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martes, 28 de diciembre de 2021

El Cascanueces - E.T.A. Hoffmann

Hasta hace relativamente poco tiempo no me había fijado en que los cascanueces aparecen siempre en época navideña. (Sí, lo sé, estoy a por uvas, pero es lo que hay). Están ahí, pero para mí son más bien  invisibles, los pobres. Digamos que me generaban indiferencia. Este año, no me preguntéis por qué, he estado tentada de comprar alguno para adornar mi casa, pero antes de lanzarme de cabeza me pregunté: ¿qué significado tienen realmente? y ¿de verdad están tan relacionados con la Navidad? 

Hoy os traigo la respuesta, por si os estabais haciendo las mismas preguntas que yo.

Para mí solo había una manera de averiguarlo, así que busqué una edición bonita del libro y me zambullí en la historia. Lo primero que tengo que decir es que encontré una edición maravillosa de la editorial Blume que, aunque un poco más cara de lo que había esperado, merece mucho la pena. Está ilustrada a todo color y tiene todos los detalles muy cuidados: ilustraciones a doble página, inicios de capítulos con su propio título, filigranas en todas las páginas y una buena traducción. No sé vosotros, pero yo no puedo pedirle mucho más a un libro. 

La historia comienza el día de Nochebuena cuando la familia Stahlbaum se junta para abrir los regalos de Navidad. Todo es muy idílico: las luces, el ambiente, el amor que se profesan, los regalos, la comida. Digamos que nos presentan la imagen navideña perfecta. Marie, la hija pequeña, recibe una muñeca y un vestido, y su hermano Fritz un ejército de húsares y un caballo de madera. Sin embargo, lo que más le gusta a Marie es un soldado Cascanueces que les regala su padrino y que Fritz rompe nada más recibirlo. Marie, conmovida por lo delicado del juguete, decide cuidar de él, lo envuelve en un pañuelo y se lo lleva lejos de su hermano. 

El padrino Drosselmeier crea mecanismos para los juguetes, lo que los hace mucho más especiales, pero también les cuenta historias para entretenerles. Una de ellas, la de cómo un niño se convierte en Cascanueces, es la que más llama la atención de Marie porque está convencida de que habla de su propio Cascanueces. En dicha historia hay ratones, reyes, maldiciones y aventuras y Marie está segura de que no es un mero cuento, sino que está contando lo que le ocurrió en realidad a su muñeco. 

A partir de ese momento seremos testigos del vínculo que se crea entre Marie y el Cascanueces y también de las aventuras que correrán juntos. Es un cuento de pura fantasía donde los ratones pueden pelear contra humanos, los juguetes pueden cobrar vida y un pueblo entero puede estar hecho de caramelo. Es magia y no me imagino lo que pudieron pensar los niños de hace dos siglos cuando leyeron o escucharon todo esto por primera vez. La imaginación del autor no tiene límites y, aunque ahora estamos acostumbrados a muchas cosas, estoy segura de que en su día debió de contar con numerosos adeptos. 

me ha parecido un cuento navideño y, aunque todavía no he comprado mi propio Cascanueces, terminará cayendo seguro. 

No puedo terminar la reseña sin mencionar la obra que Tchaicovsky creó a partir de este cuento. Es música clásica y estoy segura de que algunas piezas os serán familiares. Por otro lado también está la película de Disney "El Cascanueces y los Cuatro Reinos" que, aunque no es una adaptación fiel, me parece bonita y entretenida. 

En resumen, desde este blog queda recomendado todo lo que tenga que ver con El Cascanueces. 


sábado, 11 de diciembre de 2021

Nuestros días en Bravelands - Paula Gallego

No sé muy bien cómo catalogar este libro porque de primeras lo habría puesto en lo que se denomina "novela feel good", sin embargo, llegados a un punto encontramos algo de drama y no sé si eso le quitaría esa etiqueta. En cualquier caso es una historia que he disfrutado mucho y que al final me ha dejado buen sabor de boca. 

Izzy lleva tres años viviendo en Bravelands y, a día de hoy, todavía no sabe si llegó allí buscando algo o huyendo de algo. El caso es que llegó, se enamoró del lugar y de su lago dorado lleno de leyendas, y ya no quiso marcharse. Trabaja y vive en una posada que también es un refugio de animales "marginados"; todo aquel que no es aceptado en lo que llamaríamos una sociedad animal "normal", encuentra su sitio en casa de Martha y Olle, la pareja de ancianos que llevan todo el negocio. Ellos solo quieren ayudar a quienes están desamparados y, tal vez por eso, aceptaron a Izzy... y seguro que es por lo que aceptaron a William. 

