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miércoles, 31 de enero de 2018

amor en minúscula - Fransesc Miralles


Este libro, como otros muchos que tengo, ha llegado a mis manos gracias a mi trabajo. Tengo la suerte de trabajar en un grupo editorial donde llegan muchos libros y, en algunas ocasiones, puedo hacerme con algún ejemplar. El caso es que cuando vi este libro, pensé que podría ser perfecto para leer en un momento que me apeteciera una lectura un poco más ligera, de esas que se leen rápido y con una sonrisa en los labios; y es justo lo que he encontrado.

Podríamos resumir a Samuel, el protagonista de la historia, como un pan sin sal: no sale con amigos, no sale con chicas y casi no se relaciona con su familia. El tiempo que tiene libre lo usa para corregir exámenes y para leer. El uno de enero, cuando Samuel pensaba que moriría solo y que nadie se daría cuenta de que ya no estaba, un gato aparece en su vida y la pone patas arriba. Y ahí comienza una espiral que no tiene fin: gracias al gato conoce al vecino, gracias al vecino tiene que ir al centro, gracias a que va al centro se cruza con una chica de su infancia, gracias a que quiere volver a "cruzarse" con la chica hace un amigo nuevo... Veis por donde voy, ¿no? Un simple cambio en su vida genera todo un terremoto a su alrededor.

Uno de los personajes que más me han gustado, además del gato, es el vecino, al que conoce gracias al gato. Es un señor mayor, que se dedica a escribir libros, y que dice que tiene los días contados. Las conversaciones con él son interesantes, pero también entretenidas y con toques de humor:

- Por cierto, es solo curiosidad: ¿cómo se llama el gato en realidad?
- ¡Y yo qué sé! Pregúntaselo a él. Ya le he dicho que no es mío. Pero se lo cuidaré mientras se va a la tienda.

Cada personaje tiene una personalidad marcada, pero tampoco están demasiado desarrollados. El mejor definido es Samuel, al que llegamos a conocer muy bien; al resto, lo justo para que desempeñen su papel en la historia. Tampoco hace falta más.

La primera edición del libro se publicó en 2006 (reconozco que hasta ahora no lo conocía) y casualidades de la vida (o no) este año sale una segunda parte. Realmente no haría falta, porque el libro tiene principio y fin, pero ya que se pone el autor, no me importaría saber, con un poco más de detalle, qué pasa con un par de personajes (no diré cuáles para no contar demasiado)

En definitiva, ha sido una lectura que he disfrutado mucho. Se lee fácilmente y deja buen sabor de boca. Seguro que leeré la continuación...

Y vosotros, ¿lo conocíais? ¿Os gustó?

martes, 30 de enero de 2018

La frase del martes - 114




Allí donde habla el corazón es de mala educación que la razón lo contradiga.

-Milan Kundera (La insoportable levedad del ser)

domingo, 28 de enero de 2018

Estas cosas jamás suceden - Mika Waltari

Estamos en 1939 y un hombre, no sabemos quién, tiene que salir urgentemente de viaje. Un asunto importante le reclama en otro lugar. Su mujer, a la que parece que no quiere desde hace mucho tiempo, se queda en casa, no sabemos dónde, mientras él lleva a cabo su encargo fuera de su país, no sabemos cuál.

