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miércoles, 26 de febrero de 2020

Un robot en mi jardín - Deborah Install

Muchos de los libros que tengo en casa son de una cadena de librerías que se llama Book Center y que tiene varias tiendas en Madrid. Tienen novedades, clásicos, infantiles y, sobre todo, ofertas. Yo reconozco que compro pocas novedades, pero me encanta cotillear en las estanterías de los libros rebajados. Normalmente son títulos no muy conocidos de autores no más conocidos, (aunque alguno "con nombre" sí que hay) sin embargo no han sido pocas las historias buenas que he encontrado allí. Un robot en mi jardín, de Deborah Install, es uno de esos libros especiales que han llegado a mí a través de esta tienda. Y por algo menos de 6€. 

Antes de nada hay que ponerse en situación, porque estamos en una época en la que los androides están en el día a día de los humanos y los robots ya están pasados de moda. Ben y Amy deben de ser los únicos que no tienen un androide trabajando para ellos en su casa, pero Ben no es demasiado tecnológico y prefiere que las cosas sean hechas por ellos mismos, y quien dice ellos mismos, dice Amy, que es quien además de trabajar fuera también hace todo lo de la casa. Cuando Tang, un robot antiguo formado por dos cajas metálicas una encima de otra, llega a su jardín como por arte de magia, Ben se vuelca con él y Amy acaba tan harta de los dos que termina marchándose a casa de la hermana de Ben (son amigas desde hace muchos años). Tang no habla demasiado y no hace demasiado al principio, pero poco a poco le vemos mejorar en ambos aspectos. No es en absoluto perfecto (¿quién lo es?) y además está roto, pero es imposible no enamorarse de él desde el primer momento. Ben decide que quiere ayudarle a encontrar a su dueño para que pueda reparar la pieza que está rota, así que ambos emprenden un viaje que les lleva desde Inglaterra a California, Tokio y Micronesia. Un viaje que si bien tiene como finalidad arreglar el robot, también sirve para que Ben pueda encontrarse a sí mismo después de mucho tiempo perdido. 

Somos testigos de las aventuras de Ben y Tang a lo largo del mundo y vamos viendo evolucionar a los dos personajes. Tang es como un niño pequeño, con rabietas incluidas, pero también con ese cariño incondicional que dan a quienes les cuidan. La autora ha sabido dotar al robot de una vida más humana que artificial y por eso muchas veces somos capaces de ponernos en su lugar o incluso de visualizar gestos que no hace, pero que imaginamos. Tang me ha parecido sencillamente perfecto. Me ha hecho sentir triste, esperanzada o alegre según el momento, y hasta me ha hecho reír con algunas de sus respuestas o reacciones ante una situación concreta. Por su parte Ben es un hombre que no ha hecho bien las cosas en su vida. Sus padres murieron unos años atrás y le dejaron un buen colchón económico, igual que a su hermana, sin embargo su hermana recompuso su vida y él no ha sido capaz hasta que Tang llega a su vida. El viaje y, sobretodo, la preocupación por Tang, le llevan a hacer cosas que jamás había pensado que haría. También le sirve, tanto ir y venir, para darse cuenta de lo que realmente quiere en su vida y de todo lo que ha hecho mal durante tanto tiempo. Solo espera que no sea demasiado tarde para lograrlo. 

Es cierto que el final es bastante previsible, pero personalmente creo que eso no le quita encanto a la novela. Yo he pasado un rato muy entretenido leyéndola y he disfrutado con cada capítulo. 

También me ha gustado que parte del viaje que hacen Ben y Tang es el mismo que hice yo el año pasado (carreteras del desierto de EEUU y San Francisco) y también del viaje de hace dos años (Japón). Me he visto identificada en ocasiones con las cosas que les pasan, y he visualizado con bastante claridad algunos lugares por los que van pasando. 

En definitiva, Un robot en mi jardín, es una historia de amistad muy entrañable que se lee muy rápido y que deja buen sabor de boca. Es la búsqueda de la felicidad en las pequeñas cosas; y darse cuenta de que muchas veces hay que irse a la otra punta del mundo para poder ver lo que tienes al lado...

Otra cosa es que siga ahí una vez que vuelvas. 

6 comentarios:

Norah Bennett dijo...

Parece un cuento. La verdad es que tiene su punto interesante aunque tire de tópicos con el mensaje. La historia de amistad sí que tiene ser bonita.
Besos

Marisa G. dijo...

No sé, no sé,... Por un lado, me resulta atractivo pero por otro, no lo veo la verdad. Besos

Mónica-serendipia dijo...

Ay, qué cuqui todo lo que nos cuentas de este libro, me han entrado ganas de leerlo. Lo buscaré entre libros de segunda mano, a ver si tengo suerte. Es que me ha parecido una historia llena de ternura. A veces, para descubrirnos a nosotros mismos no hay nada como intentar comprender a otro (aunque sea un robot). Besos.

Espe dijo...

Que guay que encontras esa oferta porque veo que el libro te ha gustado y además parece diferente.
Besos y gracias por la reseña.

Margari dijo...

Me dejas con dudas esta vez. Creo que me podría gustar, pero no me atrae tanto como para buscarlo. Pero si se cruza, seguro que cae.
Besotes!!!

Shorby dijo...

No me importaría leerlo, no lo conocía y no pinta nada mal =)

Besotes