William llega a Bravelands buscando a Izzy, pero también huyendo de algo. Había ciertos rumores de que Izzy estaba allí y él, que siempre estuvo enamorado de ella en secreto, no se lo pensó dos veces cuando tuvo que alejarse de su vida por un tiempo. Llega una noche a la posada con un ojo morado y haciendo como que no conoce a Izzy y se registra para quedarse un tiempo largo. No empiezan con muy buen pie, pero poco a poco Izzy consigue que él se sienta cómodo y al final se termina enamorando de Bravelands y de su vida allí igual que le pasó a ella. En la posada se siente una persona diferente, allí puede ser la persona que siempre le habría gustado ser. 

Pero antes de seguir, os dejo un poco de contexto para que entendáis mejor. Izzy salió durante mucho tiempo con Kev, uno de los mejores amigos de William, pero para Kev ella solo era un pasatiempo. A William le dolía verla sufrir por culpa de su amigo, pero no podía hacer demasiado porque no se conocían apenas. Ella era una alumna aventajada en el instituto; él, un desastre que se iba metiendo de lío en lío. Él estuvo tres años pensando en ella constantemente, pero ella no pensó en él ni una sola vez porque... ¿Por qué iba a hacerlo? Él era el amigo del chico que le rompía el corazón una vez detrás de otra, pero nada más. 

Esta novela me ha sorprendido mucho por un tema y es que prácticamente toda la novela se centra en Izzy y William. Hay cuatro secundarios, literalmente, y no aparecen nada más que en los momentos que tienen que aparecer. El protagonismo absoluto lo tienen los dos protas y, lo que me resulta más curioso, es que no se hace pesado en absoluto que no haya más personajes. Es una historia dinámica, con cierta tensión sexual que le da un punto interesante y que defiende las segundas oportunidades en la vida. 

Como os comentaba al principio la historia tiene un giro, que no por esperado deja de sorprender, pero de eso no voy a hablar porque ya sería contar más de lo que se puede y no quiero destripar nada.

Nuestros días en Bravelands es una historia bastante cortita, pero entrañable. Para mí está dentro del género feel good, pero no sé si esa es su auténtica etiqueta. Habla de segundas oportunidades, está ambientada en un otoño que empieza a ser frío, pero que es cálido dentro de la posada, y que se lee con una sonrisa en los labios la mayoría del tiempo. Me ha parecido perfecta para leer en estos días navideños, aunque ocurra cuando el bosque y el lago están más dorados que blancos. 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Érase una vez... noviembre

Si alguien se ha enterado de que el mes de noviembre ha pasado, que me lo diga porque para mí es como si hubiera durado dos días. 


Empecé el mes muy motivada con dos lecturas, pero eso de ir intercalando historias no parece que vaya mucho conmigo porque al final no he terminado ninguna de las dos. No pasa nada, me están gustando mucho, cada una a su modo, y las estoy disfrutando, que es lo importante. En el próximo Érase una vez... veréis de qué libros se trata. 

Links de Natsuki Kizu. Este manga lo vi cuando salió y la gente se volvió loca con él en Instagram. Tal vez esperaba más por eso mismo, o puede que sea porque me he liado bastante con los personajes (todos se parecen mucho), pero el caso es que, aunque me ha gustado, no me ha encantado. Cuenta la historia de varias parejas de chicos y como están relacionadas unas con otras. Un poco más adelante lo volveré a leer, porque creo que tiene más chicha de la que he visto en esta primera lectura. 

Por otro lado, el motivo de que no haya leído demasiado este mes es que me estoy poniendo al día con los superhéroes de Marvel. En diciembre se estrena la última de Spiderman y quiero ir a verla con los deberes hechos. Me faltaban muchas por ver, así que decidí verlas desde el principio en orden cronológico. Quien me sigue en Instagram verá que llevo buen ritmo y eso es precisamente lo que me quita tiempo de leer. Las pelis son muy largas y cuando acaban ya es muy tarde (las veo de noche, que es cuando más suelo leer). En fin, que me lo estoy pasando muy bien con las películas. Por ahora llevo 10 de las 26 que hay. Según mis cuentas llego perfecta para el día 19, que es cuando he quedado para ver Spiderman. 

Your name: es una película, no una serie, y no sabía muy bien qué me iba a encontrar. La tenía pendiente desde hacía mucho, a pesar de no conocer el argumento. Os cuento un poco, pero, por favor, vedla, porque merece mucho la pena. Un chico y una chica sueñan el uno con el otro y a la mañana siguiente se han intercambiado los cuerpos. Desde entonces, les pasa a veces que se levantan en la piel del otro. Al principio son situaciones cómicas por todos los malentendidos, pero llega un punto en el que todo cobra sentido. Yo no me esperaba el giro que dio la historia, pero me encantó. Vedla. No puedo deciros más. Está en HBO. 

Y poco más. La Navidad está aquí y mi misión este año es devolverle el espíritu navideño a una de las personas más importantes de mi vida. Deseadme suerte, a ver si lo consigo. Espero que paséis muy buen mes y que disfrutéis de todos los vuestros.