La Guerra en Europa está a punto de comenzar y él tiene que coger varios aviones para llegar a su destino. Una tormenta muy violenta, con la ayuda de fuego enemigo, provoca que el avión caiga en mitad de la nada. A partir de ese momento, el hombre junto a otra pasajera del vuelo,  tendrán que buscarse la vida. Para ello irán confiando tanto en las distintas personas que se encuentran por el camino, como en su propia intuición.
Es una novela bastante corta, y me temo que también será corta la reseña, ya que hay poco más que pueda contar sobre el argumento sin destripar absolutamente todo.  
La novela me ha gustado bastante, aunque el final me ha parecido un poco precipitado. Pasamos todo el libro sin conocer la identidad de los personajes, ni dónde se encuentran, aunque tampoco es necesario conocer nada de eso para el desarrollo de la historia.  Es más, creo que es un atractivo de la novela el no dar información de más. En realidad da igual si el hombre se llama Pepe, Timothy o Heinrich, no va a cambiar la historia ni sus sentimientos. Sí me parece un poco más importante la ubicación, que no se menciona y a mí me habría gustado saberla, pero el autor juega a eso, a no dar importancia a lo que no lo tiene. Quiere transmitir un mensaje y eso lo consigue. Por otro lado, antes decía que el final es un poco precipitado, pero eso no significa que sea un mal final o que no se entienda, porque no es así en absoluto; el final está clarísimo, pero  personalmente me habría gustado tener algo más de información.
En resumen, “Estas cosas jamás suceden” es un libro que habla de segundas oportunidades, que está bien escrito y que se lee en un par de sentadas.
–Un momento –dijo el coronel. Recogió de la mano del suboficial una flor azul y se la tendió a la mujer–-. Si me permite, señora. La flor de mi país. Cada una de ellas ha surgido de la sangre del corazón derramada por mis compatriotas caídos en la guerra.

viernes, 26 de enero de 2018

Lo que encontré bajo el sofá - Eloy Moreno

Hace mucho tiempo que leí El bolígrafo de gel verde, de Eloy Moreno y, aunque después he leído algunos de sus cuentos, no me había vuelto a animar con sus novelas hasta ahora.

Entré en Lo que encontré bajo el sofá de cabeza, sin poder parar, y de la misma manera llegué al final. En muchas ocasiones con el corazón en un puño y en otras, simplemente, con curiosidad por saber cómo continuaría.

Tenemos muchos protagonistas en este libro, algunos con nombre y apellidos, y otros completamente anónimos; gente de a pie, como nosotros mismos, con sus problemas, sus alegrías y sus preocupaciones.

De los personajes con nombre y apellidos quiero destacar tres: Alicia, Marta y Toledo. Alicia, que es quien nos narra en primera persona su propia historia, lleva muchos años con su pareja, tienen una hija en común y se han tenido que separar durante unas semanas por motivos de trabajo. Tal vez debido a la distancia, al aburrimiento o al hastío de una rutina que no le hace feliz, toma una decisión que, para bien o para mal, marcará su presente y su futuro. Marta, por su lado, es sólo una adolescente, pero conoce el significado de la palabra maldad en toda su extensión. Sus compañeras de clase le hacen bullying y, lo que es peor, sus amigas le dan la espalda. He sufrido mucho con esta historia. Por último tenemos a Toledo, una ciudad mágica, que nos envuelve con sus leyendas y que nos invita a descubrir todos sus rincones.

[...] nos perdimos por unas calles por las que no podíamos pasar uno al lado del otro, como si los edificios quisieran, bajo el frío invierno, acercarse unos a otros para darse calor.

No quiero contar mucho más del argumento para no destripar ninguna de las historias principales, pero sí quiero hacer hincapié en todos los temas que se tocan en la novela, y es que es un grito reivindicativo por la sociedad que tenemos en la actualidad: corrupción, fraude, engaños, maltrato, desahucios, gente en el límite de la pobreza, chantajes... Y no sólo a nivel político, sino también a nivel particular. Es fácil ver, si miramos entre quienes nos rodean, que todo empieza a pequeña escala: un taller que no te cobra el IVA y a ti te parece bien, un amigo que trabaja en un negocio y te consigue un puesto a pesar de que no tienes conocimientos sobre lo que allí se hace, o un sueldo que cobraste en negro porque sólo fue algo para un par de días... Después, cuanto más poder, más queremos, y la bola se hace tan grande que ya no la podemos parar.

No es un libro optimista, a mí no me lo parece al menos, pero sí que es un libro que da que pensar y que no deja indiferente.

Por último mencionar que es un placer leer sobre Toledo en el libro. He estado en varias ocasiones en esta ciudad y he hecho muchas rutas, y leer ciertos pasajes es como escuchar a los guías locales contar historias.

Yo escuchaba como una niña que, abrazada a un peluche, desea que nunca le llegue el sueño. Hay cosas -como que te cuenten historias- que no deberían desaparecer con la edad.

En definitiva, es un libro que recomiendo mucho. Me ha gustado reencontrarme con las letras de Eloy y ya he encargado su último libro (INVISIBLE) en preventa. Tengo ganas de ponerme con él, aunque aún falten unos días para que me llegue...

