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jueves, 27 de diciembre de 2018

El otro hijo - Sharon Guskin

Compré este libro por impulso cuando lo vi en la librería y no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho. Para mí era un libro completamente desconocido, igual que su autora, pero con la poca información que vi en la portada supe que me iba a gustar.
 
Noah es un niño de cuatro años que habla de cosas que no ha vivido, pero lo hace con tanta seguridad y con tanto ahínco, que no hay dudas de que sabe de qué está hablando. Vive con su madre, Janie, en Manhattan y siempre pide volver a su casa, con su madre. Con su otra madre. ¿Os imagináis algo así, que vuestro hijo os diga que se quiere ir a casa cuando ya está en casa? A mí se me pone la piel de gallina solo de imaginarlo. Janie lleva al niño a varios médicos y psicólogos, pero ninguno da con el motivo de las “paranoias” que acompañan al pequeño Noah y la única solución que le dan es medicarle, algo por lo que Janie no está dispuesta a pasar.
 
Por su parte, el doctor Anderson ha dedicado su carrera a la búsqueda de personas que recuerdan haber vivido otras vidas y Janie piensa que no pierde nada por hablar con él. A partir de ese momento comienza la búsqueda de la anterior familia de Noah y con ella, la incertidumbre y los miedos de Janie por perder a su hijo: ¿Estará haciendo lo correcto? ¿Se estará volviendo loca por creer en algo así?
 
Según avanza la historia vamos conociendo más de Noah, de su anterior familia, del doctor Anderson y de Janie. Se coge cariño a todos los personajes y es muy fácil ponerse en la piel de todos ellos. En el caso de la madre entendemos su afán por ayudar a su hijo, de hacer cualquier cosa por quitarle las pesadillas y conseguir que sea feliz, aunque esas cosas signifique creer en algo que jamás habría imaginado. Y, ¿qué me decís de Noah? ¿Os imagináis su situación? Un niño que quiere a toda costa volver con su madre. Está bien con Janie, ella le cuida y le quiere, pero para él no es su madre o, al menos, no es su única madre.
 
A lo largo del libro nos vamos a ir encontrando también con casos reales de niños que recordaban cosas de vidas pasadas, con lo que nos encontramos una mezcla de ficción y realidad en esta novela. Nunca había leído nada sobre la reencarnación y me ha parecido un tema muy interesante del que no me importaría leer más, así que se admiten recomendaciones si las tenéis.
 
En cuanto a la novela, el único “pero” que le encuentro (por poner uno) es el primer capítulo, que es cuando Janie conoce al padre de Noah. Sabiendo de qué iba el libro me sorprendió ese principio en el que no había niño todavía y que parecía más una novela “romántica” que una de intriga. Al final, nada más lejos de la realidad. Una vez que termina el romance (de un par de días) pasamos al siguiente capítulo en el que Noah ya tiene 4 años, así que enseguida entramos en materia.
 
En resumen, El otro hijo me ha gustado mucho, me ha sorprendido, me ha emocionado y me ha tenido en vilo hasta el final. Ha sido una de mis mejores lecturas de 2018.

"-Quiero ir a casa.
-Estás en casa, cariño.
-¿Cuándo vendrá mi otra mamá?"

