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viernes, 20 de julio de 2018

El jardín Constance Fenimore Woolson

Estamos a final del siglo XIX y Prudence llega a Italia desde Norte América. No lleva intención de quedarse, pero allí se enamora de un viudo  y se termina casando con él. La mala suerte quiere dejar viuda a Prudence muy pronto y ella pasa a hacerse cargo de toda la familia que deja el italiano detrás.
 
En lugar de volver a Estados Unidos, Prudence continúa viviendo en la misma casa y trabajando para sacar adelante a todos los miembros de una familia de vagos y egoístas; sin embargo a ella eso le da igual, lo único que le importa y que, de hecho, la saca de sus casillas, es un cobertizo que hay en su terreno y que le impide ver todo el paisaje. Su sueño es tirarlo y crear un bonito jardín en su lugar, aunque para conseguir algo así necesita dinero... y que su familia no abuse de su generosidad.
 
Con estas pocas líneas prácticamente os he contado el libro entero, aunque en verdad lo importante no es qué pasa, sino cómo está contado. La historia está bien narrada, de forma amena y acompañada de unas ilustraciones que, personalmente, me han gustado mucho; creo que le dan mucha personalidad al libro y que ayudan a la hora de visualizar algunas descripciones.
 
El pero que le pongo a la historia es que me ha resultado muy repetitiva. La protagonista pasa por la misma situación con todos los miembros de su familia política y llega un momento que ya no nos sorprende y que, incluso, "adivinamos" qué va a pasar. Personalmente me habría gustado que hubiera otro tipo de conflicto.
 
En resumen, es una novela corta que se lee muy rápido. Me ha gustado bastante y he disfrutado mucho de la edición ilustrada. Seguramente no pasará a formar parte de mis libros favoritos, pero sí me quedará grabado el mensaje que quiere transmitir.

domingo, 15 de julio de 2018

Sirenas - Joseph Knox

Una lluvia intermitente había salpicado las calles, y los charcos brillaban bajo farolas como puertas a otras dimensiones. Mis pies me había llevado a casa, al piso de alquiler que era solo una parte de mi tapadera.
Aidan Waits nos cuenta en primera persona esta historia, lo que hace que empaticemos mucho con él desde el principio. Sabes cuál es la misión que tiene, sabes que quiere hacer las cosas bien, y sabes, igual que él, que alguien le ha tendido una trampa.
Por un lado tiene que infiltrarse en un  peligroso grupo de mafiosos y narcotraficantes para, por un lado, desmantelar la trama, y por otro, averiguar qué pasó con una de las chicas que trabajó hace muchos años para el mafioso mayor: Zain Carver. Al mismo tiempo recibe órdenes de averiguar qué pasa con Isabelle Rossiter, hija de un político que se ha escapado de casa, y que parece que vive en la casa de Carver.
Aidan consigue infiltrarse y comienza a asistir a fiestas de desenfreno en casa de Carver donde el alcohol y las drogas campan a sus anchas. También la información, que es lo importante. Conoce a Isabelle y también a Catherine, por quien parece sentir algo, y poco a poco parece que van confiando más en él mientras que en la comisaría pasa más bien lo contrario. Una vez que está infiltrado las cosas parecen precipitarse y Waits no sabrá en quién confiar y en quién no, aunque eso no le impide seguir con su misión de averiguar qué pasó con la chica desaparecida y abrir nuevas investigaciones según se van sucediendo las cosas.
La historia está perfectamente contada y estructurada. En mi opinión no le falta ni le sobra nada. El autor nos va dando pequeñas píldoras de información en el momento justo que nos ayudan a elucubrar junto a Aidan, y que ayudan a mantener la tensión y el interés. En cuanto al final solo puedo decir que no quedan cabos sueltos, que para mí es muy importante no tener que esperar a leer otro libro para ver cómo acaba algo.
La verdad es que disfruté mucho de la lectura a pesar de no ser yo demasiado afín a la novela negra y de no gustarme el tema de las drogas. No sé en qué estará metido el autor en estos momentos, pero seguiré leyendo sus libros porque me ha gustado mucho su manera de contar esta historia. Es más, no me importaría si quisiera seguir con este personaje y otros casos. No me gustan las sagas pero podría hacer una excepción con él...

viernes, 6 de julio de 2018

Deje su mensaje después de la señal - Arantza Portabales

Hace muchos años me pillé mucho por un amigo. Durante un tiempo pareció que la cosa podía ir más allá, pero después de dos quedadas y un par de besos la cosa no fue a más. Os aseguro que fue uno de los palos más grandes que me he llevado en la vida, porque antes de poder decir que habíamos empezado algo ya había terminado. Durante meses le escribí correos electrónicos contándole cómo me sentía, pero nunca le di a enviar. Los dejaba en borradores, donde por cierto siguen a día de hoy, y solo yo los leía de vez en cuando.
 
En el libro que traigo hoy las cuatro protagonistas hacen lo mismo que hice yo, solo que en lugar de usar la palabra escrita y un ordenador, utilizan su voz y un contestador automático. Llaman, se desahogan un rato y cuelgan hasta el próximo día. Lo mismo que hacía yo.
 