Os dejo las reseñas a otros libros de Eloy:

http://narayani-eraseunavez.blogspot.com.es/2011/05/el-boligrafo-de-gel-verde-eloy-moreno.htmlhttp://narayani-eraseunavez.blogspot.com.es/2015/01/cuentos-para-entender-el-mundo-eloy.html


martes, 23 de enero de 2018

La frase del martes - 113


Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.

- Montesquieu

miércoles, 17 de enero de 2018

Un bautizo singular - Carlos J. Server


Cuando alguien me dice, o deja por escrito, que una novela es muy divertida, yo suelo echarme a temblar porque mi sentido del humor no es fácil de satisfacer. Esta novela, a pesar de que aseguraba mucha diversión, me llamó la atención lo suficiente como para comprarla. Hace unas semanas la leí y aunque, efectivamente, no consiguió sacarme ninguna carcajada, sí que cumplió el objetivo de entretenerme. No le pedía más.

Argimiro, o Argimirito dependiendo quien le nombre, es un niño de unos pocos meses de edad, que genera un revuelo importante el fin de semana de su bautizo. Por supuesto a él la historia ni le va ni le viene, pero a su familia estos dos días les darán para mucho.

El desencadenante de la historia es que el niño no puede ser más rubio de lo que es y toda la familia es... ¡morena! Sólo hay una persona rubia en todo el cortejo que acompaña a Argimirito, y es el padrino del niño, y mejor amigo de la madre. Habrá quien quiera descartar candidatos a padre de la criatura y quien quiera confirmar sospechas, pero el caso es que el lío está asegurado. Las situaciones rocambolescas se suceden una detrás de otra, y el hecho de que los invitados al bautizo sean todos bastante peculiares ayuda mucho a enredar todavía más las cosas antes de llegar a un final que está bien, pero que es bastante predecible.

La novela, como decía al principio, es entretenida y se lee fácilmente, si bien es cierto que, en mi opinión, podría haberse acortado en algunas partes y no habría pasado nada.

La recomiendo para leer en un par de sentadas; posiblemente lo hagáis con una sonrisa en los labios gran parte del tiempo, aunque eso ya depende de vuestro humor...


martes, 16 de enero de 2018

La frase del martes - 212


Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero.

-Sabiduría indoamericana

viernes, 12 de enero de 2018

La librería del señor Livingstone - Mónica Gutiérrez

Conocí Moonlight Books, la librería del señor Livingstone, gracias a un relato incluido en el libro La librería a la vuelta de la esquina.  Personalmente me quedé con ganas de más cuando terminé su lectura, y parece que lo mismo le pasó a Mónica, porque continuó escribiendo sobre ella y sobre lo que ocurre en su interior.

Por un lado nos encontramos con Edward Livingstone, dueño de la librería, que es un enamorado de los libros, sobre todo de los clásicos. Por otro lado tenemos a Agnes Martí, que está a punto de tirar la toalla y volver a su Barcelona natal porque no encuentra trabajo en Londres como arqueóloga. La vida de ambos se juntan cuando Agnes entra en Moonlight Books y se convierte en la ayudante del señor Livingstone.

No hay muchos personajes, como suele ser habitual en los libros de Mónica, pero los que hay son pura magia: el librero gruñón, el señor Livingstone; el pequeño astronauta, un niño que pasa las tardes en la librería; el hada descalza, la propia Agnes; el cocinero pelirrojo; el escritor residente; o el centro de todo, la librería.

Agnes consigue sentirse feliz, a pesar de no trabajar en algo relacionado con la arqueología, hasta que un robo tiene lugar en la librería y piensa que pueden acusarla a ella por ser la última en llegar. Es entonces cuando el inspector John Lockwood hace su aparición estelar en Moonlight Books y en la vida de los allí presentes...

No hace falta decir, aunque voy a hacerlo, que la novela me ha gustado mucho. Es una historia llena de amor: por esa persona especial, por los amigos, pero sobre todo, por los libros. Cada poco nos encontramos con referencias literarias: Romeo y Julieta, Alicia en el País de las Maravillas y un largo etcétera de títulos, que nos hacen sonreír al identificarlos.

