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sábado, 27 de junio de 2015

Deja escapar a los lobos Carol Rifka Brunt

Ya estoy otra vez ante un folio en blanco que no sé cómo rellenar, y es que June y sus lobos me han gustado tanto que creo que no podré hacerles justicia. Deja escapar a los lobos es otro de esos libros que me traje del  trabajo y que, no sé muy bien porqué, a punto estuve de dejar escapar.
 
Estamos en Nueva York en los años 80 y el sida es un tema tan temido como desconocido. June, nuestra protagonista, es una niña adolescente bastante (muy) especial. Le gusta la soledad, pasear por el bosque con su vestido y sus botas de la Edad Media imaginando que vive en una época que no le ha tocado vivir. No tiene amigos y su hermana, la única persona cercana en edad que podría comprenderla, hace mucho que le dio la espalda así que tampoco puede contar con ella para nada. Por eso lleva tan en secreto su enamoramiento. No lo puede compartir con nadie. Además, ¿cómo iba alguien a entender que se ha enamorado de su tío homosexual que, para más inri, está a punto de morir de sida? Complicado.  
Finn, el tío Finn para June y su hermana Greta, es un pintor muy importante que decide que su última obra sea un retrato de sus dos sobrinas juntas. Su muerte está cercana, todos lo saben, así que intentan aprovechar cada momento juntos mientras pinta el cuadro cada domingo. Greta, adolescente rebelde y brillante a la vez, decide dejar de visitarle, cosa que June aprovecha para que el tío Finn le dedique su tiempo en exclusiva. No sé si me atrevo a decir que Finn es el protagonista de la novela, porque realmente es June, pero lo cierto es que es alrededor de Finn de quien gira la historia. Se habla de su vida, de su enfermedad, de lo que queda cuando él ya no está. En definitiva, está siempre presente.
Cuando el tío Finn muere, (al principio del libro, no es espoiler), aparece en escena otro personaje muy importante: Toby, el novio de Finn. Nadie le había hablado a June de este novio pero poco a poco comienza una relación de amistad con él con el único motivo de no olvidar a su tío. No será de buenas a primeras, sino que poco a poco irán conociéndose, compartiendo recuerdos que el otro no conoce y disfrutando de todo lo que le gustaba a Finn.  
Para mí hay dos historias diferenciadas pero interrelacionadas. Por un lado tenemos esta historia que os acabo de contar, la de Toby y June, y por otro tenemos otra, que a mí me ha gustado más, que es la de Greta y June. Greta se ha vuelto muy chulita. La han ido a ver al instituto mientras actuaba en una obra de teatro y la quieren llevar a Broadway. Lo suyo con el teatro es innato. Le sale solo. Parece que todo le da igual y que sólo quiere llamar la atención y triunfar en el mundo del espectáculo, pero enseguida nos damos cuenta de que no es eso lo que busca, sino que todo lo que hace y dice es un grito pidiendo ayuda. Personalmente me quedo con este personaje a pesar de tener muchas más cosas en común con June que con ella y de que no es el personaje principal. Me ha gustado mucho.  
Por lo demás nos encontramos con una historia bien contada, que nos traslada al Nueva York de los años 80 y donde se nos muestra el miedo que se le tiene al sida (sin centrarse en los horrores de la enfermedad, todo sea dicho de paso). Se habla del sida con miedo, con repulsa, con respeto pero sobre todo se habla desde la ignorancia. Ahora conocemos muchas más cosas que antes sobre el sida pero en aquellos primeros años lo único que querían todos era estar lo más lejos posible de una persona contagiada. Demasiadas dudas, demasiado miedo. Todo completamente justificado, en mi opinión.  
En resumen Deja escapar a los lobos me ha gustado mucho. Me ha sorprendido mucho, más teniendo en cuenta que casi la dejo escapar cuando la tuve en la mano la primera vez. Me ha despertado muchos sentimientos.
Aquella tarde, nuestro tío Finn estaba pintando un retrato de mi hermana Greta y de mí porque sabía que se estaba muriendo. Sucedió después de que yo comprendiera que, de mayor, ya no iba a mudarme a su piso para vivir con él el resto de mi vida. Cuando ya no creía que toda esa historia del sida fuera una especie de gran malentendido. La primera vez que el tío Finn nos lo pidió, mi madre se negó. Dijo que tenía algo de macabro. Le resultaba muy doloroso imaginarnos a las dos sentadas en el piso de Finn, con sus grandes ventanales y aquel aroma a lavanda y naranja; imaginarse a su hermano mirándonos como si fuera la última vez que nos vería. Además, añadió, se tardaba mucho en ir de Westchester a Manhattan. Se cruzó de brazos, miró los ojos azules de pajarito que tenía Finn y le dijo que no disponía de mucho tiempo esos días.
–A mí me lo vas a decir –repuso él.
Aquello fue lo que venció su resistencia.

