creo que me anime con el libro. No es muy de mi estilo. Eso sí, me ha parecido muy curiosa la historia de cómo llegaste a ese libro. No sé que nos pasa, pero como escuchemos una conversación sobre libros parece que tenemos un rádar y ya están nuestros oídos ahí, ¿verdad?
Besotes!!!

Jesús Artacho dijo...

Siempre he tenido a David Foster Wallace como un autor que me podía interesar, sin embargo tengo en casa "La niña del pelo raro" y lo poco que lo he hojeado no es que me haya entusiasmado demasiado. Pero lo leeré. Y también quiero leer "La broma infinita", que parece que es el mejor que tiene, aunque dicen que es bastante dificilillo de leer. De este libro me llamó la atención el título, pero no tenía ni idea de qué iba, así que me ha sido útil la reseña. Estoy de acuerdo con lo que comentas sobre el humor, es un asunto delicado, cada uno es muy suyo y es difícil que lo que le guste a uno también te guste a ti. En fin. Te diré también que te tengo cierta envidia por los viajes que te montas, ya quisiera yo...

Un saludo.

Shorby dijo...

Jajajajaj ya veo que no soy la única rara que se pasea por Fnac para pasar el rato (aunque siempre cae algo).
También escucho las conversaciones de la gente, lo admito ¬¬ Eso sí, cuando no voy con los cascos, si no suelo ir tarareando mientras miro (idem para las pelis).

Besotess

Narayani dijo...

He estado en la playa este finde! siento no haber contestado antes vuestros comentarios!!

Goizeder veo que eres de las mías, quizás hasta hayamos coincidido alguna vez por ahí (yo también me dejo caer por la casa del libro)

Margari, la verdad es que sí, que un "cotillas" si que somos a veces, jeje.

Jesús, en principio no creo que lea nada más de Wallace, pero tendré en cuenta las recomendaciones que me das por si en un futuro me da por leer más de él. Lo de los viajes, pues sí, me lo dice mucha gente, jeje. Hace unos años casi no viajaba y ya estaba cansada de no variar en mis vacaciones y ahora que puedo gastarme el dinero pues me lo gasto, jeje. Seguro que llegará un día en que no pueda ir a la vuelta de la esquina pero entonces diré: sí, pero que me quiten lo bailao ;-)

Shorby, yo a veces también me dejo caer por las pelis, que también compro de vez en cuando. Lo que no miro nunca es la música.

Besos!!