Cada una de las cuatro tiene un motivo para marcar el número de teléfono de otra persona: Marina es la típica abogada estirada que habla con el contestador de su ex; Carmela llama a casa de su hijo para contarle que está enferma sabiendo que él está a miles de kilómetros y que no podrá escuchar sus mensajes a tiempo; Sara habla con su psicólogo a través del contestador; y Viviana es prostituta y le cuenta al padre cómo ha llegado a estar donde está. 
 
Sin duda es una novela diferente, y en mi opinión, bastante original. Tiene capítulos cortos, ya que cada uno de ellos es un mensaje y estos no pueden ser demasiado largos. Las historias siempre van en el mismo orden: Marina, Carmela, Sara y Viviana, y vemos como los personajes van evolucionando en cada llamada. Se hablan a ellas mismas y así van tomando conciencia de lo que les tiene mal, de lo que realmente no funciona en sus vidas. Tienen que cambiar. Y, lo que es mejor, quieren hacerlo.
 
El libro acaba y nos deja con un nudo en la garganta, pero también con una sonrisa en los labios. Para mí ha sido una buena lectura y quedará entre las mejores del año: por la historia, por el formato que usa la autora y porque me recuerda lo que hice hace tanto tiempo. Yo en su día pensé que era rara por hacer algo así. Después de leer esta novela pienso que sí, que tanto las protagonistas como yo somos un poco raras, pero he llegado a la conclusión de que no me importa.

domingo, 1 de julio de 2018

Ella en la otra orilla - Mitsuyo Kakuta

Este libro fue una de las compras de la Feria del Libro de Madrid de este año. En septiembre me voy a Japón de vacaciones y pedí recomendaciones literarias japonesas en un grupo de Facebook en el que participo. Este que traigo hoy fue uno de los títulos que me apunté de todos los que me dieron.
 
Sayoko es una ama de casa de treinta y cinco años que quiere reincorporarse al mundo laboral. Su hija tiene tres años y en ese tiempo solo ha cuidado de ella y de la casa. Ahora se ha dado cuenta de que estar las dos solas todo el día no parece ser la mejor solución para ninguna de las dos y por eso acepta el primer trabajo que le ofrecen: uno como limpiadora. A ella el trabajo le da igual, solo quiere salir de casa, pero ni su marido ni su suegra ven con buenos ojos que lo haga en un trabajo como el que consigue (aunque todo sea dicho de paso, se habrían quejado de cualquier trabajo que la sacara de casa)
 
Aoi es la mujer que le ofrece el trabajo. Tiene una agencia de viajes pero acaba de abrir un servicio de limpieza del hogar y necesita gente nueva. Es de la misma edad de Sayoko y estudiaron en la misma universidad por lo que no es extraño que entre ambas se forje una buena amistad.
 
En los capítulos en los que Sayoko es la protagonista vemos como va avanzando su relación tanto con Aoi y las compañeras de trabajo, como con su marido. Por otro lado somos testigos de lo dura que es la vuelta al trabajo y lo mal, y al mismo tiempo bien, que se siente por "abandonar" a su hija en la guardería. Ese dilema moral que muchas mamás tienen: ¿en quién tengo que pensar, en mí o en mi hijo?
 
En los capítulos en los que Aoi es la protagonista vemos su pasado, un pasado que desde el principio sabemos que oculta algo, que no está limpio del todo. Se habla del bulling, de lo fácil que es aislar a una persona en un instituto, de lo influenciables que somos a ciertas edades, de la incertidumbre sexual.
 
Lo que la gente dice sobre mí... en realidad lo dicen sobre ellos mismos. No es algo que deba cargar sobre mis hombros. ¿Por qué voy a soportar yo la carga de los demás, sus problemas? No soy tan generosa.
 
Hace días que terminé el libro y todavía pienso en los personajes como parte de mí, como si alguien me hubiera contado la historia de una persona cercana. Los personajes dejan huella y también sus historias y por eso una vez que te metes en la historia ya no la quieres soltar. En mi caso me he visto representada en algunos aspectos de las protagonistas por lo que he empatizado mucho con la historia.
 
Tengo la sensación de dejar muchas cosas en el tintero, pero como muchas otras veces, creo que es lo mejor para no destripar nada de la historia. Solo os puedo decir que es una buena lectura y que quedará entre las mejores de este año.

Y a vosotros, ¿os gusta la novela japonesa? Si tenéis algún título interesante que penséis que me puede gustar, estaría encantada de oírlo...
 

Resultado sorteo - El duelo es esa cosa con alas

¡Hola!

Hoy traigo una entrada muy corta solo para dejar el resultado del sorteo del ejemplar de El duelo es esa cosa con alas que tenía en casa sin dueño...

Los participantes y los números con los que entran en el sorteo son:


Y el ganador es...

¡¡MARIBI!!

¡¡Enhorabuena!!

Gracias a todos por participar.