Esta parte, la literaria, y la relación del señor Livingstone con su tienda es lo que más me ha gustado del libro. La historia de amor de Edward con los libros y todo lo que ocurre en la librería ha eclipsado, en mi opinión, la historia de amor de la protagonista, pero eso no quiere decir que la historia no sea bonita, no, lo que significa es que las otras historias son, para mí, mejores.

Se preparó una tetera, llenó la pipa y halló refugio en el rincón de los románticos, bien retrepado en el sillón morado...

Como cada vez que termino un libro de Mónica no puedo hacer otra cosa que recomendarlo. Son chutes de energía y buen rollo y hay veces que se necesitan. Sus libros están para esas veces.

Os dejo las reseñas de los otros libros de Mónica:




martes, 9 de enero de 2018

La frase del martes - 211


El hogar es el lugar donde guardamos los libros.

-sir Richard F. Burton

jueves, 4 de enero de 2018

Dos mil noventa y seis - Ginés Sánchez


No he podido leer esta novela en un momento mejor. Es lo primero que debo decir. Lo segundo, es que espero que no sea premonitoria.
Estamos en el año dos mil noventa y seis, y apenas queda agua en el planeta. Las lluvias desaparecieron muchos años antes y la poca gente que ha conseguido sobrevivir tiene que luchar contra las enfermedades, las personas que no son de su tribu y contra la propia sequía. El mundo, tal y como lo conocemos hoy, ya no existe y nos encontramos con un mundo post-apocalíptico que podría ser tan real, que he preferido pensar que sólo es ficción y que estas cosas no pasan.
Pero es mentira.
Porque sí pasan.
Están pasando; se llama cambio climático
 Y si algo como lo que ocurre en el libro ocurriese de verdad estoy segura de que las personas actuaríamos igual que los protagonistas de la historia. De manera egoísta. Y cruel. Y salvaje.
No hay empleos, ni centros comerciales, ni nada que se parezca al mundo actual. Lo que sí hay son escondites, pozos de agua tapados con lonas para que no los encuentre nadie, miseria, esclavitud. Y todo ello contado con naturalidad, sin entrar en lo morboso, tal cual es. Y así es como se nos presenta a los dos personajes principales: Andera y Enis, con naturalidad. Se conocen y se juntan cuando se quedan solos. Se necesitan.
Cuando comencé a leer no sabía muy bien qué tenía entre manos, me sentí un poco confusa por la forma de narrar y, sobre todo, por la manera de escribir los diálogos. Sin embargo, al poco de empezar me fui enganchando y ya no lo pude dejar. Se lee bastante rápido porque tiene capítulos cortos, y siempre piensas eso de “uno más y lo dejo”, aunque sabes perfectamente que te va a costar bastante soltarlo.
Es una novela dura, más que nada, porque no es tan descabellado que ocurra algo así. Para muestra el año 2017, que ha sido uno de los más secos en España. Hace poco más de un  mes tuve oportunidad de ver en persona el embalse de Luna, en León, completamente seco, y fue un espectáculo desolador. Reconozco que me habría gustado bajar a verlo y poder descubrir los restos del pueblo que normalmente duerme bajo sus aguas, pero no pudo ser. Lo que sí pude ver durante kilómetros, fue un paisaje arenoso, con piedras de vez en cuando y restos de árboles que aún se mantienen de pie. Lo mismo que se describe en el libro.
La novela nos muestra lo peor, y sí, tal vez lo mejor también, de cada uno. Pero sobre todo nos enseña que no aprendemos de los errores del pasado, que volvemos a repetirlos una y otra vez y que seguirá pasando así por los siglos de los siglos. Creo que es un libro que todo el mundo debería conocer, y aprender de él. Sin duda lo recomiendo.
Nuestro tiempo, Cojo, dijo una noche, el capote echado por encima, la piel blanquísima resplandeciendo a la luz de la hoguera, se acaba.
El mundo, decía, fue una cosa antes. Y ahora es esta otra.
Pero esta que es ahora se acaba también.
Se acaba porque somos demasiado frágiles. Porque lo que anda permitiendo que sobrevivamos se agota.