martes, 23 de junio de 2015

La frase del martes - 124


Cuando uno se hace viejo, gusta más releer que leer.

-Pío Baroja

miércoles, 17 de junio de 2015

Orgullo y prejuicio Jane Austen


Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

Por fin me he adentrado en una historia que, si bien ya conocía por haber visto la película varias veces, aún tenía pendiente conocer a través de las letras. No sé muy bien porqué he tardado tanto en leerlo porque lo tenía desde hacía tiempo esperando en casa, pero el caso es que nunca le llegaba el turno y siempre ponía otras historias por delante. Hace unas semanas, sin embargo, empezó a llamarme con insistencia. Primero con sutileza y con el paso de los días con completo descaro. Sentí que era su momento, ya sabéis a qué me refiero, ¿verdad? Y me puse con él sin dudarlo.

Elizabeth Bennet es una joven con las ideas muy claras y con la lengua muy afilada. Inteligente e irónica como ninguna consigue poner de los nervios a su madre, que lo único que quiere es verla casada al igual que a sus cuatro hermanas. Sin embargo ella no soporta la idea de caer en las redes de un matrimonio de conveniencia y, sobre todo, sin amor de por medio. Ve cómo su hermana mayor, Jane, se enamora de un "buen partido", Mr Bingley,  y cómo esta es correspondida. No pueden ser más felices las dos. Jane por estar enamorada y poder compartir tiempo con el hombre que quiere, y Elizabeth por ver tan feliz a su hermana. Lo único que siente es que Mr. Bingley vaya siempre acompañado de su fiel amigo, el arrogante y desagradable Mr Darcy, que aunque es muy rico e influyente, también es completamente insufrible.

Pasado un tiempo en el que todo iba sobre ruedas, las cosas se tuercen y ambos caballeros desaparecen sin dar casi explicaciones dejando no sólo a Jane, sino a toda la familia, sumida en la tristeza. Y es que, en aquella época, un matrimonio como el que confiaban celebrar habría salvado a todas las hermanas de la pobreza más absoluta cuando el padre faltase.

Hay varios personajes que, aunque podríamos darles la categoría de secundarios, son muy importantes para entender cómo funcionaban las cosas hace dos siglos. Por ejemplo el primo de las hermanas Bennet, Mr. Collins, que llega con la intención de casarse con alguna de ellas puesto que él es el heredero de la casa en la que viven. O lady Lucas, la mejor amiga de Elizabeth, que se ve "obligada" a aceptar la mano de un hombre a pesar de no estar enamorada porque empezaba a ser una carga para su familia y pensaba, a sus veintisiete años, que moriría siendo una solterona. 

Por otro lado están la madre y las hermanas pequeñas que son la vergüenza de la familia. Se ponen en ridículo delante de todo el mundo cada vez que abren la boca y, lo que es peor, ponen en ridículo a toda la familia. Y también las hermanas de Mr.Bingley que representan la parte más pija y clasista de esta historia. Mujeres preocupadas únicamente por el dinero y por las personas que están detrás de él. 

Sin duda lo que más me ha gustado de todo ha sido (¡oh sorpresa!) la historia de amor entre Mr. Darcy y Elizabeth Bennet de la que tan poco he hablado hasta ahora. No comienzan con buen pie que se diga y los tira y afloja en sus conversaciones (que son completa y absolutamente geniales) me han hecho disfrutar muchísimo. Los dardos lanzados en una y otra dirección. Las miradas. Los gestos. En definitiva, todo lo relacionado con ellos, me ha hecho leer la novela con una sonrisa en la boca la gran parte del tiempo.