domingo, 16 de diciembre de 2018

Un amor - Alejandro Palomas

Después de varios meses, por fin le ha llegado el momento a Un amor, de Alejandro Palomas, donde continuamos con la vida de Amalia, Fer y el resto de la familia. Como siempre la historia se desarrolla a lo largo de un día entero y Fer nos va poniendo al día de las situaciones que van ocurriendo yendo al pasado cada vez. En esta ocasión la familia está reunida para la boda de Emma y, como viene siendo habitual en esta familia, no estará libre de líos.
Por si no estáis al tanto de quién es quién, os contaré un poco sobre ellos. Por un lado están los tres hermanos: Fer, Emma y Silvia, con sus respectivas parejas: Sven, Magalí y John. Por otro lado están tía Inés, que es una amiga de su madre desde hace muchos años y Oksana, una mujer que han conocido hace poco tiempo, pero que se ha metido a todos en el bolsillo con su forma de ser. Por último tenemos a Amalia, la madre, que es quien, a pesar de sus cosas, hace funcionar los ejes que mueven a la familia.
La noche antes de la boda, tía Inés llama a los tres hermanos por un tema muy importante que atañe a Amalia (que no conoceremos hasta llegar al final del libro) y entre todos toman una decisión sin contar con ella, lo que hará que todos se sientan culpables de una manera o de otra.
El día de la boda todos esperan con inquietud a que Amalia no llegue con alguna de sus historias… pero es en vano. Todo está listo: las novias ya han llegado y los invitados también, pero de ella no hay ni rastro, y cuando por fin aparece, lo hace de la manera más inapropiada que os podáis imaginar. A partir de ese momento todo girará en torno a ella y a todo lo que le ha ocurrido en el último año.
En esta novela nos encontramos a Amalia en estado puro, pero al resto de personajes también. Leerles es como oír algo de tu familia, porque ya les conoces lo suficiente como para saber de qué pie cojea cada uno y por dónde van a salir. En relación a la historia, en esta ocasión me he visto con menos paciencia con Amalia que en libros anteriores, y he llevado bastante mal que se guardara hasta el final el secreto de qué habían hablado los hermanos con tía Inés (¿será que soy demasiado ansiosa?) El caso es que todo se desvela en el momento preciso, y encaja muy bien, pero durante la lectura no lo llevé bien. Por otro lado, nos vamos a encontrar con anécdotas y momentos tristes, sí, pero también hay momentos para el humor y la reflexión.
–Es que a mí no me ha elegido nunca nadie, Fer –dice con una voz tan pequeña que el nudo se cierra un poco más y ahora es casi sólido–. Nadie ha dicho nunca “me quedo con Amalia”. Aunque, quién me iba a elegir a mí.
Y es que no podemos olvidar que la autoestima de Amalia no es demasiado alta. Siempre poniendo a los demás por delante de ella porque siente que tiene que ser así, aunque la verdad es que no, que no siempre es necesario. De ahí el comentario que hace y que he puesto un poco más arriba; el no sentirse importante cuando en el fondo es quien mueve a la familia entera.
El final, como todos los finales que he leído de Alejandro Palomas hasta el momento, es perfecto, y ha hecho que se me olvidara lo nerviosa que me ha puesto Amalia en algunos momentos de la lectura. Esos momentos madre e hijo que suele dejar para el final son muy tiernos y me encantan.

No lo puedo evitar. 

Porque todavía me falta aprender a reírme como ella.

Os dejo los otros libros de Alejandro Palomas con reseña en el blog que están relacionados con esta familia. Podéis ir a la reseña pinchando en la foto:
 
http://narayani-eraseunavez.blogspot.com/2015/03/una-madre-alejandro-palomas.html         http://narayani-eraseunavez.blogspot.com/2016/11/un-perro-alejandro-palomas.html

miércoles, 12 de diciembre de 2018

La fórmula preferida del profesor - Yoko Ogawa


En un intento de conocer mejor la cultura japonesa antes de mi viaje a Japón  me hice con un par de libros de escritores nipones. El que traigo hoy es de una autora llamada Yoko Ogawa y tiene muy buenas –y merecidas– críticas.
La historia nos la cuenta una mujer joven con un hijo que trabaja como asistenta en casas privadas. Va allí donde su empresa la envía y se encarga de la limpieza, de la cocina y de ser discreta desde la mañana hasta la noche. Cuando le asignan la casa del profesor va con un poco de miedo porque antes que a ella han enviado a otras muchas mujeres que no han aguantado y han pedido que les den otros clientes. Sin embargo, lo que a otras echa para atrás, a ella le parece entrañable y muy interesante así que no tarda en acostumbrarse al profesor y a sus 80 minutos de memoria, porque sí, el profesor tiene, desde hace muchos años, una retentiva de solo 80 minutos. Pasado ese tiempo resetea y vuelve a empezar de cero si no tiene un hilo conductor que le ayude a recordar a la persona que está con él. Lo único de lo que no se olvida nunca, son los números. Las matemáticas son su vida y disfruta no solo estudiándolas él, sino enseñándolas.

Un día, en una conversación entre ambos personajes, el profesor se entera de que la mujer tiene un hijo y se alarma tanto porque esté solo en su casa mientras su madre está dándole de cenar a él, que le dice que a partir del día siguiente tiene que llevarle allí. Así es como Root (el niño), el profesor y la mujer comienzan una relación de amistad, pero sobre todo de respeto y admiración mutua.

Las partes que yo, desde mi ignorancia más profunda, quitaría de la historia, son las que hablan de fórmulas matemáticas. Lo siento, los números me aburren mucho muchísimo, y no se me dan bien, por eso, cuando se centraban demasiado en una explicación matemática, a mí me perdían durante un rato. Por lo demás, para mí, la novela es de diez.

El personaje del profesor es entrañable y cuesta no caer rendida a sus pies desde el primer momento. La capacidad para apasionarse por los números y de transmitir esa pasión, la vulnerabilidad que le provoca su memoria a corto plazo y la reacción que tiene ante algunas situaciones hace que queramos protegerle siempre.

Sin duda es una novela recomendable, a pesar de las partes que comentaba anteriormente de las matemáticas (no me hagáis caso en ese sentido, no todo el mundo siente “aversión” por los números como yo) Tiene una historia bonita, está bien contada y deja poso.

¿Qué más se puede pedir?