Hace un par de días leí un libro llamado El chico de las estrellas de Chris Pueyo, que os recomiendo muchísimo por cierto, y que me recordó a las historias que me han contado amigos cercanos. De repente sentí mucha rabia, pena y asco al recordar por lo que han pasado en sus vidas. Porque no es justo.
lunes, 28 de junio de 2021
Lecturas con orgullo - Día Internacional del Orgullo LGTBI
Hace un par de días leí un libro llamado El chico de las estrellas de Chris Pueyo, que os recomiendo muchísimo por cierto, y que me recordó a las historias que me han contado amigos cercanos. De repente sentí mucha rabia, pena y asco al recordar por lo que han pasado en sus vidas. Porque no es justo.
jueves, 24 de junio de 2021
Dime que me quieres... ¡Y pásame el abrigo! - Mariah Evans
Tal vez sea que todo este año que llevamos de pandemia está haciendo mella en mí, pero el caso es que estoy huyendo bastante de dramas y problemas en general. Por eso este libro llegó en el momento perfecto. Es una historia sencilla y amena que se lee en un suspiro y que te deja con buen sabor de boca. Es corta, puede que sea el único pero que le puedo poner porque por lo demás cumple con todos los requisitos que buscaba.
Los protagonistas son Emily y Andrew y los conocemos desde que Emily nace, dos años después que Andrew. Los padres de ambos son mejores amigos y lo hacen todo juntos, así que desde que son bebés les intentan arrojar a uno en los brazos del otro, organizando una boda antes de que ninguno de los dos tenga uso de razón.
Viven en un pueblo de Canadá no demasiado grande, donde los inviernos son gélidos y todo el mundo se conoce. Tal vez por culpa de la presión familiar, Emily y Andrew no terminan de congeniar en la infancia y adolescencia, y vemos como en un momento dado cada uno tira por su lado. Él se va fuera a estudiar veterinaria y ella se marcha unos años después para estudiar bioquímica. Después ella encuentra el trabajo de sus sueños en un laboratorio de Nueva York y decide instalarse en un ático de la gran manzana, mientras que él decide volver a su pueblo a trabajar.
Años después vuelven a coincidir en Canadá cuando Emily vuelve a casa a pasar la Navidad con sus padres. La tradición es que las dos familias pasen juntas la Nochebuena y Nochevieja, así que vuelven a encontrarse Andrew y ella. Como os podéis imaginar, ambos se sienten atraídos el uno por el otro, pero una conversación que debería ser tranquila, se torna en una discusión acalorada y terminan enfadados.
El motivo de la discusión es que Andrew es activista de Greenpeace y Emily trabaja en un laboratorio que está acusado de hacer pruebas en animales. Cada uno defiende su postura y al final el reencuentro termina siendo un fracaso. A lo largo de las vacaciones se encontrarán más veces y poco a poco irán limando asperezas, aunque, en el fondo, sigan teniendo algunas diferencias.
Dime que me quieres... ¡Y pásame el abrigo! se lee muy rápido. Está escrito con sencillez y dinamismo, lo que hace muy ágil la lectura. Como decía más arriba, no me habría importado que se desarrollara un poco más la vida de los personajes. Es corto y se me ha hecho corto.
Normalmente habría dejado esta lectura para leerla en Navidad, pero me llamó desde el kindle cuando estaba buscando nueva lectura y no le pude decir que no. Seguramente leerla tapada con una manta y un café calentito en la mano habría estado también muy bien, pero como he disfrutado leyéndola no me voy a quejar por haberla leído con calor.
Es el segundo libro que leo de la autora y seguramente no será el último porque los dos me han gustado mucho. Os dejo la reseña de El conjuro, el otro libro que he leído suyo, por si queréis cotillear. Yo os puedo decir que a mí me dejó con un nudo importante en la garganta cuando lo terminé:
viernes, 18 de junio de 2021
La posada de los objetos perdidos - Hozumi
miércoles, 16 de junio de 2021
Una venganza improvisada - Áurea L. Lamela
Araceli tiene una asesoría jurídica en un edificio de Lugo donde apenas hay vecinos, por eso, cuando esta muere a manos de un ladrón que se ha llevado el dinero de la caja fuerte, a la policía le costará encontrar testigos. Araceli estaba con dos compañeras de trabajo, pero el ladrón las encierra en una habitación aparte, por lo que no pueden ver nada. Zalo y su equipo se las verán para encontrar el cabo del que tirar, ya que la maraña se va complicando por momentos.