En resumen me sumo a todos los enamorados, no sólo de esta novela, sino también de la autora de la que ya había leído varias cosas pero de la que aún tengo mucho por conocer. De hecho Mansfield Park se ha venido conmigo desde el retiro donde ha estado la Feria del Libro de Madrid estos días. 

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No puedo dejar de recomendar también la versión cinematográfica protagonizada por Keira Knightley y Matthew Macfadyen. La he visto muchas veces antes de leer el libro y sé que la veré muchas veces más después de haberlo leído. Los diálogos están sacados, literales, de la novela (me asombró muchísimo cuando me di cuenta)

Por último sólo puedo decir que en esta película fue donde me enamoré de Mr. Darcy... Y que ya no hay nada que pueda, o quiera hacer para desenamorarme de él...

martes, 16 de junio de 2015

La frase del martes - 123


Todos vivimos en el fango, pero algunos lo hacemos mirando a las estrellas.

-Oscar Wilde

domingo, 14 de junio de 2015

Diario de Gordon Marcos Chicot

Creo que Gordon es un personaje al que se coge cariño o se detesta, pero no deja a nadie indiferente. 

Esto me dijo Marcos Chicot en el mail que me envió ofreciéndome leer Diario de Gordon y he de decir que tiene razón en que no deja indiferente a nadie. También en que te tienes que posicionar. En mi caso he detestado al personaje. He intentado empatizar con él pero no ha habido forma humana de conseguirlo. Para mí el humor es una cosa muy seria y siempre que me presentan una lectura como divertida me echo a temblar. En este caso no fue así, no sé por qué, y aunque estaba segura de que me iba a divertir con ella al final no lo conseguí. Tal vez entré en la lectura con las expectativas muy altas o me imaginé otra cosa pero el caso es que no me ha gustado. No creo, en ningún caso, que la culpa haya sido de la historia sino más bien en que ha habido incompatibilidad humorística. ¿Con esto quiero decir que es un mal libro? Para nada. La historia está bien contada y es entretenida. En relación al humor ya sabéis mi opinión. Yo buscaba echarme unas risas y no lo he conseguido pero estoy segura de que si empatizáis con Gordon os lo vais a pasar muy bien. En Amazon he visto opiniones y la mayoría son buenas. Lo mismo pasa con las muchas reseñas que he visto por la blogosfera últimamente.

Para que os hagáis una idea de cómo es Gordon os diré que más de una vez me he visto pensando en Torrente (y no he visto ninguna de las películas, pero más o menos me puedo hacer una idea) mientras leía su historia. Para mí es un ser desagradable que no tiene razón en nada de lo que hace.

Conocemos al personaje un fin de semana que sale a pasear y termina discutiendo con los vecinos y enemistándose con los niños del barrio. Después le vemos en el trabajo donde actúa de manera similar. Hace y deshace a su antojo mientras le van pasando cosas, provocando desastre tras desastre. Por último le vemos de vacaciones donde también la lía con su comportamiento incívico. Nos encontramos con una persona intransigente aunque él vive convencido de que es el resto de gente la que tiene los pensamientos erróneos sobre las cosas por lo que se viven muchas situaciones confusas y de enredo. 

Es una novela corta que se lee en un periquete. Siempre están pasando cosas así que es difícil decir "voy a parar aquí y sigo más tarde". 

El libro fue ganador del premio de novela Francisco Umbral y salió a la venta el 18 de mayo en formato papel.

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Por último quiero decir que me sabe fatal hacer una reseña como ésta sobre un libro que me ha ofrecido el autor directamente. Primero porque yo quería que me gustara y segundo porque he visto el cariño que Marcos le ha puesto a esta historia. La disfrutó muchísimo mientras la escribía y sobre todo le divirtió muchísimo. Yo no he conseguido empatizar con ella pero, por todo lo que he dicho hace un momento, os animo a que busquéis más información sobre Gordon y su diario. El humor es algo muy personal y sois vosotros quienes tenéis que valorar qué o quién os hace reír. 
  

martes, 9 de junio de 2015

La frase del martes - 122

 
El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta.

- Jacinto Benavente