Lo que en un principio parece una muerte consecuencia de un atraco, termina siendo un posible asesinato organizado. Candidatos no faltan porque una vez que vamos entrando en materia todos los personajes parecen tener algo en contra de la fallecida: Clara, que es su mano derecha, los vecinos de abajo, que tienen una tienda de medicina natural, su hermana Emma, que siempre quiere más de lo que tiene, su marido, que podía estar celoso de un amigo de Araceli, los propios trabajadores de Araceli, el dueño del edificio donde tiene la asesoría... La lista de sospechosos es bastante grande y sin embargo no hay nada que incline la balanza hacia uno en concreto. Ninguno parece tener un motivo suficiente como para matar (en verdad, nada podría justificar algo así) y, sin embargo, ninguno está libre de sospecha.
Por otro lado tenemos a Sara, la mujer de Zalo, haciendo una investigación médica que la lleva a seguir las pistas mucho más allá de lo que su estudio necesita. Sospecha desde el principio que puede estar ante un caso de niños robados, pero no lo comenta demasiado ni con Zalo ni con Carmela porque no la toman en serio nunca. Su afición por las novelas de detectives tiene la culpa de esto aunque, personalmente, creo que tanto su marido como la doctora Archer, exageran mucho este tema. Una cosa es que sea fan de las novelas y otra que ni siquiera la escuchen cuando tiene algo interesante que decir... Porque su estudio, y las conclusiones a las que está llegando, son de verdad interesantes.
Para la investigación el inspector Zalo Alonso contará de nuevo con su equipo: Marimar, que lleva la parte de oficina y tecnología, y Pablo y Gómez que son los agentes que investigan en la calle junto a Zalo. De sus vidas personales no sabemos demasiado y, aunque tampoco haría falta para el desarrollo de la historia, sí me gustaría saber alguna cosa más de ellos, ya que salen en todas las novelas.
En cuanto al crimen, poco a poco van encajando las piezas hasta llegar a la resolución. Vamos conociendo la vida de Araceli y los posibles motivos que podría haber tenido cada uno de los personajes para querer matarla...
En mi caso no acerté en quién era el malo.
Una cosa que me ha resultado curiosa, y que es lo que ha hecho que sea tan difícil adivinar quién es el asesino, es que la narración nos mete en la cabeza de todos los personajes. Personalmente me ha resultado raro (seguramente porque estoy haciendo un curso de escritura sobre los tipos de narrador y no es nada común poder meternos en la mente de todos los personajes), aunque tengo que decir que a mí, la fórmula, me ha funcionado.
En resumen, me ha gustado el reencuentro con estos personajes. La trama está bien llevada y no quedan flecos sueltos al final de la novela. Por mi parte he disfrutado mucho de la investigación de Sara, que tiene miga. La mezcla de ambos casos funciona muy bien.
Oyeron un portazo y silencio. Supusieron que él se había ido. Empezaron a llamar a Araceli, daban palmadas en la puerta. Y ahí empezaron a gritar sin gran esperanza.
Por último mencionar que, dado que el libro se terminó de escribir el año pasado, la pandemia aparece también de refilón. No es protagonista. No afecta a la investigación. Pero está ahí. Como lo estuvo y está en nuestras vidas. Conviviendo con nosotros.
Os dejo otras reseñas de la serie por si queréis saber más de estos personajes:
lunes, 14 de junio de 2021
Érase una vez... mayo
La verdad es que hacía mucho tiempo que no tenía un mes tan triste en lo que a lecturas se refiere, pero lo cierto es que mayo pasó sin pena ni gloria por mi estantería. Solo apunté una lectura completa... y fue un manga, ja. ja ja.
Este verano espero leer el libro, aunque ya me han avisado de que no es tan bueno como la serie. A veces pasa...
Y ya está. Así ha sido mi mes de mayo. En junio llevo mejor ritmo y espero que no decaiga. Ya he terminado tres libros y visto una serie... No me puedo quejar.